Fernández quiere llegar al 10 de diciembre sin más presiones del kirchnerismo - Política y Medios
19-04-2024 - Edición Nº5922

ENTRETELONES DE CASA ROSADA

Fernández quiere llegar al 10 de diciembre sin más presiones del kirchnerismo

Los tres grandes socios del FDT coinciden en que el objetivo máximo es concluir sin sobresaltos la administración, el problema es que cada uno parece tener su propia receta.

En los intramuros de Casa Rosada persisten las señales del final de una crónica anunciada que no se quiere aceptar. Eso conlleva a atravesar el día a día como si nada grave estuviera pasando en la Argentina. Este periodista le planteó el tema a un allegado al Presidente Fernández y recibió por respuesta: “Y qué querés?..  Si los muchachos no se dedicaron a otra cosa que a arruinarnos el gobierno”.

Sin dudas, “los muchachos”, son los que integran el kirchnerismo y acusan al jefe de Estado de haber roto el contrato electoral, a la que le suman cientos de imputaciones más, especialmente la de su deslealtad para con quien lo promovió en el cargo, Cristina Kirchner. En medio de ese entramado, que el “albertismo” prefiere evitar, el titular del Ejecutivo arrancó la semana prosiguiendo con sus giras provinciales.

El lunes eligió volver a Santiago del Estero para inaugurar junto al gobernador local, Gerardo Zamora, obras de ampliación en una escuela. Allí hizo un discurso contra la oposición macrista y reiteró una frase que parece ser eslogan de su potencial campaña: “Tengo la utopía de la igualdad y mayor justicia social”. Una proposición que pareciera ser emitida por alguien que está fuera de las funciones ejecutivas.

Más allá de la tentativa de aislarse de los dilemas que tiene su administración, el martes pasado, Fernández no tuvo otra opción que grabar un mensaje en Olivos dedicado a operar sobre la situación de violencia que se vive en la provincia de Santa Fe. El mismo se transmitió desde las cuentas audiovisuales de la Rosada al mediodía, casi de sorpresa.

Allí el presidente anunció el confuso –en materia numérica- envío de más fuerzas federales a Rosario, así como también personal del Ejército, que aclaró (aunque después se produjera polémica igual) iba a cumplir funciones de urbanización en barrios populares. El material, que volvió a mostrar a un demacrado mandatario, generó controversias entre los periodistas que estamos acreditados en Balcarce 50 y la portavocería presidencial. No por su contenido, obviamente, sino porque no se avisó con antelación que iba a ser emitido.

La mecánica que tienen las usinas de comunicación del albertismo es notificar sólo a determinados medios sobre este tipo de envíos. Algo que de todos modos no se comprende, porque habiendo -en la sala de prensa del primer piso- representación mediática variopinta, el comunicado tendría mayor repercusión. Sin embargo, y pese a una nota que destacó el “malestar” de los acreditados (que fue presentada a las autoridades correspondientes) se recibió por respuesta: “Tenemos muchas cosas que hacer”.

Ese mismo día, Fernández viajó a Mar del Plata a inaugurar un nuevo edificio del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA), acompañado por el ministro del área, Daniel Filmus. Luego se supo que el acto no fue transmitido, como es costumbre, porque fue vaciado por los funcionarios kirchneristas de esa zona costera, que tienen como máxima referente a la directora de la ANSES -además de militante camporista- Fernanda Raverta.

En el Día de la Mujer, se vio recorriendo despachos para entregar chocolates a las funcionarias de Casa de Gobierno, al jefe de asesores de Alberto Fernández, el ex CEO de Syngenta, Antonio Aracre, quien, al ser consultado por su labor, adelantó que el jueves su superior directo tendría una reunión con empresarios.

Cónclave del que se informó, una vez ocurrido, fue con ejecutivos cercanos al hombre que reemplazó a Julián Leunda luego de quedar vinculado a los encuentros entre jueces, espías y directivos del Grupo Clarín. El comunicado decía que el Presidente y su ministro coordinador Agustín Rossi, estuvieron con Federico Trucco (Bioceres), y Mariano Bosch de Adecoagro.

Aracre señaló luego, que la reunión con esos productores del campo pretendió converger en la relación entre el sector privado y público, con el fin de potenciar los avances tecnológicos y las exportaciones.

Por la tarde, mientras comenzaban las marchas por el 8M, el jefe de Estado participó de un encuentro en la sede de Gobierno que pretendió impulsar el Programa Constructoras, que tiene la intención de sumar trabajadoras a ese ámbito laboral.

Ante funcionarias de su administración, como Ayelén Mazzina (Mujeres), Kelly Olmos (Trabajo) y Victoria Tolosa Paz (Desarrollo Social), Fernández expresó que su mérito fue ponerse “al frente de esa inmensa marea verde que no ha terminado”, y arrojó datos que muchos pusieron en duda. Aseguró que un año después de que en su gestión se hubiera aprobado la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE), las muertes por aborto disminuyeron un 40 por ciento.

