La cooperativa Pago Chico de Bahía Blanca hace realidad el sueño de la casa propia - Política y Medios
09-12-2024 - Edición Nº6156

ACTUALIDAD

La cooperativa Pago Chico de Bahía Blanca hace realidad el sueño de la casa propia

Ejemplo de constancia, compromiso y trabajo “Pago Chico” es referente entre las cooperativas de viviendas de la provincia.

Por: Miguel Di Spalatro

 

La cooperativa de viviendas Pago Chico de Bahía Blanca viene haciendo realidad desde hace 18 años el sueño de la casa propia. Actualmente, con financiamiento del Instituto de la Vivienda de la Provincia de Buenos Aires, ejecuta un proyecto de 82 viviendas, con dos tercios del proyecto finalizado y una última etapa de 31 viviendas por iniciarse.

En las elecciones presidenciales de Argentina de 1995 fue reelegido como presidente de la Nación Carlos Menem. El riojano llegó a su segundo mandato como candidato de una coalición de un sector del Partido Justicialista junto a partidos liberales y conservadores de centro derecha. En primera vuelta venció al también peronista José Octavio Bordón, candidato de una escisión del Partido Justicialista aliada con otras fuerzas bajo el nombre de Frente País Solidario (FREPASO). 

Atrás habían quedado las patillas, el poncho riojano y las promesas de una revolución productiva en la que estaba puesta la esperanza del pueblo trabajador y que le habían permitido llegar a la rosada el 8 de julio de 1989. Con la Ley de Convertibilidad en vigencia, Domingo Cavallo rifó las principales empresas estatales generando una primavera económica que duró apenas hasta que los dólares se evaporaron. 

Como pasa siempre, los desbarajustes económicos golpearon con mayor fuerza a los de abajo. Despidos masivos en las empresas privatizadas, una economía atada al dólar imposible de sostener, permanentes cambios de ministros de economía y un descontento social en ascenso, marcarían el final del periodo menemista. 

Esa década de los 90, marcada por el “sálvese quien pueda”, Gladys Van Pammelen, actual presidenta de la cooperativa de viviendas Pago Chico, estaba sola, divorciada, con una hija pequeña, sin trabajo y sin un techo seguro. 

Hacer realidad el artículo 14 bis de nuestra Constitución Nacional que establece el derecho para todos los argentinos y argentinas de acceder a una vivienda digna sonaba a utopía. 

Pero las utopías pueden hacerse realidad. Al igual que el personaje “El Eternauta” de Héctor Germán Oesterheld, Gladys pensó que para transformar un sueño en realidad es mejor ir de la mano con quienes sueñan igual. Y el sueño de una casa propia era -y es- un sueño colectivo de miles de argentinos y argentinas. 

Nuestra cooperativa surge en el año 1994. Yo tenía mucho tiempo libre porque no tenía trabajo, y siempre fui de emprender, de gestionar. Ante la necesidad de una vivienda comencé a averiguar sobre la posibilidad de avanzar en la conformación de una cooperativa para tener la posibilidad de acceder a algún plan de viviendas”, recuerda Gladys en diálogo con PolíticayMedios. 

“Me junté con otros vecinos de la ciudad que estaban en mi misma situación, un grupo de amigos y conocidos que no podíamos acceder a créditos hipotecarios. En una de nuestras reuniones decidimos conformar la cooperativa para iniciar un proyecto de hogar que nos incluya a todos”.

Ernesto Guevara dijo una vez una frase que sería guía para los perseverantes: “La única lucha que se pierde es la que se abandona.” En aquellos años crear una cooperativa y, además, ganar la confianza del Estado para que confiara la construcción de viviendas en una empresa social, no era tarea fácil. 

Recién en febrero de 2005, “Pago Chico” comenzaría una actividad ininterrumpida en constante búsqueda de proyectos viables en Bahía Blanca, para llevar una solución de vivienda digna a los asociados.

El contexto nacional era otro. El 25 de mayo de 2003, había asumido la presidencia de la república Néstor Kirchner implementando políticas de fomento al cooperativismo con el objetivo de incorporar a la economía a los trabajadores informales y los miles de desocupados que habían dejado los gobiernos anteriores.

“Las políticas tendientes a la reinclusión de vastas franjas de la población expulsadas por el neoliberalismo se orientaron en dos direcciones principales durante el kirchnerismo: la generación de empleo a través de la revitalización de la industria y, en paralelo, el impulso de estrategias post-salariales de generar ingresos a través del cooperativismo”, concluye la politóloga Verónica Gago, en su trabajo de investigación de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. 

