El dilema de Macri: ser candidato o pasar a retiro - Política y Medios
23-04-2024 - Edición Nº5926

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

El dilema de Macri: ser candidato o pasar a retiro

En mayo se presentan los frentes electorales y en junio los candidatos. Rodríguez Larreta y Bullrich anunciaron que competirán, sin importar qué haga el ex presidente. Macri debe definir si los enfrenta o continúa viendo la película del partido que fundó desde el escenario, pero sin roles claros.

“Macri vuelve de Europa”, es la frase más repetida en estos días por dirigentes del PRO, con expectativas de conocer cuál será su futuro.

No tiene alternativa: en mayo se presentan los frentes electorales y en junio los candidatos. Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich anunciaron que competirán, sin importar qué haga el ex presidente.

Macri debe definir si los enfrenta o continúa viendo la película del partido que fundó desde el escenario, pero sin roles claros. ¿Es el director? ¿O un protagonista que empezó a dejar lugar a sus sucesores?

Como es política y no arte, para seguir siendo quien tome las decisiones en el PRO, Macri precisa que los principales intérpretes lo necesiten. No será tan fácil: relanzaron sus candidaturas sin pedirle permiso y todos tienen menos rechazo de la población que él.

De todas maneras, desde que dejó la Casa Rosada Macri logró un respeto reverencial de su tropa, que no contradijo nunca su relato sobre el presunto éxito de su gestión.  O el no fracaso, pese a ser el primer jefe de Estado en ser expulsado por los votos y en primera vuelta.

Sólo el radical Gerardo Morales cuestionó el crédito de Macri con el FMI, la pesada herencia que le dejó a Alberto a quien lo suceda en 2019, si es que, como se prevé, no logra la reelección.

Larreta nunca hizo una crítica explícita. Bullrich tampoco. Imaginan que así pueden retener el electorado que reivindica a Macri, pero olvidan que quienes definen la elección son “los del medio”, sectores que votaron a Macri en 2015 y a Alberto en 2019 y ahora están enojados con todos. Muchos ni participaron de la elección de 2021.

El ex presidente recibió en el último año a dirigentes del PRO y la UCR, en su quinta de Los Abrojos de San Miguel y en su country de Villa La Angostura. Nadie rechaza su invitación. Ni Facundo Manes, que llegó a acusarlo de espiar a su propia tropa, como surge de una investigación del Congreso motorizada por el kirchnerismo.

Ninguno de sus visitantes se fue con la impresión de que sería candidato a algo. “La negativa no le va a bajar y lo sabe”, fue la sensación de la mayoría.

Desde que se quedó sin cargos, Macri se rodea de un círculo de asesores liderado por Darío Nieto, su ex secretario en la Casa Rosada y legislador de la Ciudad.

Por su gestión, se convirtió en gestor de la por ahora insípida candidatura presidencial de Vidal, que funciona como un tapón a Larreta.

Su otro confidente es Hernán Lombardi, diputado nacional y artífice de las “Plazas del Sí” que ocasionaron la remontada de Macri entre las primarias y las generales de 2019, insuficiente para reelegir.

Pululan por su quinta viejos colaboradores de Marcos Peña, auto exiliado de la política, que ofician de asistentes eventuales y le prestan el oído.

Siempre se sorprenden del tiempo que Macri les regala. Pasó de reuniones de 10 minutos a largas sobremesas, con anticipos de sus libros y recuerdos de su fallecido padre. Ese cambio lo muestra con menos poder. 

Bullrich es la más expectante de su decisión, porque confía en que la beneficiará. Si no es candidato, cree, la respaldará con algún gesto que pueda ser decisivo.

Los pocos radicales que hablan con Macri coinciden en que no será candidato a presidente, pero tratará de definir el resto de los cargos del país que pueda.

Presionará para que Jorge Macri sea candidato en la ciudad y pedirá por cualquier bonaerense para la provincia que no sea Diego Santilli. Cuanto menos larretismo, mejor.

En el resto de las provincias se conforma con victorias de JxC donde antes no tallaba como Entre Ríos, Chubut, Tucumán, San Juan o San Luis.

Intervino para que no se rompa en Tucumán, donde también confía en el batacazo del radical Roberto Sánchez, quien se resistió a bajarse y tendrá a Germán Alfaro de compañero de fórmula, un peronista que mutó al PRO para enfrentar a sus ex jefes.

Ese fue el rol de Macri estos meses, sin que nadie le pidiera volver a pelear por la presidencia. Si es por la falta de clamor, no tendría otra opción que bajarse y ser un ex presidente por siempre. Aunque le cueste aceptarlo. 

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