El FMI le pide al Gobierno que se ocupe de la inflación, mientras que la población la padece sin tregua  - Política y Medios
09-12-2024 - Edición Nº6156

ACTUALIDAD

El FMI le pide al Gobierno que se ocupe de la inflación, mientras que la población la padece sin tregua 

Nadie duda que el índice general de julio marcará un valor cercano al 8%, con una fuerte alza en los precios de los alimentos y una disparada de la proyección anual. Sin embargo, desde el Ejecutivo están más preocupados por el equilibrio fiscal y el acopio de dólares del BCRA.  

Por: Patricio Ballesteros Ledesma 

El mes pasado se alcanzó la inflación acumulada que el Gobierno esperaba para todo el año, cuando el exministro Guzmán establecía esa pauta en las negociaciones con el FMI y recibía la aprobación de las metas del acuerdo con el organismo de crédito.  

El dato oficial del índice de precios al consumidor (IPC) de julio todavía no se conoce, pero cobra más fuerza una suba general con relación al mes pasado y superior al 8% en el rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas. 

La secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería Argentina, Cecilia Todesca Bosco dijo este miércoles en declaraciones a la prensa que en el Gobierno pronostican que la inflación de julio va a dar mal. El mes pasado, había comentado algo similar y la inexorable realidad lo confirmó.  

Según la última medición del INDEC, la inflación general de junio dio un 5,3% y la acumulada en el primer semestre trepó al 36,2%, lo que en términos interanuales marca un 62,9% (la tasa más alta de las últimas tres décadas).  

En la tendencia, la suba interanual del mes corriente superaría el 70% y la proyección anual tendría un piso del 80%. El relevamiento de expectativas del mercado (REM) que realiza el BCRA marcó el 8 de julio un pronóstico de inflación minorista para el corriente año del 76% en promedio, mientras que el top ten de los analistas con más precisión de acierto elevaron ese porcentaje al 79,2%. 

En lo que va de julio las subas superan el 7% 

El relevamiento de la primera quincena de julio, que realiza Consumidores Libres sobre una canasta básica de 21 alimentos en comercios de CABA, arroja un aumento promedio del 3,39%, con un alza del 6,92% en los productos de almacén.  

Con ese dato, el acumulado en lo que va de 2022 les marca un incremento del 38,75% en promedio. El mayor aumento se registró en el aceite de girasol Cocinero de 1½ litro con 20,97% de suba (un producto de Precios Cuidados con mucha faltante en los puntos de venta), y un salto de precio quincenal de $620 a $750 por unidad. 

 

Por su lado, la consultora Ecolatina, creada hace décadas por el exministro de Economía Rodolfo Lavagna y cuyo hijo Marco hoy dirige el INDEC, detectó que en la primera quincena de julio los precios aumentaron 7,9% con relación a igual período del mes anterior.  

La suba fue generalizada, pero hubo aumentos significativos en bienes durables, como artefactos para el hogar (12,9%), muebles (13,8%), herramientas (16%), adquisición de vehículos (9,2%), accesorios y repuestos de vehículos (20,4%) y equipos de audio, televisión y video (12,6%). Por otra parte, los bienes de consumo masivo registraron, en ese lapso, subas promedio de 7,2%. 

Por su lado, la Fundación FIEL proyecta una inflación del 8% en julio, mientras que para la consultora EcoGo el índice general será en torno al 7%. Focus Market, que mide los precios en los supermercados, registró este mes aumentos de hasta 9,5% en la categoría higiene, 6,5% en cuidado capilar, 5,7% en bebidas con alcohol y 5,3% en lácteos. 

Falta productos de Precios Cuidados y los otros se disparan 

Con la nueva ministra de Economía y el nuevo secretario de Comercio Interior, el Gobierno no logra cambiar las expectativas de los mercados ni la especulación con los precios de los productos de la canasta básica.  

Los artículos que están fuera del acuerdo presentan subas ridículas, injustificadas o directamente no se venden por falta de un valor de referencia: neumáticos, electrónicos y ferretería son algunos rubros donde reina la incertidumbre de precios. 

En el rubro alimentos la remarcación continúa sin piedad y, más allá de las estacionalidades, muchos productos aumentaron sus precios en más de dos dígitos desde el cambio de funcionarios. Hay faltantes en artículos masivos y cuando aparecen tienen aumentos de 10, 20 y más del 30%. 

