ENTRETELONES DE CASA ROSADA
Las estadísticas suman hechos delictivos y las cárceles bonaerenses continúan superpobladas. En 2021, hubo 58.781 personas privadas de su libertad. El número de detenidos bajó en el 2019 y llegó a 58.300 con las restricciones por la pandemia, pero ya desde el 2018 el gráfico viene en ascenso.
El gobierno de la provincia busca alternativas para minimizar el impacto negativo que esta realidad tiene sobre la población carcelaria. Construcción de nuevas alcaidías, refacción de edificios y articulación con universidades y centros de capacitación, son parte de las acciones políticas que lleva adelante el Ministerio de justicia y Derechos Humanos.
La gran mayoría de la población carcelaria está constituida por personas provenientes de sectores marginados y una tercera parte de los detenidos tiene entre 18 y 30 años.
Un informe elaborado por el Registro Único de Personas Detenidas (RUD) del Ministerio Público Fiscal bonaerense, precisa que casi el 40% de los presos varones fueron procesados o condenados por robos y hurtos; el 21%, por delitos contra las personas, lesiones graves u homicidios y el 14% por agresiones sexuales.
En cuanto a la población femenina, está compuesta por mujeres de edades muy variadas y los delitos que se les imputan con más asiduidad son venta de estupefacientes, robo o hurto. Con menos frecuencia se da el caso de detenidas por alguna situación de violencia dentro del entorno familiar.
Las leyes de mercado convierten a los sectores excluidos en funcionales a un sistema que no funciona sin la violencia de la pobreza. Según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina, si hoy se suprimieran los planes sociales la pobreza llegaría al 50% mientras que la indigencia se ubicaría en el 19 o 20%
Reeducar al detenido para su inserción en la sociedad, es un objetivo que queda en la utopía de los estudios sociológicos sino se actúa con decisión política.
Para el Ministro de Justicia y Derechos Humanos, Julio Alak, “es importantísimo seguir alentado la capacitación educativa y laboral de las personas privadas de la libertad, porque resultan vitales para lograr su inclusión y así mejorar la seguridad pública”.
Para un importante universo de detenidos, la cárcel es una puerta que se abre a la educación. Negado el acceso escolar durante la infancia y la adolescencia, es el tiempo detrás de los muros el que les saca del analfabetismo o les permite finalizar sus estudios secundarios.
La llegada de las universidades amplió el panorama para los presos que se animan a una carrera de grado.
Una interacción con la academia que la conducción política de la provincia incentiva. Días atrás, en Bahía Blanca, Alak se reunionó con el rector de la Universidad Nacional del Sur, Daniel Vega y firmó un convenio para coordinar acciones conjuntas tendientes a capacitar y formar a las personas privadas de la libertad de la unidad penitenciaria N° 4 ubicada en esa ciudad del sur de la provincia.
En paralelo con la educación formal en las cárceles bonaerenses se vienen instalando modernos talleres industriales para la producción textil y de carpintería a gran escala, donde se capacita, se da trabajo y se prepara para la continuidad laboral en el medio libre, con el apoyo de los municipios y el Patronato de Liberados.
Las prácticas realizadas en los talleres son de beneficio para las comunidades en las que están ubicadas las unidades penitenciarias.
En Dolores, desde el programa “Más Trabajo, Menos reincidencia”, los presos elaboraron una silla de ruedas adaptada para un nene de 5 años que asiste a un Jardín de Infantes. Mujeres privadas de libertad de la cárcel bonaerense de Azul confeccionaron mochilas para ser entregadas a los niños y niñas que concurren al “Jardín de Infantes Ardillitas”, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense, ubicado en la ciudad de Sierra Chica, con motivo de la celebración del día de las infancias el próximo 21 de agosto.
Internos de la Alcaidía Penitenciaria Batán, realizaon la donación de arcos de fútbol para la “Casa de Libertad y Misericordia”, en una tarea conjunta con la Pastoral Carcelaria de la Diócesis de Mar del Plata. En la Unidad 50, femenina, también de Batán, se implementó el taller laboral “Creando juntas”. Una propuesta de confección de productos menstruales ecológicos que lleva adelante la Universidad Nacional de Mar del Plata. En la Unidad 48 de San Martín comenzaron a capacitarse en mecánica y reparación de aires acondicionados.
Un acontecimiento especial fue el programa “Pabellones Literarios para la Libertad”, que se desarrolló en la Unidad 30 de General Alvear. 441 internos fueron distinguidos por completar seis meses de formación. Los Pabellones Literarios son parte de las herramientas culturales que en 48 unidades llegaron a 5200 presos que voluntariamente se inscribieron para disfrutar de la lectura y la escritura dentro de sus pabellones. En la Unidad 41 de Campana, el martes, se puso en marcha “Leer en Comunidad”, una actividad que forma parte del Plan Provincial de bibliotecas escolares, que en este caso se aplica en la educación en contexto de encierro.
Incentivar el deporte y los hábitos de vida saludable también son parte de las acciones que se desarrollan detrás de las rejas. En Olmos se implementó el Programa de Hábitos Saludables, completando el recorrido propuesto 45 internos. En el penal de Sierra Chica la Defensa Pública Departamental de Azul, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), el Programa de Extensión Chesida, la Cátedra Libre y el Observatorio de Educación, Políticas Públicas y Derechos de la Facultad de Ciencias Sociales dependiente de la UNICEN, concientizan a través de las jornadas "Como un pájaro libre", sobre Diversidad Sexual.
Una tarea que según explica la Directora de Política de Género del SPB, Soledad Soubercazes, “Es importante para la desconstrucción del rol femenino frente a la hegemonía patriarcal de los oficios y actividades típicos de cada género; esto siempre de acuerdo a las necesidades del colectivo de población femenina y trans que habita las cárceles bonaerenses”.
Dentro de las políticas de género están también los talleres sobre masculinidades. En la cárcel de Barker ya van por el “3er Taller de desconstrucción de Masculinidades” implementado a través del Programa Deconstruyendo Masculinidades. En la unidad penitenciaria serrana se lleva adelante esta propuesta desde julio de 2021 con la particularidad de que todas las personas, más de 40, que iniciaron el curso lo finalizaron.
A pesar de lo complejo de una situación carcelaria a la que gobiernos y sociedad le dio la espalda durante años, y al estado de “situación crítica” que reconoció la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires para todo el sistema carcelario bonaerense, la reinserción social, educativa y laboral, es una meta impuesta desde el gobierno que conduce Axel Kicillof.
Aunque las cárceles solo sean noticia cuando quienes las habitan protagonizan hechos de violencia, la realidad diaria está hecha de pequeños logros conducentes a fortalecer la prevención delictiva, consolidar la reducción de la reincidencia, contribuir a la seguridad pública y por sobre todo dar posibilidades a quienes la sociedad olvidó al costado del camino.