Después de dos semanas sin conferencias de prensa de la Portavoz, finalmente Gabriela Cerruti volvió al ruedo, esta vez por la tarde. Inició su alocución en el segundo piso del edificio rosado, manifestando, en primer lugar y antes de las preguntas, que “el presidente cree que la causa Vialidad está armada para inhabilitar a la vicepresidenta”. Esto se dio luego de que el TOF Nro 2 hiciera públicos los fundamentos de la condena a la jefa política del FdT. 

Evitar, como hizo su jefe en la inauguración de las Sesiones Ordinarias, la palabra proscripción, generó críticas inmediatas en el Instituto Patria, desde donde apuntaron en off que “no esperábamos otra cosa”. La reflexión llegó después de que la propia CFK dijera en el acto homenaje a las Abuelas de Plaza de Mayo en el Senado que "en un off se dicen barbaridades que después se niegan".

Esto en respuesta a declaraciones del presidente Fernández, que divulgó un medio oficialista donde le adjudicaron haber dicho que él iba a terminar con “veinte años de kirchnerismo". Cerruti respondió en referencia a este asunto, que “el presidente es kirchnerista, es uno de los fundadores del kirchnerismo, sería como dejarse atrás a sí mismo”, sentenció.

Además de eso, la vocera arremetió con frases que dejaron varios títulos. A Política&Medios le afirmó que no hay ajuste y que la pobreza, según datos del INDEC, está disminuyendo. Con respecto a la situación en las cárceles, aseveró que “los presos no tienen teléfonos”, y respondió a las diatribas al presidente de Andrés “Cuervo” Larroque (Desarrollo de la Comunidad bonaerense) exponiendo que “el presidente no le responde al ministro de una provincia”.

La única actividad pública de esa jornada del primer mandatario tuvo que ver con presentar junto a Juan Cabandié (Ambiente) el Programa Edificios Públicos Sostenibles. El viernes, mientras la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ardía bajo los más de 40 grados de sensación térmica, Fernández compartió un almuerzo con su par paraguayo, Mario Abdo Benítez.

En un principio, el convite iba a ser en la Casa Rosada, más tarde circuló que se había suspendido, y finalmente se mudó a la Residencia de Olivos, seguramente por cuestiones climáticas.

La entrevista fue pedida por el líder del país vecino para reclamar por el aumento del peaje de la hidrovía Paraná que determinó el gobierno argentino. Algo que generó inquietud en los comerciantes guaraníes. La prensa presidencial informó -al terminar la visita- que además se habló de la agenda bilateral y en particular de las negociaciones del Mercosur con la Unión Europea.

El último día de la semana se traía entre manos otro destino ineludible. Cristina volvería a la centralidad con un discurso en la Universidad de Río Negro, donde fue a recibir un doctorado honoris causa al cumplirse 40 años de democracia. Lo que encendió las alertas en el palacio gubernamental fueron las consignas de la exposición de la Vicepresidenta a horas de escuchar los fundamentos de su sentencia por la causa denominada, Vialidad.

Las mismas giran en torno a todos los ejes de disputa en el seno del Frente de Todos: “¿Hegemonía o Consenso? Ruptura del pacto democrático en una economía bimonetaria, inflación, FMI, crisis de deuda y fragmentación política”.

Seguramente, otro de los máximos interesados en oír las definiciones de Cristina Kirchner fue el ministro de Economía, Sergio Massa, quien, entre el ruido de la problemática del narcotráfico en tierras rosarinas -que para su beneficio expone la figura del desgastado Aníbal Fernández y no tanto la de él- continúa con un proceso devaluatorio que se ve en un dólar oficial que ya está a 207 pesos (y del que casi nadie habla).

Un cuadro que se da sin que baje de los $370 el blue, a la vez que se baten récords en el Contado con Liquidación que ya está en los $293, con un Turista a $315. Todas tendencias alcistas que exponen cada vez más el fracaso que está teniendo el plan de Precios Justos. Algo que perciben consultoras como Ecolatina, pero en particular los consumidores cuando quieren acceder a cualquier producto del mercado, en particular a los alimentos.

Hay una sola cosa en la que congenian los tres principales accionistas de la alianza gobernante: Es imperioso llegar al 10 de diciembre con la menor cantidad de turbulencias posibles. El problema es que cada uno parece tener su propia receta, y lo que se observa es que el trío se repele -cada vez con mayor intensidad- en el contexto de la disputa por sus destinos políticos individuales. Un cóctel explosivo, que se presenta ante un cuadro general, que a estas alturas, ya no admite errores.

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