
La Cámara de Diputados tuvo una sesión de consenso, pero en el Frente de Todos no quedaron conformes: no juntaron ni una firma de la oposición para convocar y luego desistieron de varios dictámenes que habían firmado en comisiones.
Por caso, no quisieron aprobar una ley para permitir que se pueda compartir empleo sin consecuencias y una serie de declaraciones de interés legislativo.
Molesto, el Frente de Todos no cumplió con el acuerdo de evitar ataques en el tratamiento de la ley para expropiar el predio de República Cromañón, que tenía consenso de todas las fuerzas políticas.
La sesión terminó con insultos cruzados y la imposibilidad de volver a llamar a una reunión con dictámenes de consenso, como estaba previsto.
Una semana después de acusar a Mauricio Macri de ejercer espionaje ilegal contra sus aliados, Facundo Manes se convirtió en protagonista de la sesión cuando se aprobó la renovación del subsidio a la innovación tecnológica.
El proyecto fue enviado por el Poder Ejecutivo, pero Manes lo trabajó desde la comisión de ciencia que preside, junto a la de presupuesto que domina el oficialismo. Fue un legislador más.
Mauricio Macri y Patricia Bullrich no lo soportaron y les pidieron a sus diputados que abandonaran el recinto en señal de protesta. También se fue Javier Milei, pero no José Luis Espert, que votó a favor. En definitiva, era una baja de impuestos.
Sólo se tocarán artículos del presupuesto, pero se aprobará en general, porque así lo quieren los legisladores de Juntos por el Cambio, sobre todo los que gobiernan provincias.
Hubo pedidos para reformar varios artículos y Germán Martínez se comprometió a negociarlos con Sergio Massa para llegar a un acuerdo.
Pero no parece imposible porque hasta Luciano Laspina, del PRO, lo consideró un presupuesto razonable, porque tiene ajuste.
Tan amenas son las reuniones, que hasta dejaron de ir camarógrafos de los canales a filmar y ni siquiera hay discusiones subidas de tono. Parece que seguirá así. Al menos hasta el 27.
Los problemas de salud de algunos senadores oficialistas impidieron armar una sesión y parece que así seguirá por un buen tiempo.
El jefe del oficialismo José Mayans y uno de sus dirigidos, Maurice Closs, no están posibilitados de estar en la sesión y así la posibilidad del quórum propio se desvanece.
Como tampoco hay mayoría opositora para mover el recinto, por lo que seguirá vacío un buen tiempo, tal vez hasta diciembre.
En el Congreso se habla de sesionar "como sea" durante el mundial de fútbol, para evitar chistes fáciles de los medios de comunicación, pero no es fácil porque dependerá de que Alberto Fernández llame a extraordinarias.
Sólo es posible con su firma y por lo tanto puede suceder que no haya sesiones porque el presidente no quiera y el costo lo paguen los legisladores.
Por si acaso, ya están planeando temas a tratar y en tal caso pedirle a Alberto que llame a sesiones o se haga cargo él. No será fácil.