Auge y caída de los superministros - Política y Medios
19-03-2024 - Edición Nº5891

OPINIÓN

Auge y caída de los superministros

Hasta el momento, jamás un ministro logró saltar del gabinete a la Casa Rosada. ¿Será esta la primera vez? 

Por: Nicolás Mujico - Politologo UBA- Maestrando en Defensa Nacional UNDEF

 

Por tercera vez, la gestión del Frente de Todos relanzó su gobierno mediante cambios en el gabinete. Las primeras dos apuestas se diluyeron rápidamente. El ingreso de Juan Manzur en septiembre de 2021, aunque no pueda catalogarse como un fracaso, no brindó claridad sobre los réditos de la inversión política del médico tucumano.

Hace tres meses, en tanto, el nuevo diseño del gabinete repatriaba a Daniel Scioli para hacerse cargo de la cartera de producción. Lo que debió limitarse a generar una referencia en la provincia de Buenos Aires, se transformó en poco tiempo en una especie de proyecto político de cara al 2023 que, en definitiva, no logró superar el invierno.

Ahora, la pregunta frente a la incorporación del súper ministro Sergio Tomás Massa, es, ¿no hay dos sin tres? ¿o la tercera séra la vencida? El veredicto lo dará la realidad económica, política y, quizás, electoral.  

Una primera diferencia que podría ser considerada a favor de Massa, es que cuenta con un caudal de votos importantes en el mismo distrito que Fernández De Kirchner. Esta situación genera una dinámica completamente diferente. Cristina no podrá defenestrar al ministro desde una reunión cualquiera en un escenario creado al efecto. Tampoco twittear de manera filosas; ni sus famosas cartas lograrán destronar al nuevo príncipe. Al igual que ella, el nuevo actor político, tiene votos. Menos que la ex presidenta, claro, pero muchos votos, en especial en la primera sección electoral bonaerense. Un caudal importante para garantizar el futuro político de Cristina y de la agrupación de su hijo, Máximo Kirchner. Es que el Kirchnerismo puede perder la nación, pero no puede darse el lujo de retroceder en Buenos Aires.

Por otro lado, la situación muestra que, de lanzarse a la batalla, (lo que parece ser un rasgo de su querellante naturaleza política) podría hacer volar por el aire al Frente de Todos en momentos donde su situación judicial tiene a maltraer a ella y a su familia. Estas dos situaciones marcan la necesidad de esperar que, en todo caso, la sintonía que Massa deberá realizar para estabilizar la macroeconomía, lo indisponga con la sociedad. Si la realidad desmiente al ministro, quizás CFK pueda golpear elegante y silenciosamente. ¿Le dará el tiempo político para semejante hazaña? 

Desde el punto de vista del flamante ministro, probablemente, es todo ganancia. La deriva política en la que estaba inmerso lo llevaba por un camino de mediador entre la dupla presidencial. Un puesto deslucido que la presencia de Scioli había vuelto aún más marginal. La decisión de lanzarse a la captura del poder parece acertada desde este punto de vista. Es, en algún sentido, la última carta. La capacidad política, la prepotencia del trabajo y la debilitada situación de los principales jugadores, puede generar una coyuntura política que lo vuelva a poner en una senda que tenga por lo menos por horizonte, la disputa por el sillón de Rivadavia. Sin embargo, ¿existe algún antecedente de un ministro que salte a la presidencia? No en Argentina. Existen los casos de Dilma Rouseff en Brasil y Michelle Bachelet en Chile, pero no ocurrió aún en nuestro país.

Dejando de lado las elecciones de 1983, coincidentes con el retorno de la demoracia y luego el caso de Alberto Fernández, cuyo poder fue delegado de la senadora Fernández, el resto de los ex presidentes y aún de los candidatos a presidentes, provenían de ámbitos ejecutivos o del senado (por lo menos los que resultaron victoriosos o competitivos).  Carlos Menem y Néstor Kirchner eran gobernadores al momento de disputar la presidencia. Fernando De la Rúa y Mauricio Macri, jefes de gobierno de CABA. Cristina era senadora cuando gano las elecciones de 2007. Por el lado de los derrotados, Angeloz y Masaccesi eran gobernadores radicales. Bordón gobernador de Mendoza, Menem llegó a las elecciones que ganó en primera vuelta como senador en 2003. Binner, también Gobernador socialista de la provincia de Santa Fe y el mencionado reiteradamente en esta nota Daniel Scioli también era gobernador por la provincia de Buenos Aires al igual que Eduardo Duhalde, quien derrotado en 1999, asumió en 2002, como senador a cargo del ejecutivo. Pocas excepciones. Entre ellas se puede citar a Lilita Carrio quien en 2007 era diputada cuando resultó 2da en las elecciones, pero en todo caso, también provenía del ámbito legislativo. Si bien el método inductivo no siempre es conveniente, resulta necesario dar cuenta de semejante dato. Hasta el momento, jamás un ministro logró saltar del gabinete a la Casa Rosada. ¿Será esta la primera vez? 

Una segunda observación nos llevaría a pensar que ocurrió entonces con tantos y tan importantes superministros. El primero, el que por los súper poderes delegados compitió por la paternidad de la convertibilidad y logró generar la duda sobre donde residía el poder realmente (cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia) fue, sin dudas, Domingo Cavallo, quien luego de ser eyectado del gabinete, logró meterse en la cámara de diputados en 1997 para lanzarse en persecución de la presidencia. Resultado: un decepcionante 3º lugar con el 10% de los votos. Un año más tarde, 1/3 de los votos de la ciudad y luego caída libre al convertirse nuevamente en súper ministro pero, esta vez de la Alianza. Fue un fracaso. Sin embargo fue hasta hoy el caso más exitoso. A la fecha, muchos súper ministros han quedado en el más completo olvido. Quien podía dudar de que Terragno sería un jefe de gabinete con enorme poder mayor aún que el que tuvo como ministro privatizador en el MPO durante los años de Alfonsín. A Roberto Lavagna, el ministro que negoció la deuda y puso de pie a la argentina, no le alcanzó su fenomenal trabajo ministerial para más que prestar su nombre al radicalismo y hacer una mediana elección que le permitió a los radicales traccionar senadores y diputados y a él, nada. Donde está Marcos Peña ahora, cuyo rol fue trascendental y emblemático durante la gestión Macri. A Rogelio Frigerio le fue un poco mejor. Sin embargo todavía no termina de acomodarse. Un caso extraño es quizás el de Ricardo López Murphy quien con 15 días de ministro logro 3 millones de votos dos años más tarde, aunque en una coyuntura muy particular e irrepetible. Otros ministros que lograron reciclarse fueron Axel Kicillof y Jorge Capitanich, pero no fueron en búsqueda de la Rosada. Florencio Randazzo y Agustín Rossi en 2014, ambos ministros de Cristina, amagaron con presentarse pero quedaron a mitad de camino.  

Sergio Massa tiene rica experiencia en escalar saltando al gabinete. De la ANSES a la intendencia de Tigre, de allí a la jefatura de gabinete y de allí a encabezar diputados con victoria sobre Cristina  en 2013, con la creación de su propio espacio político. ¿Logrará dar un nuevo salto? Sin duda deberá ser un gran salto.  

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