ENTRETELONES DE CASA ROSADA
Este lunes la dirigente social jujeña, Milagro Sala, fue internada en la Clínica de Los Laspachos de San Salvador de Jujuy, con un cuadro de trombosis en el marco de lo que su entorno calificó como un “creciente contexto de hostigamiento político judicial”.
Según precisaron, la internación se dio luego de que la líder de la Organización Tupac Amaru concurriera al centro de salud a realizarse estudios de rutina debido a un dolor en su pierna izquierda.
A pesar de que hasta el momento se encuentra estable clínicamente en la Unidad Coronaria/Terapia Intensiva, desde su equipo de salud advirtieron que no está exenta de mayores complicaciones que pueden surgir en cualquier momento producto de su cuadro patológico de base.
De hecho, el objetivo de la internación es mantener a Sala bajo observación para determinar el tratamiento que deberá recibir, que podría incluir una cirugía o un proceso de anticoagulación para evitar un desprendimiento de coágulos que derive un taponamiento pulmonar.
En este marco, su entorno denuncia que, a pesar de que su estado de salud podría tornarse crítico de un momento a otro, el hostigamiento institucional impulsado por el Gobierno jujeño no cesa, y la presencia policial armada ha sido constante e intrusiva.
“Se encuentra custodiada por dos agentes de la policía, una mujer y un hombre, en la puerta de ingreso a la UCO/UTI y un tercer agente femenino, al lado de su cama, exhibiendo ostensiblemente la portación de su arma reglamentaria”, detalló en un comunicado el equipo de salud.
Este grupo está conformado por la psicóloga Adriana Sonia Taboada y el doctor y especialista en Medicina Legal, Ariel Rossi, quienes señalaron que la situación “indudablemente configura una situación amenazante, de violencia psicológica y simbólica, de acoso y hostigamiento que impacta clara y directamente en su salud psíquica”.
Además, consideraron que esto genera “angustia y desazón” respecto a su cuadro clínico, “tornando el pronóstico de su enfermedad más ominoso del que podría llegar a ser”.
En el texto, aclararon que durante la observación, la dirigente social debe estar “completamente inmovilizada” a los fines de evitar el desprendimiento del coágulo. Sin embargo, esto no disuadió la vigilancia físicamente inmediata de las autoridades policiales jujeñas.
“La presencia de la policía dentro de la sala también perturba la salud del resto de los internados, los que no son ajenos a esta situación ya que es una sala abierta, afectando derechos de la paciente Milagro Sala y del resto de los internados”, explicaron, amparándose en la “Ley 26.529 de derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud”, particularmente el capítulo 1, artículo 2, en sus incisos c y d.
Esta mañana, el equipo describió el accionar de una de las oficiales: “Estaba al lado de la cama en la que está la dirigente social, escribiendo todo lo que escuchaba y veía, sacando fotos y filmando, y comunicando por teléfono desde el estado de salud de Sala hasta con quien habla”.
También recordaron que “en las últimas semanas el Ministerio Público de la Acusación expresó públicamente su intención de que Milagro Sala vuelva a la cárcel, sin importar lo dispuesto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y realizó varias presentaciones en este sentido”.
Hacia el final, pusieron de relieve que Sala lleva casi siete años en prisión preventiva, cuestionando que el lapso “triplica el máximo establecido legalmente”.
Por último, concluyeron: “Mientras tanto, el Poder Judicial jujeño continúa impulsando causas contra ella y su familia, sin asidero alguno. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, por su parte, tiene pendiente de resolución la causa principal contra Sala desde hace más de dos años”.