La Asociación de Supermercados Unidos se reunió hace quince días con el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, y luego envió un comunicado a la prensa que molestó a la Copal, la cámara que agrupa a los fabricantes de alimentos. “Se hizo hincapié en los bajos niveles de entrega de mercadería por parte de la industria y se pactó una agenda de trabajo conjunto”, comentaban desde la ASU.  

Las grandes superficies representan el 30% de las ventas de las alimenticias, mientras que el restante 70% se comercializa en los negocios de cercanía. Lo que no ajusta por precio lo hace por cantidad, y por eso prefieren abastecer mejor a estos últimos, que pagan al contado con cheques a cobra en horas.  

El pago a plazo de 90 días de las grandes cadenas desde la entrega de la mercadería es una práctica usual, aunque con los niveles de inflación de los últimos años, hay supermercadistas que disminuyeron ese período autofinanciación.  

Los acuerdos no se cumplen y la ley de góndolas no se aplica 

Es cierto que se incorporaron muchos lácteos a la nueva nómina de Precios Cuidados, y que se implementaron controles de la Secretaría de Comercio y operativos de ARBA y AFIP por sospechas de evasión en las grandes superficies, con actas labradas y penalización con multas, aunque unos ni otras cambian un panorama generalizado de descontrol y remarcación. 

La pauta de aumento trimestral para esta etapa de Precios Cuidados acordada con el Gobierno indica 4,9% en julio, 3,3% en agosto y 2,8% en septiembre. Desde principios del mes en curso se observan incumplimientos en todo el país, sobre todo en el Interior, pero una fiscalización rigurosa en supermercados, hipermercados y mayoristas es prácticamente imposible.  

También se dice que el secretario Guillermo Hang pondrá en vigencia la Ley 27545 de Fomento de la Competencia en la Cadena de Valor Alimenticia, conocida como ley de góndolas, para que los supermercados den más espacio y visibilidad a los productos fabricados por pymes.  

Sin embargo, desde su sanción en febrero de 2020 y su reglamentación a fines de ese año, funciona más como una potencial amenaza a las cadenas que como un beneficio real para las pequeñas y medianas alimenticias y, por extensión, a los consumidores. 

Mientras la ministra Silvina Batakis viajó a Washington para entrevistarse por primera vez con la titular del FMI Kristalina Georgieva, y reiterar su creencia en el equilibrio fiscal, el organismo de crédito emitió un comunicado en el que advirtió que bajar la inflación debe ser la prioridad absoluta.  

Reducir la inflación debe ser prioridad absoluta, según el FMI 

Al presentar el Panorama Económico Mundial (WEO) en la capital de Estados Unidos esta semana, Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director del Departamento de Estudios del FMI, dijo que la situación de la inflación argentina es muy preocupante. 

“La Argentina tiene en este punto un proceso inflacionario que no está anclado. La inflación interanual en junio fue del 64%, si no me equivoco. Hay expectativas de que podría aumentar aún más en el transcurso del año”, sostuvo el funcionario. 

Además, el consejero sostuvo que “reducir la inflación a un entorno macroeconómico más estable tiene que ser la prioridad absoluta para el país”. Sin embargo, relativizó “si las políticas que se han implementado hasta ahora realmente lo van a lograr. Sin duda, ese es el tema que se tendrá que abordar”, aclaró. 

Sin subir ni bajar las retenciones a la oleaginosa estrella del agro, anoche el BCRA le dio una señal a los sojeros para que virtualmente dupliquen el precio de venta sus granos hasta fines de agosto, con una combinación de medidas en dólares y pesos. 

Con el objetivo de apurar la liquidación de divisas, tras la comercialización de sus cosechas ensiladas a las cerealeras exportadoras, los productores recibieron un estímulo, un beneficio similar al de otros sectores económicos. 

Algunos vieron en esta decisión una claudicación frente a los especuladores del campo, que hacen marchas anti Gobierno y avivan una fuerte devaluación, mientras que otros avalaron la apuesta de la autoridad monetaria frente a una necesidad imperiosa de dólares para engrosar las reservas.  

Mientras tanto, millones de argentinos de sectores populares y estratos medios de ingresos continúan en la incertidumbre esperando estrategias y medidas oficiales para que la inflación general, y de alimentos en particular, no siga escalando como hasta ahora. El mes se hace largo, las billeteras están vacías y comprar a crédito es la peor alternativa. 

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