En 2023 las urgencias electorales se apoderan de Casa Rosada - Política y Medios
10-12-2024 - Edición Nº6157

ENTRETELONES DE CASA ROSADA

En 2023 las urgencias electorales se apoderan de Casa Rosada

El Frente de Todos afronta un complejo escenario donde el optimismo presidencial fricciona con la siempre tensa relación que mantiene con el ala kirchnerista y obstáculos que llegan desde lo más alto del Poder Judicial.

Por Juan Pablo Peralta, desde Casa Rosada.

La última semana del 2022 no tenía por qué ser tranquila si los tres años -y casi un mes- de administración del Frente de Todos no lo fueron. Alberto Fernández termina el año inmerso en una puja con el hombre que venía de capas caídas en la interna de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta. El opositor presidenciable que más resistencias de los halcones macristas tiene pero que mantiene indemne su voluntad de llegar al sillón de Rivadavia.

En Casa Rosada se sabía desde que se inició la pelea que la discusión judicial por los fondos coparticipables porteños era la crónica de una derrota anunciada. Sin embargo, fallo de la Corte Suprema mediante y envalentonado por 14 gobernadores peronistas que le dijeron “estamos con vos”, el jefe de Estado avanzó con la idea de no acatar el fallo.

En pocas horas, y ante los reiterados consejos de Vilma Ibarra (Legal y Técnica) –en particular de Sergio Massa- hubo que volver sobre esos pasos perdidos y respetar la decisión del más alto tribunal de la Nación.

“Si perdimos ganando (en las Legislativas del 2021) por qué ahora no vamos a desobedecer acatando”, bromeó un colaborador presidencial en una de las galerías del Patio de las Palmeras.

El esquema de pagos con bonos TX31 fue la estrategia diseñada por el equipo de asesores del ministro de Economía, que sólo tiene como objetivo mantenerse a derecho y extender la discusión hasta después de la feria judicial para evitar males mayores. Un dólar informal a 357 pesos, que potencia la presión sobre precios y licuación de salarios no era el mejor cierre del año.

En ese contexto, el lunes después de un desplante a las Fuerzas Armadas en la clásica ceremonia de egreso de militares en Palomar -de la que se fue antes de tiempo- Fernández volvió a Gobierno a seguir las repercusiones de su hilo de tuits en el que había anunciado un rato antes que retrocedía pero en tono crítico a “los Supremos”.

Sabía que, más allá de la paradoja de Cristina Kirchner que la obliga a hacer equilibrio entre lo que desea y no poder dejar sin plafón a Massa, los palos iban a recaer sobre él en el acto que la Vicepresidenta tenía programado el martes en Avellaneda.

Mientras recibía al intendente de Morón, Lucas Ghi, por temas de gestión, ojeaba en su celular los apoyos que había recibido su nueva posición en la red de Elon Musk. Sólo tres de sus ministros y un gobernador lo habían retuiteado: Aníbal Fernández (Seguridad), Santiago Maggiotti (Vivienda) y Martín Soria (Justicia); y desde Catamarca, Raúl Jalil, avalaba.

De todos modos, el apoyo que más le gustó y decidió replicar desde su cuenta fue el de Fernándo “Chino” Navarro (Secretario de Relaciones con la Sociedad Civil). El hombre del Movimiento Evita, aún con despacho en Balcarce 50, le dio épica a su ambigüedad con estas líneas: “En el grave conflicto de poderes que armó la Corte y JxC por la coparticipación, el presidente @alferdez demostró ser la única parte comprometida con la paz social y el orden institucional”.

Ese mismo lunes hubo una visita inesperada en la sede del Poder Ejecutivo. Por la explanada de Rivadavia ingresó serio uno de los pocos hombres que es nexo entre los Fernández. Nos referimos al ex ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, quien vuelto a la intendencia de Avellaneda se hizo presente en calidad de vicepresidente del Instituto Patria.

Estuvo un rato largo con el Presidente en la previa al discurso de CFK en sus pagos. De todos modos Alberto F. ya había organizado su agenda para no tener que escucharla, viajaría a encabezar la reunión de los Bajos Submeridionales en Santiago del Estero.

Mientras el martes la senadora Kirchner decía en la inauguración del Polideportivo Maradona -en territorio bonaerense- que ella es “peruca” y que lo suyo no es un renunciamiento ni una autoexclusión, sino proscripción, Alberto refunfuñaba junto al gobernador anfitrión, Gerardo Zamora, contra los integrantes de la CSJN: “Si me tengo que pelear con todos los jueces, lo voy a hacer, con los que no me voy a pelear es con ustedes”, aseguró ante el resto de mandatarios provinciales que participaron del evento; Jorge Capitanich (Chaco) y Omar Perotti (Santa Fe).

