Los caminos de Patricia - Política y Medios
29-03-2024 - Edición Nº5901

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

Los caminos de Patricia

Sin ataques de sus pares y con Larreta en modo zen, Bullrich ganó su primer partido, que es llegar competitiva a las primarias, con la obligación del sistema político y económico de prestarle atención. Ahora arma su candidatura para mostrar que puede ser presidenta. Y en eso está. 

Patricia Bullrich se cambió el traje: desde hace unos meses que dejó de ser la candidata molesta de en la interna PRO para convertirse en la posible presidenta de la Nación el 10 de diciembre, como vaticinan la mayoría de las encuestas. Cambió los tonos, interactúa con el círculo rojo y refina sus aliados para no pisar en falso. 

Su visita a la cumbre de empresarios en Bariloche la mostró distinta a la Bullrich de 2020, que copaba las calles con banderas argentinas en plena pandemia. Serena, junto al diputado Lauciano Laspina. quién será su ministro de Economía, aclaró que su idea no es dolarizar sino un bimonetarismo regulado. 

No fue una promesa casual: en su entorno empiezan a ver como posibilidad un ballotage con Javier Milei. Intentarán diferenciarse del liberal pero no confrontar, porque estiman que si gana las primarias podría robarle hasta 10 puntos si no confronta. "Le está haciendo el abrazo del oso", bromean sus seguidores. 

La ex ministra vale porque mide y los líderes territoriales no pueden ignorarla. Los intendentes pidieron tenerla en la boleta, ya sea del PRO o de la  UCR, por temor a que un tapado les arruine sus reelecciones. Los que tienen dos mandatos sólo pueden seguir un período más. 

Bullrich tiene una debilidad: su equipo es chico, improvisado, y con los recursos para avanzar. No pudieron evitar que la mayoría de los dirigentes del país se fueran con Larreta para beneficiarse de su financiamiento.  

Pero ademas, la partida de Gerardo "Jerry" Milman, caído en desgracia por las dneuncias de su presunta participación en el asesinato de Crisitna, la dejó huérfana de operadores propios. 

Otra de sus cartas es un apoyo de Macri que no terminó de llegar, porque María Eugenia Vidal, influenciada por el ex presidente, pidió revisar la s candidaturas, incluso la de ella. En el PRO creen que el  jefe se lo pidió porque se arrepiente de haberse bajado. Nadie lo llamó más. 

Bullrich ya no teme a la estrucura que Larreta creía poder imponer. Hace un año, en su despacho, le dijo que sin 100 millones de dólares no podía enfrentarlo. Ya no piensa así. 

Hasta los otros partidos de la Coalición empezaron a correrse del jefe de Gobierno. Gerardo  Morales, presidente de la UCR, se lanzó a la presidencia y se bajaría antes del cierre de listas sólo para ubicar radicales en las listas, lo mismo que Elisa Carrió. Ninguna se mete en la interna del PRO. 

Sin ataques de sus pares y con Larreta en modo zen, Bullrich ganó su primer partido, que es llegar competitiva a las primarias, con la obligación del sistema político y económico de prestarle atención. Ahora arma su candidatura para mostrar que puede ser presidenta. Y en eso está. 

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