“Si Macri es candidato, es difícil enfrentarlo”, dijo el jefe del PRO en Diputados y candidato a gobernador de Buenos Aires Cristian Ritondo, durante la presentación del libro del ex presidente en Mar del Plata.
Macri esperaba declaraciones similares hace unos meses, cuando Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta se turnaron para ratificar que serán candidatos a presidente, sin importar lo que haga su líder político. O quien se cree tal.
Pero en esos días nadie pidió por él y en la ciudad balnearia sí tomó ese rol Ritondo, quien confirmó así su mutación: en 2020 era de las palomas que le ponía límites a la grieta. Tanto, que Bullrich enviaba comunicados en su nombre sin consultarlo para marcarle la cancha.
El también dirigente de Independiente aún reconocía por entonces a María Eugenia Vidal como líder y esperaba una definición sobre su futuro electoral.
La imaginaba compitiendo en la provincia de Buenos Aires, pero Larreta logró que la representara en la Ciudad en 2021 y gane sin lucirse.
Inquieto, Ritondo rompió el tablero y definió tras esos comicios que competirá para la gobernación de Buenos Aires contra Diego Santilli, el candidato de Larreta.
Macri vio la opción de meterse en la interna y se acercó a Ritondo. También hizo otro gesto por Vidal: logró ubicar a su lado al legislador porteño Darío Nieto, su ex secretario e implicado en la causa de espionaje ilegal contra el Gobierno de Cambiemos.
Vidal es la otra pieza clave de Macri para no perder los hilos del PRO, porque si se anima a competir por la presidencia le quita poder a los dos candidatos.
La diputada nunca ocultó sus intenciones. Antes de competir en la ciudad, les decía a sus íntimos que su futuro está en la elección presidencial y no en la jefatura de Gobierno. “Si en marzo de 2023 mido más que Larreta no me podrán bajar”, repetía.
Macri compró la apuesta de la ex gobernadora para amortiguar la interna entre Larreta y Bullrich, que tomó tal voltaje que un ganador puede considerarse dueño del PRO para siempre.
El ex presidente no quiere ese escenario y para ordenarlos necesita que lo tomen en serio cuando dice que puede competir.
Ritondo se encargó de advertirlo, un gesto que le puede valer un padrinazgo para su pelea por el principal sillón de La Plata.
Lo necesita: Macri todavía tiene aceptación en el interior de la provincia, donde vota el 30% del padrón y puede resultar decisivo si la elección es pareja.
Son los electores que le dieron el triunfo a Vidal en 2015 y en 2021 fueron seducidos por el radical Facundo Manes, quien luego los abandonó y fue a recorrer el país.
Su candidatura presidencial sigue sin plafón político y su ausencia en el campo bonaerense es una oportunidad para Ritondo. Necesita de un Macri fuerte que lo potencie y por eso lo candidatea a jugar la presidencial.
En la UCR no imaginan al ex presidente yendo por una revancha. Gerardo Morales y Martín Lousteau confirmaron su respaldo a Larreta-Santilli y aseguran que romperán Juntos si Macri quiere ser candidato. El jujeño lo dice sin metáforas.
Pero Vidal y Ritondo no lo tienen en cuenta. Y advierten que Macri, sea candidato o no, será el que defina la interna del PRO. Que es la decisiva.