En el 1994 se había puesto en marcha en la provincia de Buenos Aires, el plan “Familia Propietaria”, que garantizaba el acceso a la propiedad de un lote de terreno, apto para erigir vivienda familiar, única y de ocupación permanente, a familias radicadas o que se radiquen en la Provincia. Con altibajos se venía implementando según el ánimo de los inquilinos del palacio de Calle 6. 

La posibilidad de las ochenta y dos viviendas surgió a partir de unas gestiones que hice en La Plata en la Subsecretaría de Tierras, que disponía de terrenos en nuestra ciudad afectados a una operatoria que se llama Programa Familia Propietaria que dispone los macizos. Salía este loteo de ochenta y dos terrenos, y bueno, ya con la tenencia obtuvimos el decreto firmado por el gobernador Daniel Scioli para construir treinta y un viviendas”, explica Gladys Van Pammelen. 

La cooperativa de viviendas Pago Chico honró el compromiso asumido cumpliendo con las expectativas de sus asociados y del gobierno y, además, puso en marcha los engranajes de la construcción dando trabajo a más de medio centenar de bahienses.  El pasado 9 de febrero el gobernador Axel Kicillof entregó las llaves a 25 familias cooperativistas que ya tienen su casa propia

“El barrio lleva hecho dos tercios de su totalidad, estamos por comenzar la construcción de la tercera y última etapa en este espacio, dando trabajo aproximadamente a un número entre cincuenta y sesenta personas mientras está en ejecución la obra”, -cuenta la presidenta de la cooperativa- “estamos interactuando con otras cooperativas de la ciudad, con algunas cooperativas de trabajo para fomentar además el cooperativismo,  para llevar adelante parte de nuestra obra, mientras que otra parte lo hacemos con empleados propios”. 

Ejemplo de constancia, compromiso y trabajo “Pago Chico” es hoy referente entre las cooperativas de viviendas de la provincia. Si bien se avanzó en posibilidades para el sector y hoy la economía solidaria está en agenda, aún queda pendiente la igualación con las empresas de capitales privados que tienen mayores posibilidades en un mercado hecho a su medida. 

Las cooperativas tenemos como principal objeto social fomentar y crear soluciones para nuestros asociados. Las cooperativas de trabajo, tendrán que generar trabajo para sus asociados, las cooperativas de viviendas tendremos que generar viviendas para nuestros asociados. Siempre para nuestros asociados y dependiendo del objeto social se podrán o no presentar a algunas licitaciones. Al no ser una empresa, no todas las cooperativas pueden acceder a los requisitos que se solicitan para para acceder a una licitación importante.  Porque para esas licitaciones importantes se necesita presentar pólizas, seguros de caución, que solamente las aseguradoras las otorgan cuando hay un respaldo de bienes a nombre de la cooperativa, y justamente no es el caso general de las cooperativas. Para poder a ese tipo de licitaciones podría llegar a ser alguna cooperativa de trabajo, pero generalmente no califican para grandes obras.  En lo personal creo que no se está en igualdad de condiciones con una empresa. Una empresa se maneja de otra manera, se capitaliza, tiene otro respaldo”, reflexiona Van Pammelen.

Sin embargo, para quienes piensan que una sociedad empática y con valores superadores es posible, el cooperativismo es una herramienta de construcción solidaria única en su tipo. 

“Como beneficio de ser parte de una cooperativa, para mí lo primero es que estamos todos en igualdad de condiciones.  O sea, hoy yo soy beneficiaria de una de las viviendas de del plan de viviendas que hemos gestionado, pero también fuimos inquilinos, también somos padres de familia y nos unimos para salir adelante. Si los asociados se desaniman y se empiezan a alejar la cooperativa pierde sustento. Lo esencial para mí es que al estar todos en igualdad de condiciones y ante la misma necesidad tirar juntos para para el mismo lado”.

En base a la experiencia que recogió en estos 18 años, Gladys se anima a dejar su visión del cooperativismo para quienes recién inician el camino: "A los cooperativistas que recién se inician les diría que es una buena herramienta de trabajo, que es una gran solución a muchas problemáticas que hay actualmente en esta sociedad, como por ejemplo poder acceder a la vivienda, poder acceder al trabajo. Lo esencial es mantenerla en orden a la cooperativa. En orden administrativo y en orden interno dentro del plantel societario. Hay que tener, ante todo, organismos de contralor. Tratar de resolver siempre las cuestiones internas, puertas para dentro de la de la cooperativa. En estos momentos hay operatorias que favorecen al cooperativismo. Hay muchas herramientas que se pueden obtener, pero para eso se necesita una cooperativa en orden. Así que mientras más prolijos mejor les va a ir. Trabajando con seriedad, con compromiso, realmente se puede salir adelante”. 

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