Larreta y Morales, la fórmula de Juntos que desafía a Macri - Política y Medios
26-07-2024 - Edición Nº6020

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

Larreta y Morales, la fórmula de Juntos que desafía a Macri

El esquema se completa con Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires y Martín Lousteau en la Ciudad, también presentes en el cónclave balneario. Se preparan para enfrentar a Cristian Ritondo y Jorge Macri, los elegidos por los halcones PRO.

Por: J.Nye

 

Con una reunión en Mar del Plata, Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales confirmaron que planean una fórmula presidencial de Juntos por el Cambio que relegue a Patricia Bullrich y jubile a Mauricio Macri. El esquema se completa con Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires y Martín Lousteau en la Ciudad, también presentes en el cónclave balneario. Se preparan para enfrentar a Cristian Ritondo y Jorge Macri, los elegidos por los halcones PRO.

El jujeño nunca se creyó su candidatura presencial. "Quédense tranquilos que no voy a hacer locuras", le aclaró a los radicales preocupados por su alto perfil, que combinaba recorridas por el país con duras críticas a Macri. Su posicionamiento fue claro: no a la grieta permanente y sí a un acuerdo amplio para definir políticas de Estado, si es necesario, junto a sectores del Gobierno.

La interna que anunció con Facundo Manes no fue otra cosa que un tubo de ensayo para aislar al neurólogo, que está cada vez más solo. Sus seguidores en Buenos Aires no entienden su antimacrismo y no hay figuras en las provincias entusiasmadas con su aventura presidencial.  

Macri y Bullrich creen que cualquier perfil dialoguista termina con un fracaso como el de Cambiemos, que gobernó con un gran acuerdo con los gobernadores peronistas para aprobar leyes en el Congreso. El ex presidente cree que faltó más pero no saber definir bien qué. Morales y Larreta reconocen, en tonos distintos, que  la construcción de consenso fue el punto más fuerte de esa gestión, que sucumbió por su irresponsable endeudamiento. 

La reunión de Mar del Plata tuvo a "equipos técnicos", como se denomina a los asesores que podrían ser potenciales ministros de un Gobierno. Es otro de los flancos de Larreta: su economista es Hernán Lacunza, recordado por el establishment argentino como el último referente del fracaso de Macri y también un desprolijo ministro en la provincia de Buenos Aires, donde dejó una deuda en dólares imposible de justificar. Era la línea que bajaba por esos días el Gobierno, con ex banqueros de funcionarios como Alfonso Prat Gay y Santiago Bausilli.

El círculo rojo, repiten los radicales larretistas, no acepta a los asesores que pululan a diario por la jefatura de Gobierno. Pero tampoco proponen a otros que puedan seducir, a no ser la eterna propuesta de Carlos Melconian, rechazado por Macri porque "hace la suya". No es el único del PRO que piensa lo mismo. Los radicales, en Mar del Plata, acercaron a Eduardo Leve Yeyati y Guido Lorenzo, asesores de Morales y Lousteau. 

El  cuadro de asesores se completó con funcionarios vinculados a las políticas públicas como Julia Pomares, ex titular de Cippec; o el presidente de la fundación Argentina Porvenir, Javier Okseniuk. A Larreta siempre le gustaron los asesores de perfil bajo que no lo opaquen y en tal caso se beneficien de su blindaje mediático, que desde la salida de Macri no tiene fisuras. Antes, Marcos Peña se permitía propinarle algún castigo en la TV.

En Mar del Plata se avanzó con la propuesta de boletas cruzadas, que consiste en hacer todas las combinaciones posibles entre los candidatos de diferentes categorías. Como la Ciudad y la Provincia serán las únicas elecciones simultáneas con la Nación, este esquema permite que el control de la logística electoral de los intendentes y candidatos a jefe de Gobierno sea decisivo para resolver la interna presidencial.

Larreta se ve favorecido porque tiene una construcción política más sólida. Bullrich  mide mejor en las encuestas pero no tiene fondos para financiar candidatos, crucial para definir alianzas al inicio de los años electorales. Macri desprecia el plan de boletas cruzadas porque podría arriesgar la Ciudad de Buenos Aires, donde confía en volver a pisar fuerte con su primo nacido en Tandil. Desde que dejó la oficina principal de la jefatura de Gobierno no logró incidir en las decisiones como le hubiera gustado. Sobre todo las que involucran concesiones públicas.

Lousteau y su jefe Emiliano Yacobitti serían una puerta de salida del PRO en la Ciudad pero a Larreta no le preocupa, porque imagina que el gobierno de coalición que funcionaría a nivel nacional escindiría las etiquetas locales. Ese es su plan.

La discusión por Buenos Aires fue la más difícil, porque Macri quiere a Ritondo o a cualquiera que no sea Santilli, con quien quedó ferozmente enfrentado tras la causa de espionaje ilegal en la que se supo que lo perseguían junto a su familia. 

Los enroques en el PRO de estos días no tienen desperdicio: Ritondo, que protegía a Larreta en 2020, esa ahora el candidato de Bullirch, quien a su vez supo por los medios que el diputado Waldo Wolff se sumaba a la jefatura de Gobierno. Fue tal  vez el principal defensor de su línea mano dura en el Congreso en el primer año de Alberto presidente, pero se asqueó de los discurso de ultra drecha en los grupos de wasap de la ministra. "Voy a hacer lo posible para que Larrea no sea candidato", tuiteó Fernando Iglesias, quien sigue firme con la ex ministra. 

Otro logro de Morales fue eclipsar a los radicales conservadores que abundan en las provincias y no lograron coordinar una propuesta para adosarla a plan de Patricia Bullrich. Quien tenía a cargo esa tarea era el radical Alfredo Cornejo, pero se desinfló porque no encuentra su lugar: no se imagina de vice y sólo ve su futuro en un gabinete nacional. Sino, prefiere volver a Mendoza o seguir haciendo tiempo en el Senado.

Larreta también debe resolver cómo abordar en la campaña el caso de Marcelo D'Alessandro, su ministro de Seguridad implicado en un caso de dádivas por la filtración de sus chats. Acordó una licencia de 90 días para que prepare su defensa pero el tema se colará en la campaña electoral y no podrá ocultarlo.

Le pasó a María Eugenia Vidal con la ostentosa casa en Recoleta que construyó cuando dejó la provincia de Buenos Aires. El jefe de Gobierno cree que Bullrich participó de la operación y usará el tema para una interna que no será sencilla. Y parece inevitable. 

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