Dos días después del acto radical en el que Gerardo Morales acusó a Mauricio Macri de fracasado, Alfredo Cornejo se despegó: “Macri es nuestro aliado”, aclaró.
El senador mendocino nada había dicho cuando escuchó en vivo al titular de su partido despotricar contra el expresidente, pero después parece que le sonó el teléfono y tuvo que desmarcarse.
Pesaron varias cosas: su sociedad con Patricia Bullrich y el riesgo de una rebelión de la tropa radical de Mendoza, donde no tienen fantasías progresistas.
La secretaria de Energía Flavia Royón no esperó a que el Senado sancionara el presupuesto para publicar la resolución que aumenta los subsidios a las zonas cálidas.
Cometió un error: por no incluir a Entre Ríos en esa lista, el senador Edgardo Kueider amenazó con no votar el presupuesto en la sesión prevista para el 16 o 17 de noviembre.
La salteña olvidó que el senador había presentado un proyecto de ley para incluir a su provincia y la resolución lo dejó en ridículo. Lo hará valer en el recinto.
El secretario de Programación económica Gabriel Rubinstein, en los papeles en segundo de Sergio Massa, fue al Senado a exponer sobre el presupuesto y habló de más.
Sin que nadie le preguntara, destacó su gestión en el equipo de Roberto Lavagna hace 20 años y culpó a sus sucesores de no mantener ordenada la macroeconomía.
No hizo excepciones y la oposición y la prensa lo acusaron de pegarle a Cristina Kirchner a metros de su despacho. No hizo aclaraciones. Se sabe: en su historial en twitter nunca fue amable con la vicepresidente.
Javier Milei anunció que si se trata el proyecto de los partidos provinciales para eliminar las primarias no dará quórum y así complicó las chances de su aprobación.
Es que si el Frente de Todos estuviera unido con sus aliados para este tema no alcanzaría más que 126 diputados, 3 menos que la mayoría para iniciar una sesión.
Milei podía aportarlos y beneficiarse de no ir dos veces a las urnas, un riesgo para las terceras fuerzas. Pero no quiso: “No quiero que anden llorando”.
En el oficialismo no salieron del asombro por su funcionalidad con Juntos por el Cambio, aun en su contra.
Leonardo Grosso intentó volver a tratar la ley para proteger a los humedales, pero estuvo más lejos que nunca de tener consenso.
Los gobernadores del norte, la mayoría oficialistas, no enviaron legisladores ni funcionarios para participar.
Y Juntos por el Cambio le hizo un vacío a la convocatoria porque entendía que no era reglamentaria, al haberse extinguido el cuarto intermedio de un plenario convocado hace más de mes. Se había suspendido por pedido de los jefes de bloque.
Grosso volverá a intentar dictaminar pero no parece fácil que llegue a un consenso con propios y ajenos.