El plan integral Argentina Irrigada duplicará la superficie bajo riego con una inversión de US$3.232 millones - Política y Medios
27-07-2024 - Edición Nº6021

PRODUCTIVIDAD AGROPECUARIA

El plan integral Argentina Irrigada duplicará la superficie bajo riego con una inversión de US$3.232 millones

Tras la peor sequía en un siglo, el Gobierno y los gobernadores lanzaron 95 proyectos de infraestructura hidráulica para sumar 1,9 millón de hectáreas bajo riego en 20 provincias. Cuántos productores se benefician y qué cantidad de puestos de trabajo se generarán.

Por Patricio Ballesteros Ledesma

 

Hace un siglo la Argentina centraba su producción agropecuaria en la Pampa Húmeda y alrededores, una extensa llanura con abundantes lagunas y bañados y un régimen de lluvias inmejorable para la mayoría de los cultivos agrícolas y las pasturas ganaderas.

Cuando irrumpió la soja, una oleaginosa rústica y resistente a la sequía, la frontera agrícola se fue corriendo por conveniencia económica, tanto que desplazó al ganado bovino a los campos más pobres o áridos. Así se expandió por todo el país en forma exponencial año tras año y se transformó en la estrella del comercio exterior nacional.

Pero con el fenómeno climático conocido como La Niña, que afectó a toda la región muy fuerte en los últimos tres años y colapsó los planteos de los tres principales cultivos del país en el último ciclo, sólo pudieron zafar en parte los campos con algún tipo de sistema de riego.

No sólo se perdieron cosechas, se incendiaron campos, animales y casas, y se retrasaron las siembras, la caída de rindes y la brusca caída de la producción provocó grandes pérdidas económicas, menos exportaciones, y para el Estado la caída de la recaudación impositiva y del ingreso de divisas en alrededor de US$20.000 millones.

En este contexto se generó una presión de los productores y exportadores para que les dieran un mejor tipo de cambio para vender las existencias y liquidar los dólares. Primero consiguieron el dólar agro, luego el dólar soja y ahora llega, aunque tarde para muchos, un aporte para remediar los suelos que fueron dañados por la prolongada sequía.

De los 42 millones de hectáreas cultivadas en la Argentina sólo el 5% corresponden a producción bajo riego tecnificado, según datos oficiales. Sin embargo, el país tiene potencial para expandir la superficie irrigada y generar un impacto positivo sobre la producción.

En esa línea, Argentina Irrigada es una iniciativa estratégica y federal que apunta a dar respuesta a largo plazo para combatir las consecuencias del cambio climático y prevenir los efectos negativos de la sequía, además de impulsar la generación de empleo y mejores condiciones para el arraigo y el desarrollo de las zonas rurales.


Duplicar la actual superficie bajo riego en el país

La Argentina acumula más de 2 millones de hectáreas bajo riego en la actualidad, pero ante la peor sequía de la historia, y aunque todos saben que la entrada de El Niño traerá más precipitaciones, miles de productores y varios gobernadores le venían pidiendo al Gobierno ayuda para sumar más superficie con aptitud productiva a través de inversiones en sistemas de riego.

Con ese desafío en la cabeza, el viernes pasado en el CCK el Presidente Alberto Fernández, el ministro Sergio Massa y varios gobernadores presentaron el plan integral Argentina Irrigada, con una inversión pública de US$2.066,7 millones que, sumada al aporte privado, llegará a los US$3.232 millones. 

El jefe de Estado destacó que “esto es un paso muy importante, son 2.000 millones de dólares que entidades financieras ponen al servicio de la Argentina, para que potenciemos nuestra capacidad productiva en todo el país”.

Con ese impulso se pondrán en marcha 95 proyectos de infraestructura con una distribución federal que permitirán multiplicar la superficie irrigada, en realidad casi duplicar la actual, mejorar la capacidad de los suelos y poner en valor las tierras productivas.

Se buscan sumar 1,9 millón de hectáreas con riego en 20 provincias a las que existen hoy en día, lo que no solo garantizará una mayor producción, sino que también beneficiará a 50.000 productores y creará más de 80.000 nuevos empleos rurales, según detallaron fuentes oficiales. Estiman que así se lograrán generar US$1.970 millones adicionales por año de las economías regionales.

“Esto es mucho más que la puesta en marcha de obras, es la mejor respuesta que podemos dar a la sequía más grande de los últimos 100 años, que nos provocó enormes pérdidas en nuestra economía, provocando menos producción, menos exportaciones y menos actividad en todo el país”, expresó el titular de Economía.

 

Cada hectárea bajo riego aumenta su productividad tres veces 

Para Massa es clave que desde el Estado se intervenga con este tipo inversiones en infraestructuras, que aumentan la capacidad productiva, agregan valor y permiten vender cada vez más trabajo argentino al mundo, que es lo que el país necesita.

El mandatario estuvo acompañado por el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis; los secretarios de Planificación del Desarrollo y la Competitividad Federal Jorge Neme y de Agricultura, Ganadería y Pesca Juan José Bahillo; la titular del Banco Nación Silvina Batakis y la directora del Servicio Meteorológico Nacional Celeste Saulo.

Esta funcionaria y el ministro de Economía firmaron un convenio específico para la adquisición de 126 estaciones meteorológicas automáticas, 20 medidores de nivel de agua subterránea y dos laboratorios móviles.

También participaron los gobernadores de Santiago del Estero Gerardo Zamora, de Catamarca Raúl Jalil, de Chubut Mariano Arcioni, de Mendoza Rodolfo Suárez, de Misiones Oscar Herrera Ahuad, de Río Negro Arabela Carreras, de Tierra del Fuego Gustavo Melella y el vicegobernador de Salta Antonio Marocco, los que firmaron junto a Massa cartas de compromiso de conectividad rural.

A mediados de enero, el secretario Jorge Neme visitó la FAO junto Raúl Jalil, el gobernador de una de las provincias más afectadas por la sequía, para analizar proyectos de riego vinculados a la ampliación de las hectáreas irrigadas de los sistemas productivos argentinos.

En esa oportunidad, declaró que para que haya un crecimiento sustancial del producto agropecuario y se generen nuevos empleos hay que planificar una Argentina que pueda regar más de 5 millones de hectáreas, lo que significa sumar 2 puntos y medio más de productividad.

El funcionario también aclaró que “cada hectárea bajo riego implica aumentar la productividad tres veces como mínimo cuando se trata de cultivos extensivos y cuando se trata de cultivos intensivos es un gran generador de empleo y producciones de alto valor”.
 

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