CORTES DE ESTATALES
Sergio Massa fue a la Cámara de Diputados a exponer el presupuesto, mantuvo una charla amigable con sus colegas hasta que irrumpió la izquierda.
Con pancartas en alto Romina del Plá le reprochó haber amenazado al gremio del neumático con importar lo que falta si no terminan su medida de fuerza.
El ministro de Economía perdió la paciencia y levantó la voz. “¡El que miente es (Alejandro) Crespo!”, llegó a gritar, en referencia al sindicalista. Después se calmó.
Massa se prepara para una dura pelea con las provincias por las deudas de la energía mayorista que le venden a Cammesa.
El presupuesto incluyó un artículo que las obliga a pagar a riesgo de perder fondos de la coparticipación federal.
“No puede ser que las concesionarias provinciales deban y los gobernadores tengan superávit”, se molestó el secretario de Hacienda Raúl Rigo.
Gobernadores oficialistas y opositores se molestaron y aseguran que el artículo será borrado en el texto final del presupuesto que llegue al recinto.
Ley de humedales, por ahora no
El diputado radical Ricardo Buryaile fue una de las figuras de la semana: llamó a una comisión de Agricultura para que dirigentes de sectores productivos cuestionen la ley de humedales que se iba a dictaminar dos días después.
Logró que los gobernadores del norte grande, 8 de ellos oficialistas, emitieran un comunicado para pedir que el debate se suspenda hasta que participen. Quieren ser quienes determinen dónde hay un humedal.
El diputado oficialista Leonardo Grosso no quiso suspender el plenario de comisiones y obligó a su jefe Germán Martínez a firmar una nota con sus pares de otras bancadas para anularla. Graciela Camaño les recordó que no hay reglamento que ampare esa decisión. La pelea continúa.
En Juntos por el Cambio están temerosos de que el oficialismo consiga una mayoría para eliminar las primarias.
Se asustaron con el anuncio de un proyecto de ley presentado por Juntos somos Río Negro, una de las fuerzas aliadas del gobierno. Sólo faltan 3 votos y Javier Milei podría conseguirlos y beneficiarse.
Pero no habrá forma de alcanzarlos si el oficialismo no está unido. Alberto Fernández no parece interesado y envía mensajes de un boicot posible de sus diputados afines.
Además, asegura que los movimientos sociales votarán en contra. Massa y los gobernadores están a favor, pero Cristina Kirchner no habló.
La escena se repite cada semana: las comisiones del Senado se reúnen sin presencia de Juntos por el Cambio. Sólo asiste alguno de vez en cuando, firman dictámenes de minoría y se van.
Ni siquiera los conmovió la comisión de Acuerdos, que iba a tratar pliegos de militares y jueces. Sólo algunos asisten y ni hablan, como los radicales Pablo Blanco y Víctor Zimmerman; o la larretista Guadalupe Tagliaferri.
El resto decidió no aparecer nunca y el jefe del interbloque Alfredo Cornejo no está muy interesado en convencerlos. No teme que los acusen de ñoquis. Por ahora.