Pese al mínimo acuerdo sellado entre Ferraresi y el mandatario -con el fin de evitar críticas públicas en la interna del FdT por el tema Corte y Coparticipación- Cristina no pudo con su genio y, como quien no quiere la cosa, en un comentario que tildó de “anecdótico”, calificó al “albertismo” de manera elíptica como la “Agrupación Política Amague y Recule Permanente”.

A las pocas horas, en los chats kirchneristas se nombraba (a modo de humorada) con las siglas “APARP”, al grupo que rodea al titular del Ejecutivo y que tiene la ambición de torcerle el brazo a “La Jefa” en su intento por ungir sin trabas al candidato que represente a su espacio y garantice sostener el Poder en las comarcas bonaerenses, traccionando la mayor cantidad de votos frente a una coyuntura muy compleja que pone en dudas el triunfo, hasta hace poco garantizado, de Axel Kicillof en la PBA.

A la salida de la última actividad pública del año de la Vicepresidenta, un alto dirigente que camina La Matanza graficó el clima interno en el cristinismo: “Más allá de que la militancia y algunos funcionarios quieren a Cristina candidata, la verdad es que a partir del ’23 ella nos sirve más como líder de la oposición, sin cargos y sin derrotas previas”.

Con el trasfondo de la confrontación por los fondos de recaudación fiscal a la Capital Federal, en Rosada hubo otro cónclave por la Hidrovía. Al terminar el encuentro, el flamante ministro de Transporte de la Nación, Diego Giuliano, sumó presión a Larreta pidiéndole que se haga cargo de los subsidios a las 32 líneas de colectivo que recorren el distrito porteño, como hacen las 23 provincias del país.

El miércoles, el jefe de Estado tuvo en agenda una sola actividad. Una recorrida por un parque industrial y tecnológico de Florencio Varela junto al edil local, Andrés Watson. El escenario que rigió el corte semanal era el de un dólar blue que en algunas partes del país alcanzó los $363.

Desde el palacio de Hacienda hubo llamados a cuevas "amigas" para bajarlo y desde Economía circularon un mensaje: “Va a bajar”. Más allá de que esto finalmente ocurrió sobre el final de la rueda semanal, no son pocos los operadores del mercado que infieren que por inflación, el billete verde debería valer $390.

Finalmente, ese día no se hizo la última reunión de Gabinete del año. Juan Manzur hizo una extensa gira por Israel, llegó el martes y además tiene los ojos puestos en lo que ya confirmó. Será candidato a vicegobernador de Osvaldo Jaldo y deberá enfrentar un duro desafío: mejorar la performance del FdT en Tucumán, donde en las últimas legislativas de 2021, se impuso a JxC por únicamente dos puntos.

Será la primera elección y termómetro del período electoral el próximo 14 de mayo, que tiene un calendario nacional que cada vez está más cerca: el 13 de agosto serán las PASO, las generales el 22 de octubre, y si hay balotaje, se votará el 19 de noviembre. Y el dato que más acelera todo es que el 24 de junio cada alianza deberá oficializar en la Justicia sus listas de precandidatos nacionales a senadores, diputados, presidente y vicepresidente.

Después de dimes y diretes, y especialmente luego del error garrafal de no permitir el acceso a su lugar de trabajo (por primera vez en la historia) a los periodistas acreditados en Casa de Gobierno, que iban a cumplir sus tareas el martes en que la Selección campeona del mundo esquivó llegar al histórico edificio rosado, Alberto Fernández decidió hacer un brindis de fin de año –y charla- con la prensa que trabaja diariamente en Balcarce 50.

Fue en el Salón Pueblos Originarios, donde se lo volvió a ver junto a su vocera, Gabriela Cerruti, con quien tuvo encontronazos después del vaciado festejo por los tres años de su administración y todo lo concerniente a la fallida visita del equipo de Lionel Messi y Scaloni.

En ese marco, el jefe de Estado expresó que hay una perspectiva –quizás tardía- en la valoración de su gestión y que por eso considera que la coalición de gobierno va a imponerse, contra el único adversario político que tiene: “la derecha”. Minimizó las posibilidades de Javier Milei y sus libertarios. “Vamos a ver a la hora de votar quienes apoyan esa propuesta”, enfatizó al respecto.

En referencia a los dichos de CFK, donde fue aludido indirectamente, Fernández dijo: “No pude escucharla, estuve de viaje, creo que en Santiago”, pero aclaró que está de acuerdo con su postura hacia la Justicia. Criticó a los medios porque según él concluye, manifestaron erróneamente (o con malicia) que su decisión era no acatar el fallo de la CSJN, cuando en realidad lo que había dicho fue que era de “imposible cumplimiento”.

