Las elecciones legislativas en Estados Unidos tienen una gran influencia en la región. El avance del Partido Republicano, en espacial de los sectores que responden al expresidente Donald Trump, representa un evidente retroceso dela relación de Washington con los gobiernos progresistas de la región.
El pasado martes 8 de noviembre, el pueblo norteamericano fue a las urnas para las elecciones legislativas de medio término.
Se elegía al total de los miembros de la Cámara de Representantes o Cámara Baja (similar a la Cámara de Diputados en Argentina), que está compuesta de 435 integrantes, y se renovaba un tercio (35) de la Cámara de Senadores o Cámara Alta. También se elegían gobernadores en 36 estados.
Según señalaron numerosos analistas, el resultado final pude demorarse varios días debido al recuento de votos en algunos estados. Las encuestas señalaban que los republicanos obtendrían una ventaja en la Cámara de Representantes y los demócratas aspiraban a mantener el control del Senado.
Hasta el miércoles 9, el conteo de votos indicaba que de los 100 senadores, los republicanos ya habían logrado 49, los demócratas 48 y aún quedaban 3 escaneos en disputa.
Por otra parte, de los 435 representantes (hasta el miércoles 9) los republicanos habían obtenido 204, los demócratas 187 y aún quedaban 44 escaneos en disputa.
Con el control de la Cámara de Representantes los republicanos pueden obturar las iniciativas del Ejecutivo norteamericano.
Varios de los referentes políticos demócratas que obtuvieron triunfos en estas elecciones tuvieron duros discursos antiinmigrantes y hablaron despectivamente de los gobiernos populares de la región.
A mediados de 2022, el senador republicano Ted Cruz, le envió una carta al Secretario de Estado, Antony Blinken, para exigirle sanciones contra la actual vicepresidente argentina Cristina Kirchner a quién tildo de corrupta.
También, a mediados 2022, ante la posibilidad de la elección (que luego se concretaría) de Gustavo Petro como presidente de Colombia, el mismo senador republicano, Ted Cruz, amenazó con quitarle a ese país la ayuda que económica que Estados Unidos le brindaba para lucha contra el narcotráfico. “No estoy interesado en dar a los izquierdistas antiestadounidenses dólares de los contribuyentes como ayuda”, aseguró.
En la misma línea, la militancia del senador republicano Marco Rubio contra los gobiernos populares de la región y en especial contra Cuba, Nicaragua y Venezuela es más que conocida.
También es muy conocida la cercanía entre Donald Trump y el actual mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, o con el anterior mandatario argentino, Mauricio Macri, por quien intercedió ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que le concedieran el préstamo más grande la historia de ese organismo (55 mil millones de dórales) para, de esa forma, intentar ayudarlo a ganar las elecciones de 2019.
Las agresiones de varios senadores norteamericanos contra el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador han sido reiteradas.
El respaldo de todos estos sectores reaccionarios y al golpe de Estado en Bolivia contra el presidente Evo Morales, en 2019, también ha sido denunciado en varias oportunidades.
La lista es larga y, si bien los demócratas tampoco han sido respetuosos de las democracias latinoamericanas, el creciente poder de los republicanos es una noticia preocupante para nuestra región.