ENTRETELONES DE CASA ROSADA
Vaca Muerta, como gran reservorio de petróleo y gas no convencionales, ya no tiene vuelta atrás. Mes tras mes se suman nuevas inversiones y pozos en operación, lo que ha llevado a generar récords de producción constantes.
Sólo en la producción de gas natural el ritmo viene más acotado por la falta de capacidad de transporte lo que, finalmente y tras años de dilaciones, ha llevado a realizar el llamado a licitación para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
Sin embargo, no es ese el único problema de transporte que conlleva el yacimiento hidrocarburífero más prometedor de la historia argentina, los altos costos logísticos de la carga por camiones y el atasco en las rutas de entrada y salida presentan otros desafíos cada vez más acuciantes.
En el Gobierno nacional apuestan mucho a Vaca Muerta, cada vez más, entre otras razones porque desde allí saldrá un principio de solución para el déficit energético, que obliga a disponer de divisas para la importación de energía y profundiza la restricción externa.
En esa senda, el lunes se publicó en el Boletín Oficial la resolución 408/2022, donde se aprueban las obras para rehabilitar el Corredor Patagónico del Ferrocarril General Roca en el tramo entre Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires y la localidad neuquina de Añelo, con una inversión estimada en US$900 millones.
Además de aportes públicos y privados de diverso origen, para alcanzar ese monto se cuenta con financiamiento de CMEC (China Machinery Engineering Corporation), la mayor empresa de construcción e ingeniería china, que forma parte del holding Sinomach.
Múltiples impactos de una obra necesaria
Enmarcado en el Plan de Modernización del Transporte Ferroviario, el proyecto impactará de múltiples maneras, tanto a nivel de la alternativa modal de transporte en la región como en la sustentabilidad energética del país.
Esta gran obra de infraestructura permitirá reducir costos, acortar tiempos de viaje, disminuir incidentes viales y facilitar tanto el transporte de pasajeros como de carga proveniente de las explotaciones del yacimiento de Vaca Muerta y las industrias regionales.
Tras su entrada en operación permitirá reducir los costos para el desarrollo de las economías del norte de la Patagonia y se convertirá en una opción logística competitiva tanto para la producción que sale como la que entra a la región. Además, con la nueva infraestructura los trenes más que duplicarán la velocidad de operación con relación al transporte vial.
Será una nueva opción de transporte eficiente para los insumos necesarios para el negocio hidrocarburífero no convencional, como arena, cemento, tubos, baritina, cabezales y tubulares para armar el pozo, y también otros productos regionales como alimento balanceado, productos de retail, de minería o fruta del Alto Valle.
El proyecto comprende la construcción, renovación, mejoramiento y mantenimiento de la infraestructura ferroviaria del FGR correspondiente al tramo Bahía Blanca-Cipolletti-Cinco Saltos-Añelo, que abarca 653 kilómetros lineales.
Más carga, en menos tiempo y a menor costo
“Entendiendo que resulta fundamental el trabajo conjunto y articulado entre la Nación y las provincias de Río Negro y Neuquén, se avanzará en la coordinación del proyecto junto a las mismas considerando las necesidades de las jurisdicciones y del Gobierno nacional”, señalaron desde el Ministerio que lidera Alexis Guerrera en un comunicado.
Además, aclararon que fue creada la Unidad de Coordinación del Proyecto Norpatagónico para planificar, supervisar y monitorear todas las acciones y medidas vinculadas al proyecto.
En detalle, se construirán nuevas vías entre Cinco Saltos y Añelo, la localidad donde se emplaza Vaca Muerta, y para el acceso al puerto Galván en Bahía Blanca. Además, se intervendrá la vía existente entre Cerri, Cipolletti y Cinco Saltos, un tramo que no recibe inversiones desde hace cuatro décadas.
Por otro lado, las obras incluirán nuevas playas de maniobra en las terminales, la construcción de desvíos de cruce, la ejecución de un nuevo sistema de señalamiento y comunicación, y la intervención de todas las obras de arte. Asimismo, se realizarán pasos a nivel con barreras automáticas y se construirán cerramientos para aumentar la seguridad.
Se espera que el proyecto produzca un aumento de la carga transportada a través del ferrocarril, reduciendo los tiempos de viaje y disminuyendo los incidentes viales al reducir el paso de tránsito pesado en las rutas.
Un intento fallido hace cinco años
La obra, anunciada originalmente en 2017, y un año después presentada ante los empresarios petroleros por el exministro de Transporte Guillermo Dietrich, tenía previsto a fines de 2018 un llamado a licitación del proyecto mediante la modalidad de Participación Pública y Privada (PPP), con una duración de cuatro años y a un costo de US$780 millones, pero finalmente no llegó a concretarse.
En cualquier caso, ya en ese entonces se resaltaba que el objetivo de reactivar el corredor ferroviario buscaba bajar los costos logísticos de las economías del norte patagónico y descongestionar las rutas 22, 151 y 7, que conectan Roca, en Río Negro con Añelo, en Neuquén.
Según los cálculos del Ministerio de Transporte nacional de ese período, en 2030 y sin el tren funcionando como alternativa, circularían un total de 626.000 camiones por año, entre las tres rutas nacionales que enlazan los 140 km que conectan esas localidades. Por día implicarían grandes congestiones, con filas de hasta 42 km de camiones y velocidades que no superarían los 40 km/h.
