El cogobierno de Macri - Política y Medios
09-12-2024 - Edición Nº6156

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

El cogobierno de Macri

Macri se adjudicó el mérito del triunfo de Milei la misma tarde del domingo, cuando le acercaban encuestas que lo garantizaban. Organizó de inmediato asistir al búnker del Hotel Libertador, junto a Patricia Bullrich y una quincena de dirigentes del PRO.

Mauricio Macri siente que es su revancha: el triunfo de Javier Milei en un ballotage en el que fueron claves los votos que arrastró el PRO de Patricia Bullrich, lo posicionaron como garante de una victoria del libertario que quince días antes de la elección no tenía garantizada.

La campaña del miedo de Sergio Massa tenía como objetivo ahuyentar a una parte de ese electorado, pero no fue posible.

Macri se adjudicó el mérito del triunfo de Milei la misma tarde del domingo, cuando le acercaban encuestas que lo garantizaban. Organizó de inmediato asistir al búnker del Hotel Libertador, junto a Patricia Bullrich y una quincena de dirigentes del PRO.

El expresidente fue el último en llegar y mantuvo un encuentro privado con Milei, acompañado de Bullrich. En menos de un mes logró que ambos se reconcilien y pasen de acusar de asesinos a compartir un acto de cierre en Córdoba.

Macri también logró atraer a la mayor parte de la dirigencia del PRO y, sobre todo, a los votantes de esa fuerza que todavía figuran como propios de él. No son muchos, pero en un ballotage explicaron la victoria de Milei sobre el oficialista Sergio Massa.

La relación PRO-La Libertad Avanza de este mes tuvo momentos de tensión, como cuando Karina Milei, jefa de campaña e influyente en las decisiones de su hermano, envió a su pupilo Carlos Kikuchi a romper una reunión entre el economista y legisladores electos.

El planteo fue simple: querían evitar la avanzada de Macri sobre cada metro cuadrado construido por los libertarios en los últimos años. No era un desafío fácil: el PRO filtró, a la fuerza, a sus referentes en estructuras débiles creadas alrededor de Milei.

Con el triunfo de LLA, Macri fue a fondo para recuperar algo del poder perdido: se reunió con el presidente electo, en el hotel Libertador, y le pidió ocupar lugares en Infraestructura y Justicia, donde les interesa tener negocios y protección.

El economista lo habría complacido, pero luego escuchó a decenas de exmacristas que le pedían trabajo en nombre de su jefe. A casi todos los despachó y hasta hubo algún intento de los libertarios por hacer un planteo público contra los buscas amarillos.

En esa lista ponen a los economistas Federico Sturzenegger o al excanciller Jorge Faurie, quien no tuvo reparos en gestionar una reunión entre el personal diplomático y el equipo que tendrá la futura ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino. Sí tendría chances de ocupar un cargo Luis Caputo.  

No fue el único: casi todos los exfuncionarios del gobierno de Macri tomaron el teléfono y se promocionaron en el búnker libertario. Juegan con una certeza: Milei podría nombrar ministros, pero no tiene cómo cubrir las segundas líneas.

De hecho, fue el mensaje que Federico Angelini, presidente del PRO, bajó a la dirigencia cuando pidió apoyar a Milei. “No tiene nada, puede ser todo nuestro”, los tentó, en una radiollamada. Varios se lo tomaron muy en serio y la fragilidad del presidente electo los ayuda a ilusionarse más.

Hay sondeos del PRO para todos los cargos y hasta para presidir la Cámara de Diputados, a través de Cristian Ritondo. Milei no quiere: prefiere a Florencio Randazzo para de ese modo hacer un puente con el oficialismo cordobés. Además, conoce al exministro desde hace años.

Macri siente que ganó, pese a que su fuerza quedó tercera y perdió 4 millones de votos mientras fue oposición. O sea, fracasó como gobierno y como segunda fuerza del país. 

Pero su relación con el poder sigue siendo exitosa: en el círculo rojo se anotan interesados en que el expresidente sea un nexo con el nuevo jefe de Estado, que en la campaña los definió como “prebendarios”. El Grupo Clarín, por caso, necesita el control del 5G. Techint busca mantener algunos negocios vinculados a la obra pública, próxima a desaparecer. 

Macri quiere hacer con muchos de ellos lo que no pudo como presidente: provocar su muerte lenta para el ingreso de capitales externos. Caputo es la clave para ese proceso y por eso el exjefe de Estado pide por él. No por muchos más.

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