ENTRETELONES DE CASA ROSADA
En septiembre, cuando el ministro de Economía Sergio Massa anunció el Programa de Incremento Exportador orientado a la soja, los grandes productores que habían acopiado los granos propios y comprados supieron que la espera especulativa por un mejor precio había resultado exitosa.
Sin embargo, los medianos y pequeños agricultores protestaron porque ese beneficio iba a ser para los peces gordos, que habían retenido millones de toneladas a la espera de una gran devaluación o un tipo de cambio diferencial, mientras que ellos por su escala ya habían comercializado sus cosechas y se iban a quedar afuera del beneficio.
Peor los productores de maíz o trigo, que directamente no iban a ser alcanzados por ningún tipo de cambio especial y el llamado dólar soja, aunque estuviera vigente por un mes, no les tocaba a sus cosechas. Encima, los que habían apostado por ambos cultivos tuvieron una sequía en sus campos peor que la del año pasado.
Con la soja a $200 por tonelada el Gobierno se hizo de US$8.100 millones para sumar a las reservas del BCRA, y así fortalecer su posición cambiaria y además cumplir con una de las metas acordadas con el FMI, aunque al mismo tiempo resigno gran parte del 35% de derechos de exportación que se le cobra al grano.
El Gobierno pensó en aquellos reclamos, el sábado lo adelantó Massa y ahora les da una revancha a los productores que no pudieron ingresar a la cotización diferencial de la oleaginosa durante septiembre pasado.
Este lunes el Ministerio de Economía formalizó la creación del Programa de Compensación para Pequeños y Medianos Productores de Soja y Maíz con la publicación de la resolución 862/2022 en el Boletín Oficial.
En el detalle se aclara que el propósito del programa es compensar a un segmento de pequeños y medianos productores que no pudo acceder a los beneficios del dólar soja por haber comercializado su producción con anterioridad a su implementación.
Según especifican desde el Palacio de Hacienda se destinarán $15.000 millones para subsidiar con hasta $6.500 por hectárea de soja y hasta $20.000 por hectárea de maíz.
Hay tiempo hasta el 29 de noviembre para postularse y los montos se harán efectivos en diciembre mediante transferencia bancaria a las CBU declaradas.
“Estamos cumpliendo el compromiso de que el fondo recaudado por el programa de fomento a las exportaciones de soja vuelva al sector agrícola para generar un aumento de nuestra producción y de las exportaciones para el año que viene, pero además para proteger y beneficiar a los sectores que no pudieron participar del programa porque son los productores más chicos y los primeros que venden”, había aclarado el ministro el fin de semana.
Así se busca incrementar el área sembrada de ambos cultivos de cara al año próximo y, en consecuencia y si las condiciones climáticas acompañan, incrementar o mantener la performance exportadora de ambas oleaginosas.
Es una estrategia de ganar-ganar, porque los productores tienen un incentivo de cara al ciclo 2023 y además el Gobierno se asegura la liquidación de divisas a un buen ritmo para seguir juntando dólares. La demanda para importaciones se mantiene, y seguramente se deberán comprar aún combustibles del exterior.
Entre las condiciones para acceder al beneficio figura tener presentado en estado confirmado el stock/existencias en el Sistema de Información Simplificado Agrícola y haber declarado hasta el 30 de septiembre inclusive una superficie destinada a soja menor a 400 hectáreas y de maíz hasta 100 hectáreas para la campaña que culmina.
Por otro lado, postulantes no tienen que haber realizado ventas de soja entre el 5 y el 30 de septiembre de este año ni contar con existencias de soja al 30 de septiembre inclusive exteriorizadas en Información Productiva del SISA.
Transcurrido el plazo establecido de 15 días a partir de la publicación en el Boletín Oficial, la Secretaría de Agricultura proporcionará a la AFIP el listado de productores solicitantes, y esta última brindará el listado e información correspondiente a cada uno de aquellos que cumpla con los requisitos establecidos.
Según la resolución, el programa se fundamenta en el interés del Estado de acompañar el desarrollo y mejoramiento de las condiciones de los pequeños y medianos productores agropecuarios y estimular la producción y el fortalecimiento de economías regionales.
“El fondo de lo recaudado por el Programa Incremento Exportador, vuelve al campo para beneficiar a los pequeños y medianos productores con un aporte que representa el 40% de la inversión que deberían realizar en semillas y fertilizantes, para acompañarlos a aumentar la siembra de la próxima campaña agrícola en un millón de hectáreas", afirmó Juan José Bahillo, secretario de Agricultura de la Nación.
Ahora que la abundante lluvia caída permitirá acelerar la siembra, y con la ayuda de esta financiación extra para los sojeros y maiceros de menor escala, si la Niña afloja y el clima acompaña miles de agricultores podrán tener un mejor arranque de ciclo.
