En la previa del debate presidencial celebrado este domingo por la noche, una nueva ruptura ocasionó un cimbronazo en el seno de la incipiente coalición conformada por Juntos por el Cambio (JxC) y La Libertad Avanza (LLA).
Se trató de la salida de un conjunto de ex candidatos de JxC de distritos de la Provincia de Buenos Aires, que optaron por llamar a votar al candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, a través de un comunicado titulado “Ni odio ni desquicio. Unidad nacional y cordura”.
“Fuimos candidatos de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires provenientes de ambas líneas internas encabezadas por Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta y, ante la proximidad del balotaje, tenemos la necesidad de expresar lo que pensamos”, inicia el documento que circuló en redes sociales durante el fin de semana.
Al respecto, afirmaron que el balotaje del próximo 19 de noviembre “asume el carácter de un verdadero dilema existencial”, identificando dos propuestas que “expresan un universo de valores antagónicos que refieren a miradas encontradas”.
Entre los aspectos y concepciones en que difieren ambos proyectos, enumeraron: “La democracia, las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, los derechos de nuestros niños y la ancianidad, el concepto de igualdad de oportunidades, los derechos que hacen a la dignidad del trabajador, el federalismo, las libertades individuales, la institucionalidad republicana y tantísimas cuestiones que integran el núcleo de principios básicos que organizan nuestra vida en comunidad, es decir nuestra vida cotidiana”.
El documento fue firmado por los ex candidatos a intendente, Néstor Franco (Ezeiza) y Marcos García Cotoco (Partido de la Costa), y la ex candidata Florencia Casamiquela (Florencio Varela); y los concejales Mariano San Pedro (Almirante Brown), Juan Bernasconi (Quilmes), Marcela Ochs (Florencio Varela) y Pablo Maseda (Almirante Brown).
“Milei representa la propuesta que exacerba antagonismos, promueve el odio ciego y sienta las bases para una verdadera fractura social que permita un nuevo saqueo de nuestras riquezas, un nuevo y brutal proceso de fuga del capital nacional acumulado, la pérdida de soberanía y, en definitiva, el crecimiento exponencial de la desigualdad y la pobreza”, sentenciaron en otro pasaje del comunicado.
En este sentido, encendieron las alarmas en torno a “su llamado a terminar con el adversario político, su reivindicación del terrorismo de Estado y el agravio a la figura del Papa Francisco con descalificaciones irresponsables”.
Desde su óptica, estas expresiones “pintan de cuerpo entero a una persona carente de los más elementales atributos para estar al frente del destino de la Patria”, haciendo énfasis en “sus desbordes emocionales”, que describieron como “el síntoma inapelable de la ausencia de equilibrio, humildad, templanza y razonabilidad, representando así un verdadero peligro para la paz social y la convivencia democrática”.
Por esto, también identificaron el balotaje como “la oportunidad de anudar acuerdos básicos para fortalecer y legitimar un proyecto de país”, considerando que el pasado 22 de octubre el pueblo expresó “que hace falta más diálogo, más consensos, más acuerdos referidos a cuestiones de fondo, más debate de ideas”.
Reconociendo que “ninguna propuesta electoral superó el 40% como consecuencia de sucesivos desaciertos, malas políticas y un ensimismamiento de la dirigencia derivado de prácticas burocratizadas alejadas del dolor de nuestro pueblo”, señalaron que el desempate del domingo que viene tiene lugar porque “nadie reúne per se la fuerza suficiente para expresar un proyecto de mayorías”.
En este marco, remarcaron “la necesidad de recomponer la representatividad de la política” y superar “un esquema de fragmentación y divisionismo que sólo genera la reproducción del status quo”, sentenciando: “Llegó el momento de impulsar y anudar un fuerte contrato de reconstrucción nacional aunando esfuerzos en beneficio del bien común”.
Sobre el final, el documento sostiene que el 19 de noviembre “se elige entre el odio y el llamado a la unidad nacional; entre la bochornosa propuesta dolarizadora y la soberanía monetaria, entre el negacionismo y las políticas de Memoria, Verdad y Justicia; entre el desquicio y la cordura, entre la conflictividad alimentada desde el rencor y la posibilidad de volver a hermanarnos reconstruyendo el pacto democrático sobre nuevas y renovadas bases”.
Por esto, los firmantes concluyeron: “Asumiendo el lugar que nos ha asignado el voto popular y con independencia de las pertenencias o posicionamientos políticos de cada quien, convocamos a votar a Sergio Massa presidente”.