Mauricio Macri sigue al frente del PRO y lo dejó claro este lunes cuando junto a referentes del partido fijaron las condiciones para la competencia interna en la Ciudad y la Provincia. Por escrito, definieron que el candidato a jefe de Gobierno surja de una encuesta entre Jorge Macri y Fernán Quirós; y que cada aspirante presidencial defina quién lo acompañe en la boleta como gobernador. No podrán tener más de uno.
Se trata de una hoja de ruta a pedir por el ex presidente: su primo resultará favorecido en cualquier sondeo y Diego Santilli tendrá menos chances si no puede pegarse a la boleta de Patricia Bullrich.
A Quirós nadie lo toma en serio, ni siquiera Larreta, que usará la encuesta sólo para darle una salida elegante y terminar de ceder a la presión del ex presidente para que sea su pariente. De eso se trata el modelo encuesta, ya usado en Córdoba: un consenso camuflado en una cuantificación falsa para que nadie salga herido.
La secuencia de Jorge Macri como candidato quedará en los archivos como la prueba del liderazgo de Mauricio después de una derrota histórica cuando buscó la reelección. Se lo impuso a Larreta como funcionario después de la victoria de María Eugenia Vidal en la Ciudad en 2021 y luego como sucesor. Se mantuvo firme y logró hasta dejar en ridículo al jefe de Gobierno por su sociedad explícita con el radical Martín Lousteau.
El único golpe de efecto de Larreta fueron las elecciones concurrentes, la posibilidad de usar boleta única electrónica para la Ciudad, aun cuando se vote el mismo día que las nacionales. Lousteau cree que puede beneficiarlo, pero no hay encuesta que le asigne chances de ganar.
Vidal participó de la cumbre para acordar reglas del juego y confirmó que no está en sus planes competir por la jefatura de Gobierno. Una foto suya con Larreta después de confirmar que no será candidata a presidenta había logrado confundir. Su futuro estaría en algún gabinete o con algún cargo en la Cámara de Diputados, donde tiene mandato hasta 2021.
Jorge Macri permitiría que Mauricio vuelva al poder en la jefatura de Gobierno, esto es, que cada decisión troncal pase por su oficina. Puede ser en su quinta de Los Albrojos, en la casa que alquila Acassuso o en los locales que alquiló en Olivos. Da igual.
Otro dato que dejó el encuentro es que no está claro si aceptarán compañeros de fórmula de la UCR, como sí se acordó en algunas provincias. Larreta, de ser así, podría negociar con Gerardo Morales. La única salida para evitar fórmulas cruzadas es una lista legislativa única con reparto de bancas acordada, como pide Elisa Carrió. Tiene experiencia en cierre de listas. Mucha.
En la provincia de Buenos Aires, quedó claro que mandan los intendentes. Con encuestas que mandan a hacer ellos mismos, en febrero advirtieron que no está claro cuál presidencial mide más y prefieren a los dos en sus boletas. Demostraron tener más poder que sus presuntos líderes y la explicación es que en la provincia de Buenos Aires el elector toma las papeletas de las puntas: o del presidente o el intendente. El gobernador nunca define una elección y su suerte está echada a las fotos que lo rodean.
Si Larreta cae, como espera Macri, Santilli también lo hará y no podría beneficiarse de "un voto confusión", como hubiera sido si se habilitaban todas las combinaciones de presidente y gobernador. Mientras que los candidatos de Bullrich están más que favorecidos con su crecimiento, sin importar si logran el nivel de conocimiento que necesitan para ser competitivos y no les resulta sencillo conseguir. Se sabe: el jefe de Gobierno es quien acapara la pauta publicitaria.
Por ahora, los elegidos de Bullrich son el intendente de Capitán Sarmiento Javier Iguacel, el ex ministro bonaerense Joaquín De la Torre y el intendente de Lanús Néstor Grindetti. Serían muy favorecidos si crece en las encuestas la ex ministra, quien hasta el cierre de listas jugará con los propios en cada distrito.
Cristan Ritondo es el más complicado: sin Vidal en cancha, su candidatura a gobernador no tiene padrinazgo. Bullrich no lo incluye en su nómina, su relación con Larreta no tiene retorno y Macri tampoco pide por él como esperaba. En los próximos días deberá esperar si la ex ministra pide por él y desplaza a los otros tres. Tampoco pueden quedar muchos. Del otro lado, sólo está Santilli.