Mientras tarda en bajar la espuma de la designación de Sergio Massa como precandidato a presidente por la (fallida) ‘lista de unidad’ de Unión por la Patria entre la militancia y los allegados al movimiento oficialista, la vicepresidenta volvió a ofrecer un gesto en dirección de reconciliar a las partes del peronismo.
Este miércoles, Cristina Fernández de Kirchner recibió en su despacho del Senado de la Nación al embajador argentino en Brasil y frustrado precandidato a presidente, Daniel Scioli, luego de que declinara sus ambiciones presidenciales al igual que Eduardo “Wado” de Pedro en pos de fortalecer la fórmula del ministro de Economía con su par de Defensa, Agustín Rossi.
“Recién en mi despacho del Senado junto a Daniel Scioli, embajador argentino en Brasil. Nos conocemos desde hace mucho tiempo… Para ser más precisos, desde el año 1997, cuando ambos éramos Diputados Nacionales”, recordó la ex presidenta con una publicación en sus redes sociales.
Respecto a la reunión, precisó: “Hablamos mucho, con sinceridad y con el respeto de siempre”. La imagen publicada transmitió una cordialidad que es como agua en el desierto entre las filas del justicialismo por estas horas, donde la calentura en las bases de no pocos sectores abunda.
Cristina compartió con el público que el ex gobernador bonaerense le transmitió “que su vocación es ayudar y colaborar como un compañero más” y añadió: “Me puso muy contenta cuando me contó que mañana (por hoy) Sergio Massa, el Ministro de Economía, lo va a recibir para abordar cuestiones vinculadas a la relación bilateral Argentina-Brasil”.
Sobre el final, sentenció con una frase que parece dirigida a un público amplio: “A seguir trabajando, que es lo que hay que hacer”.
El pasado lunes, la vicepresidenta se mostró junto a Massa en el acto por la recuperación del avión Skyvan PA-51, utilizado en los llamados “vuelos de la muerte”, como símbolo de memoria.
No parece ser casual que la primera aparición pública del flamante precandidato a presidente se haya dado en esa circunstancia y acompañado por la jefa política del peronismo kirchnerista; ya que los propios militantes, simpatizantes y seguidores del sector eran los menos contentos y más desorientados con la decisión del frente y, en definitiva, el criterio de la titular del Senado.
En este marco, el encuentro con Scioli marca un nuevo movimiento dirigido a cohesionar dirigencia, militancia y electorado tras la fórmula predilecta, quedando como cabo suelto la negativa de Juan Grabois a acatar el verticalismo justicialista.
Esta decisión no deja de ser una piedra en el zapato, observando que entre las bases del progresismo oficialista no pocos han hecho pública su inclinación por el dirigente social. Fenómeno que puede ubicarse en cualquier punto de la línea comprendida entre la ‘potabilidad’ del líder del Frente Patria Grande y la antipatía que suscita el titular de la cartera de Hacienda.
En esta empresa viene invirtiendo Cristina Fernández de Kirchner sus últimos movimientos, reconociendo que -si no como candidata- el movimiento y sus estratagemas la reclaman al menos como garante de una performance sólida en las PASO de agosto.