Casi sin reservas, hay récord de importaciones y de deuda comercial internacional - Política y Medios
26-07-2024 - Edición Nº6020

COMERCIO EXTERIOR

Casi sin reservas, hay récord de importaciones y de deuda comercial internacional

A un año de la implementación del nuevo sistema SIRA, en lo que va de 2023 se autorizaron operaciones por un monto cercano a los US$64.000 millones. El efecto sequía, la restricción externa y el pasivo con proveedores extranjeros de US$48.000 millones.

Por Patricio Ballesteros Ledesma

 

Aunque persisten algunos reclamos de sectores e industrias, por la baja disponibilidad de dólares para el ingreso de importaciones vitales para sus actividades, en lo que va de 2023 se ingresaron insumos, máquinas y productos por un monto récord en los últimos años.

De acuerdo con los datos del BCRA, la aprobación de las licencias de importación, conocidas por la sigla SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina), están a buen ritmo y entre enero y octubre se alcanzó un nivel de compras al exterior cercano a los US$64.000, el segundo mayor registro del último lustro.

Hasta el mes pasado se registró un máximo histórico en materia de importación de bienes de capital, piezas y accesorios, con un total acumulado en 2023 de US$23.300 millones, que superó en US$100 millones al monto alcanzado en igual período del año pasado. 

Vale aclarar que el SIRA lleva un año en funcionamiento, desde el 17 de octubre de 2022, luego de que se cambiara el sistema de autorización de importaciones tras meses, sino años, en que por esta vía se realizaban operaciones indiscriminadas, faltas de controles y en muchos casos con sospechas de maniobras fraudulentas, defraudatorias al fisco o delictuales.

Fuentes oficiales destacan la fuerte baja de las importaciones energéticas en el acumulado anual a octubre y puntualizan que el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner y el aumento de la producción de gas fueron claves para que se registrara ese ahorro. 

Así se logró no sólo una mejora en la balanza energética nacional, sino la posibilidad de disponer de más divisas para sectores y empresas que necesitan abastecerse del exterior, para sostener o aumentar su producción local de bienes y servicios, tanto para el mercado interno como para la exportación.

Sin embargo, hay dos factores que produjeron un enorme faltante de dólares en la economía, lo que generó un embudo en la disponibilidad de fondos para acceder a billetes al tipo de cambio oficial para, entre otros usos, realizar las compras al exterior de ciertos productos críticos o imprescindibles.

La principal es la restricción externa, ya que pese a la caída de US$21.000 millones en las exportaciones del complejo agro por la sequía, la demanda de dólares para comprar en el exterior bienes de capital e insumos para mantener la actividad productiva local se mantuvo constante e incluso se incrementó.

La otra gran aspiradora de las divisas que ingresan al país es la cancelación de las deudas con el exterior, sobre todo las del cronograma de pagos acordado con el FMI, que este año no pudo saldarse sólo con los desembolsos girados por el organismo acreedor, ya que año a año se disminuye ese aporte para el repago.

De hecho, la presión que significaron este año los montos y la frecuencia de los plazos obligó al Gobierno a recurrir al auxilio de organismos multilaterales, un préstamo de Qatar y la ampliación del swap con China para cancelar los últimos pagos.

La devaluación tras las elecciones PASO y la disparada de los dólares paralelos tras las primarias también le quitaron divisas al BCRA, que de transitar una senda de acumulación de dólares pasó a tener que vender cientos de millones en el mercado para contener las corridas. En lo que va del año consumió más del 40% de sus reservas, que hoy tienen el nivel más bajo de las últimas dos décadas.

Ahora, tras cancelar a fines de octubre casi US$2.600millones por intereses de la deuda con el FMI, que esta vez se debió pagar en su totalidad con fondos de la autoridad monetaria, las reservas internacionales alcanzaron un punto crítico debajo de US$21.000 millones, aunque en la práctica son negativas a nivel neto.

Por supuesto que las empresas e industrias que tienen acceso a financiación extranjera, o las multinacionales que operan en el país y cuentan con liquidez de sus casas matrices, pudieron y pueden realizar sus operaciones de comercio exterior sin dificultades. Pero muchas otras, la mayoría de las pymes por ejemplo, no tienen más alternativa que esperar a que el SIRA apruebe para contar con los dólares oficiales.

Las últimas estadísticas del BCRA indican que las importaciones en octubre alcanzaron casi US$6.000 millones, un valor que representa una caída del 4% mensual y 10% interanual. De este total, se canalizaron a través del mercado único y libre de cambios (MULC) unos US$4.000 millones.

Según el detalle, los bienes intermedios representaron cerca de US$2.100 millones, un monto que representa un alza del 8,5% contra septiembre y una caída del 11% interanual. Los bienes de capital superaron los US$1.000 millones, un 6,5% por debajo del nivel de septiembre, pero con una leve mejora interanual.

En tanto, los bienes de consumo fueron inferiores a los US$570 millones, una caída del 6% mensual y también interanual. Con relación a los alimentos para la industria, las compras al exterior fueron por US$260 millones en el mes.

El otro gran problema de la restricción externa, es decir el desequilibrio entre los dólares que ingresan por exportaciones e inversión externa, y la salida por importaciones y pago de compromisos externos, es la acumulación mensual de deuda comercial con el extranjero.

Esto significa que para la adquisición en el extranjero de bienes de capital, como grandes máquinas, instalaciones industriales y herramientas de alto precio, no se paga el total cash a la entrega sino que se acuerda un anticipo y luego se pagan cuotas con el flujo que proviene de la utilización del bien adquirido. Pero mientras tanto es deuda.

La estimación del endeudamiento con los importadores de bienes y servicios surge de la diferencia entre las importaciones devengadas (registradas por el INDEC como comercio exterior) y las efectivamente pagadas (contabilizadas por el balance cambiario del BCRA). Y como los datos oficiales tienen un retraso de un trimestre, los cálculos privados se presentan como parciales y provisorios.

El último dato aproximado disponible sobre el endeudamiento de privados locales con proveedores internacionales indica que en septiembre se sumaron casi US$2.500 millones a la cuenta, con lo que el stock de deuda comercial por importaciones de bienes y servicios estaría muy cercano a los US$48.000 millones. Otros estudios de comercio exterior reportan que la deuda ya acumularía US$54.000 millones.

La mitad de ese monto corresponde sólo a operaciones de 2023, las que estuvieron atravesadas por la fuerte caída en la disponibilidad de divisas provocada por el efecto de la sequía en las agroexportaciones, pero también por la demanda de algunos importadores que, ante una potencial devaluación tras las elecciones generales, siguieron pidiendo importar para acumular stocks y aprovechar el actual tipo de cambio.

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