
De acuerdo con las proyecciones realizadas por las terminales automotrices locales, el año que está a punto de terminar dejará una producción de automóviles y comerciales livianos algo superior a las 600.000 unidades, casi un 15% mayor a la del año pasado, que alcanzó a las 536.893.
El acumulado de producción de enero a noviembre representa el volumen más alto de los últimos 10 años (573.742), y observando sólo el volumen de noviembre (56.569 vehículos), se ubica en el puesto 5 de los meses de noviembre de los últimos 20 años.
Esa cantidad acumulada hasta el anteúltimo mes de 2023 representa una suba del 14,8% con relación al volumen fabricado por las terminales locales en el mismo período del año pasado.
En el último mes del año cae la producción por estacionalidad, pero a esta altura del mes ya se fabricaron más de 35.000 unidades, muy cerca de las 37.119 de todo diciembre del año pasado, según los datos de la Asociación de Fábricas de Automotores.
Es una buena performance en la serie histórica si se toma en cuenta los problemas macroeconómicos del país durante el año en curso y, en particular, las limitaciones para acceder a divisas para importar autopartes, como pinturas y neumáticos.
La falta de dólares también provocó una disminución en la oferta de vehículos importados, lo que de alguna manera favoreció la venta local de unidades de fabricación nacional.
Así, y también por la incorporación cada vez mayor de componentes producidos en el país, se mantuvo el nivel de empleo en el sector automotriz que en la actualidad emplea a 592.000 trabajadores, en forma directa e indirecta.
A su vez, esta industria conserva el primer lugar del ranking de inversión en innovación nacional, con un nivel superior a los US$6.500 millones en los últimos ocho años, destinados a la ampliación de plantas industriales, incorporación de nuevos modelos, desarrollo de proveedores y capacitación al personal.
Las estadísticas de Adefa señalan que las exportaciones acumuladas entre enero y noviembre alcanzaron a 304.084 vehículos, y ese acumulado de unidades enviadas al exterior de 2023 representa el volumen más alto de los últimos 10 años.
En lo que va del año, las ventas a Brasil dominaron el comercio exterior de la industria automotriz con 194.206 unidades, equivalente a un 63,9% del total. En segundo lugar se ubicaron los países de América Central (10,5%), seguido por Chile (6,7%), Perú (6,2%), y Colombia (5,7%).
Con esta performance, la industria alcanzó el 13% de participación en las exportaciones totales del país con un total proyectado de US$9.264 millones para 2023, lo que representa un aumento de casi el 13% frente a US$8.225 millones del año pasado.
Con estas cifras de producción y exportaciones de la industria automotriz se alcanzó el 8,3% de participación en el producto bruto industrial, con lo que se consolida como el tercer sector de mayor relevancia para el PBI nacional.
Además, el automotor es el sector responsable del 44% de participación en las exportaciones de manufacturas de origen industrial (MOI), y para este ejercicio económico se proyectan alrededor de US$5.000 millones de superávit en la balanza comercial de vehículos.
En relación a las ventas en el mercado interno, en noviembre se patentaron 35.981 cero kilómetro, los que en el acumulado suman 431.000 vehículos, a los que sólo restaría agregar los que hayan logrado venderse en uno de los diciembre más convulsionados a nivel económico de los últimos años.
Los patentamientos de modelos nacionales hasta ese mes acumularon 285.430 unidades, un 27,5% más que en el mismo lapso de 2022, mientras que los de vehículos importados sumaron 145.522 unidades, un 11,5% menos que en igual período del año pasado.
Al proyectar estas cifras de ventas, el año debería cerrar por encima de las 450.000 unidades para el mercado total, de acuerdo a las estimaciones de la Asociación de Concesionarias de Automotores (ACARA), un volumen que podría haber sido más alto con una mayor oferta de modelos importados y sin las restricciones o demoras en el ingreso de autopartes del exterior.
Hace poco más de un año comenzó a regir en el país la Ley de Promoción de Inversiones en la Industria Automotriz-Autopartista y su Cadena de Valor, que el Gobierno saliente promulgó con el objetivo incentivar a los nuevos proyectos de inversión en el sector, que aseguren mayor producción, exportaciones y empleo en las terminales y empresas autopartistas, para agregar valor a partir de procesos industriales.
La idea de la norma era fomentar el perfil exportador con una mejor inserción internacional, mejorar la integración de autopartes locales, generar puestos de trabajo de calidad, promover el desarrollo y la transferencia de nuevas tecnologías. Además se buscaba impulsar las nuevas motorizaciones con tecnologías híbridas, eléctricas, de hidrógeno, a gas y biocombustibles, entre otros tipos de motorizaciones.
Por eso se establecieron una serie de beneficios fiscales, como la exención del IVA para las inversiones que se presenten hasta el 31 de diciembre de 2027 y del derecho a la exportación hasta el último día del 2031, además de declarar sector estratégico a la producción autopartista.