REPERCUSIONES
Germán Martínez es jefe de bloque desde enero y todavía hay opositores que no asimilan la nueva etapa, como sus colegas del PRO, coordinados por Cristian Ritondo y monitoreados por Patricia Bullrich y Mauricio Macri.
El sábado se fueron de la sesión en la que se aprobó el proyecto de repudio al intento de magnicidio a Cristina Kirchner en la puerta de su domicilio, por temor a ataques políticos en los discursos.
Ritondo sabía que no los habría, porque se lo había prometido Martínez, pero no logró convencer a sus dirigidos. Sus socios de la UCR y la Coalición que estaban en el recinto se quedaron y le recriminaron la partida.
Minutos antes de la llegada de Cristina Kirchner a su domicilio, el Senado sancionó dos leyes pedidas por Sergio Massa en su discurso de apertura: la promoción automotriz y la de biotecnología.
Ya había logrado el blanqueo a la construcción y así tiene 3 de las cuatro leyes que reclamó disponibles, aun cuando varias tenían casi un año cajoneadas.
Sólo resta la promoción a la agroindustria, en debate en diputados y con disposición de la oposición a avanzar. Al tercer año del gobierno, la relación del Ejecutivo y el Congreso está en su mejor momento.
El senador del oficialismo Antonio Rodas retornó al recinto después de varios problemas de salud y sorprendió con una alusión al romance entre los radicales Carolina Losada y Luis Naidenoff.
“Hace poco, quien estaba hablando, hoy afortunadamente ha encontrado la paz y el amor aquí, en este Congreso”, señaló el chaqueño. Quién había hablado antes era Losada.
La pareja anunció que habrá casamiento y la oposición en el Senado empezó a prepararse para asistir la fiesta. No hay crisis que la empañe.
El libertario Javier Milei participó de la sesión de Diputados en la que se repudió el intento al magnicidio a Cristina Kirchner, que votó a mano alzada sin reparos.
Pero no fue una jornada en paz: rechazó el uso del lenguaje inclusivo que le pidió la presidenta de la Cámara Cecilia Moreau, quien con ironía lo llamó “diputada”.
No conforme, cuando se fue no soportó los abucheos de los oficialistas y se detuvo a gritarles. “¡Casta!” “¡Casta!”. Fue su primer escándalo desde que asumió en diciembre. Tal vez no sea el último.
El intento de magnicidio a Cristina Kirchner detuvo a Juan Grabois, quien para este domingo tenía previsto retirar a sus legisladores de los bloques de Frente de Todos, en rechazo al plan económico de Sergio Massa.
Desistió, porque entendió que podría quedar mal parado ante tanta unidad oficialista en las calles, pero seguirá de cerca el plan del ministro para definir sus pasos.
Quiere que al menos consideren su propuesta de un salario básico universal, que hasta tiene una versión kirchnerista.
