ENTRETELONES DE CASA ROSADA
Tras semanas de informes de ministros y funcionarios en la comisión, las modificaciones de los últimos días y el dictamen de mayoría, hoy se inicia en Diputados el debate del proyecto de ley de Presupuesto 2023, que debería tener media sanción a más tardar mañana.
El oficialismo confía en tener los votos necesarios para su aprobación y el paso al Senado. En cualquier caso ya se puede analizar cómo se repartirán los recursos nacionales entre las 24 jurisdicciones y qué impacto tendrá en sus cuentas.
En la Cámara Baja no hay mucho consenso para volver a dejar al Gobierno como este año sin presupuesto y, al menos en los trazos gruesos, los números muestran una retracción en los gastos que inspira positivamente a los que luchan por el achicamiento del Estado.
Por la misma razón, varios gobernadores, incluso del Frente de Todos y algunos gremios estatales, como los docentes bonaerenses no están tan conformes y ya manifestaron su descontento y pidieron revisiones.
Aunque la situación de las provincias muestra superávits impensados no hace mucho tiempo, los gobernadores y los legisladores del interior tienen claro que contar con más recursos nacionales no sólo es necesario sino imprescindible, sobre todo en un año con elecciones generales.
Más allá de sus propios ingresos, saber que las transferencias automáticas a las 23 provincias y CABA serán 81,3% mayores a las de este año y que alcanzarán un monto de $11,5 billones tranquiliza a oficialistas, opositores e independientes.
Según el proyecto de ley, como los recursos tributarios nacionales aumentarán 3,3% más que los provinciales, esa diferencia generará ingresos adicionales para éstas por $211.878 millones, comparado con el resultado que se obtendría con una evolución similar de los recursos propios.
Sin embargo los gobernadores se abroquelaron y la semana pasada le hicieron el primer planteo conjunto en disidencia a Sergio Massa, para que se aumenten los subsidios al transporte público de pasajeros.
El ministro tomó nota y prometió aumentarlo, pero el tema todavía no está definido y hay una medida de fuerza en marcha de los colectivos del interior del país. Otros mandatarios provinciales también reclaman más obras y partidas adicionales para sus terruños con vistas al año electoral.
Del citado monto de distribución automática, sujeto a leyes preexistentes, el 89,78% corresponden al Régimen de Coparticipación Federal de Impuestos, el 4,04% a las Compensaciones por el Consenso Fiscal, el 3,18% a la cuota parte del Impuesto a los Bienes Personales destinada a la Seguridad Social, el 0,97% al Fonavi y el 2,03% restante a varios de fondos específicos.
Como es usual por su magnitud, la provincia de Buenos Aires encabeza la lista con 2,6 billones y le siguen en monto descendente Santa Fe ($992.675 millones), Córdoba ($965.835 millones), Chaco ($549.768 millones) y Entre Ríos ($532.248 millones).
Tras las cinco principales se ubican Tucumán ($520.767 millones), Mendoza ($454.304 millones), Santiago del Estero ($452.244 millones), Salta ($429.195 millones), Corrientes ($415.445 millones), Formosa ($396.645 millones), Misiones ($ 371.166 millones), San Juan ($ 364.082 millones), Jujuy ($310.001 millones) y Catamarca ($293.670 millones).
Cierran la nómina completa Río Negro ($274.437 millones), CABA ($248.430 millones), San Luis ($244.080 millones), La Rioja ($223.204 millones), La Pampa ($205.781 millones), Neuquén ($193.868 millones), Chubut ($176.006 millones), Santa Cruz ($172.846 millones) y Tierra del Fuego ($133.717 millones).
En el mensaje adjunto a la presentación de la llamada ley de leyes, el Ministerio de Economía proyecta una prolongación del sendero de recuperación económica que están experimentando todas las jurisdicciones y una mejora de los ingresos tributarios y no tributarios tal como se evidencia desde 2021.
Sin embargo, y aunque se descuenta que mantendrán sus superávit primario y financiero, estiman una disminución en sus niveles actuales, ya que el primero equivaldrá al 0,43% del PBI en 2023, mientras que este año se prevé cerrar en el 0,55%.
De igual modo, en Economía ven una leve baja del superávit financiero, que el año próximo rondaría el 0,13% del producto, mientras que en este ejercicio sería una décima superior.
Luego de las modificaciones pedidas por legisladores de distintos bloques parlamentarios en la redacción original del proyecto, sobre todo con los temas de subsidios al transporte, ganancias de judiciales, retenciones, inflación mayor a la estimada y aumento de prepagas, que ya fueron discutidas en la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el jueves pasado se emitió el dictamen de mayoría.
Pasado el mediodía de hoy se inicia el debate en la Cámara Baja y, como no se prevé un cuarto intermedio, estiman que la sesión podría prolongarse hasta la salida del sol.
No se conoce la lista de oradores, pero es lógico que sea larga como en años anteriores, con más de 140 artículos por revisar, y por eso dicen que llegar a la votación podría llevar más de 20 horas.
Está claro que el oficialismo quiere lograr la aprobación cuanto antes, pero hay que recordar que en diciembre pasado el voto negativo ganó al final de una maratónica sesión de 24 horas en la que hablaron todos pero el presupuesto no salió.
Si esta vez se calman los ánimos, se evitan las chicanas y los insultos, se respetan los planteos y los tiempos pactados, y los legisladores se concentran en la importancia de la labor para la que fueron votados, es de esperar un resultado distinto.
Lo cierto es que el Gobierno quiere que pase al Senado y se apruebe antes del 30 de noviembre, para empezar el último año de mandato con una certeza inicial y menos problemas durante la gestión de la administración nacional.