Así se enfrascó en la discusión semántica de los titulares, no obstante reconoció que parte de esas operaciones provienen del mundillo político, al cual pertenece y defiende pero que, como en todo ámbito, hay gente con buenas y malas intenciones. Sobre el tema de los precios y la inflación declaró que se está trabajando en ello y que es el objetivo de máxima bajar esos índices.

Reflexionó que ve positiva la llegada de Massa aunque defendió lo conseguido por Martín Guzmán, en particular en lo referido al acuerdo con el FMI, el cumplimiento de las metas que exige el organismo, mientras que a su entender se sostiene el crecimiento del 6 por ciento en este 2022 -admitiendo que se va a crecer menos en el ’23- y la creación de empleo genuino. Un tema que genera polémicas porque los números oficiales marcan generación de ocupación, pero informal.

El Mandatario aseguró que no se tomará vacaciones, algo que no impondrá a sus funcionarios, “lo importante es que esté yo”, remarcó, y expresó que si alguno de ellos se candidatea, la lógica es que deje la función. Sin embargo, sobre Manzur opinó que se va a ir viendo el tema. Fernández adelantó su presencia en la jura de Lula da Silva y la llegada al país del canciller alemán, Olaf Scholz, a fines de enero junto a un grupo de empresarios interesados en el sector gasífero. Una presencia que el teutón extenderá a Chile y Brasil.

El presidente Fernández negó que vaya a convocar a una mesa política pero sí confirmó que llamará a sesiones extraordinarias en el Parlamento, probablemente en febrero, para tratar temas como el pago de coparticipación a la CABA, blanqueo de capitales, y la creación de nuevas categorías de monotributo para exportación de servicios en dólares.

La insistencia del periodismo acreditado hizo prometer al titular del Ejecutivo que dará conferencias de prensa en Casa Rosada, algo que hizo pocas veces allí o en Olivos, y sólo en épocas de pandemia.

Aquel que pensó que todo estaba dicho en materia política o cambios gubernamentales en el final del ’22, se equivocó: en las últimas horas del jueves y en las primeras de este viernes hubo dos renuncias y un despido. La primera en comunicar a través de sus redes sociales que se alejaba de la administración albertista fue la interventora del INADI, Victoria Donda, quien lo hizo con una carta con críticas a las políticas de Fernández.

"Nuestra gestión nacional, poco a poco pero crecientemente, nos fue desilusionando al alejarse de la que creí era su esencia más íntima -mejorar las condiciones materiales y simbólicas de los millones que nos votaron llenos de esperanzas en 2019", escribió la ex diputada que resaltó la figura de CFK, a quien acompañó el martes en primera fila cuando habló en el sur del Conurbano. Desde el Gobierno aseguran que ella abdicó al saber que el presidente quería regularizar el Instituto, pero sin ella al frente.

La otra dimisión se conoció a través del Boletín Oficial. Félix Crous dejó la oficina anticorrupción desde la que no quiso ser querellante en la Causa Vialidad y otras que comprometen al oficialismo.

Entretanto, el ministro Massa echó al presidente de la Casa de la Moneda, Rodolfo Gabrielli. Adujo mal desempeño, especialmente en materia de impresión de billetes que dio un saldo negativo porque hubo que gastar fondos produciéndolos en el exterior. En los próximos días se sabrá quienes reemplazarán estas deserciones y la cesantía.

Estos reacomodamientos, que vienen desde hace tiempo (y seguirán), tienen que ver con que en ocho meses los argentinos estaremos votando. Por eso la urgencia de la clase política pasa por intentar encaramarse en las principales alianzas electorales a enfrentarse y no quedar del lado equivocado cuando se sea gobierno u oposición.

Juntos por el Cambio viene sosteniendo ese ejercicio aceitado que, más allá de las diferencias endógenas, le viene dando buenos resultados en los comicios. El peronismo ya no se puede acotar al Frente de Todos porque en su mandato ha demostrado tener más facciones en pugna que coincidentes.

Casa Rosada da pelea para no tener que alinearse a las decisiones de Cristina Kirchner. El dilema de los pocos albertistas que quedan allí, de los sindicalistas, gobernadores e intendentes, es que si los votos de las bases siguen recayendo en la figura de la ex presidenta (inclusive aunque disminuyan su caudal), después del 10 de diciembre de 2023 -se sea opositor u oficialista- deberán seguir atados a las definiciones que tome el kirchnerismo.

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