
En un año marcado por complicaciones climáticas y económicas, el complejo de carne y cueros bovinos en la Argentina registra un volumen récord de faena de animales y una recuperación de las exportaciones del sector pecuario, que en la primera mitad del año aumentaron como no ocurrió en ningún otro país de la región.
Producto de la sequía, la falta de pasturas llevó a un aumento en el número de animales enviados a faena en los primeros ocho meses del año, un fenómeno atípico en comparación con años anteriores, período en el que se sacrificaron más de 9,8 millones de cabezas de ganado, la cifra más alta desde 2009.
A pesar de enfrentar este y otros desafíos, el complejo de carne y cueros bovinos se ha destacado en el panorama de las exportaciones agropecuarias en el año, ya que entre enero y agosto el sector contribuyó con cerca de US$2.500 millones a las reservas del país.
“Este logro no solo ha reforzado la posición de este complejo en el comercio internacional, sino que también ha brindado un alivio a la economía en medio de una escasez de divisas”, señala un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Pese a la baja de precios FOB promedio, lo que generó una caída interanual del 17,7% en el valor de las exportaciones, más de la mitad de las exportaciones del complejo en valor tuvieron como destino principal China, con US$1.263 millones sobre un total de US$2.437 millones en el período analizado.
En volumen, el gigante asiático representa el 80% del volumen total exportado y más del 20% de toda la carne bovina producida por la industria frigorífica argentina.
La demanda de carne y sus derivados se mantiene o crece pero los valores internacionales no acompañan en ese y otros mercados de destino. La caída de precios experimentada se atribuye en parte a un aumento en la oferta de ganado en importantes países productores y a la moderación de la demanda de importaciones, especialmente en el norte de Asia.
Sin embargo, y pese a esta caída, el índice de precios de carne bovina de la FAO se mantiene un 5,8% por encima del promedio de los últimos cinco años. Esto indica que, a pesar de los desafíos actuales, el sector sigue siendo competitivo en el mercado global, concluye el informe de la BCR.
Visto desde el otro lado, el aumento de volumen y la baja en valor de los embarques de carne argentina a China se condicen con los datos de la aduana ese país, ya que sus importaciones de agosto último registraron un precio CIF promedio de US$ 5.231 por tonelada, cuando un año antes ese valor superó los US$7.100 por tonelada.
En lo que va del año también se destacan las exportaciones hacia otros destinos como Alemania, Países Bajos, Israel, Estados Unidos, Chile y Brasil, en los que también existe una alta volatilidad de precios, si bien buscan otro tipo de cortes.
Por eso es importante la participación de la Argentina en Anuga, una de las ferias de la alimentación más importantes del mundo, que se organiza todos los años en Colonia, Alemania y arrancó el sábado último y finaliza este miércoles.
Hacia allí viajaron 35 empresas exportadoras de carne vacuna locales, acompañadas por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, las que buscarán más compradores, mejorar los precios y cerrar acuerdos comerciales para el 2024.
El vicepresidente de esa entidad Daniel Urcía se mostró muy optimista, aseguró que las posibilidades que tiene el producto local son infinitas y el abanico del negocio es muy grande. “Puede aparecer un comprador de una cadena de restoranes o de hoteles y uno hacer exportaciones puntuales vía aérea de 2.000 o 3.000 kilos”, ejemplificó.
En Anuga se reunen la oferta y demanda global, con compradores habituales, brokers europeos y judíos de volúmenes importantes y los chinos, comentó Mario Ravettino, titular del Consorcio de Exportadores ABC, y agregó que la carne argentina ingresa a Europa vía los puertos alemanes (Hamburgo) y holandeses (Rotterdam), aunque el producto luego se consuma en Reino Unido, Italia o Francia.
La Argentina espera la apertura a sus productos de dos importantes mercados a nivel globa como Japón y Corea, por la demanda de calidad y el volumen de compra, de ahí la importancia de participar en las diferentes ferias internacionales y el apoyo de las embajadas y el IPCVA. Las posibilidades son buenas y las expectativas también, pero todavía hay tareas pendientes a nivel local.
Como dijo el presidente de la Unión de la Industria Cárnica Argentina, Gustavo Valsangiá, “la Argentina tiene un largo camino que recorrer para lograr la calidad de carne que buscan esos países, no por terneza o sabor pero sí por los porcentajes de grasa, que son muy superiores a los que nuestro país trabaja con Europa”.
El mes pasado, el sector de la Mesa de Carnes presentó en el Congreso la propuesta Lineamientos Estratégicos para la Cadena Bovina hacia el año 2032, cuyos ejes principales son producir más de 1 millón de toneladas extra de carne, generar 114.000 nuevos puestos de trabajo y aumentar en más de US$4.000 millones las exportaciones.
En el documento, presentado ante la Comisión de Agricultura y Ganadería de la Cámara baja, se explica que las prioridades del plan incluyen a los consumidores, la producción en sí misma, el desarrollo que puede generar, y el ambiente y el bienestar animal.
También se menciona la necesidad de simplificarle la vida al productor y la importancia de lo federal de la actividad, ya que en cada rincón del país se puede criar un animal.
En cuanto a las exportaciones pidieron trabajar en la apertura y sobre las intervenciones existentes en el mercado externo, como las prohibiciones a exportar cortes, las retenciones o las Declaraciones Juradas de exportación de carne.
En cuanto a las metas, desde la Mesa de Carnes explican que con el plan se pretende alcanzar una producción de 4,2 millones de toneladas a 2032, un 35% más que en 2022, el año base. Se persigue lograr un mayor peso de faena y niveles de destete, principalmente, acompañado de un crecimiento de rodeo y una mejora en la productividad del stock, es decir los kilos de carne que se producen por cada cabeza.
De esa producción total proyectada se destinará un 43% a la exportación y un 57% al mercado interno. “Es importante hacer énfasis en esto, para derribar el mito de que el abastecimiento interno y las exportaciones compiten entre sí, hay capacidad productiva para abastecer ambos mercados”, aclararon los expertos.