Cristina potencia su poder en el Frente de Todos y Alberto se repliega - Política y Medios
19-03-2024 - Edición Nº5891

ENTRETELONES DE CASA ROSADA

Cristina potencia su poder en el Frente de Todos y Alberto se repliega

Lo que leen quienes están encargados de tender puentes por debajo de las altas esferas, es que si no hay un shock que no contenga únicamente cambio de nombres, esto será hacer la plancha hasta asumir otra derrota que reordenará las piezas del peronismo de cara al 2027.

Por: Juan Pablo Peralta, DESDE CASA ROSADA.

 

Los allegados a Alberto Fernández aseguraron que el mandatario no se sorprendió con el nuevo discurso crítico de Cristina Kirchner a su gestión en el plenario de la CTA que conduce Hugo Yasky. De hecho, la senadora hizo hincapié en puntos específicos a los que ya se había referido en el Chaco: “el festival de importaciones”, que deriva en drenaje de dólares, y los ejes generales en torno a la inflación.

Quienes se mostraron asombrados, al menos públicamente, fueron los cabecillas del Movimiento Evita, principales aliados del Presidente y quienes sufren un fenómeno inusitado; el de tener la mayor cantidad de militantes en el Conurbano que responde y depende de esa organización -debido al esquema de planes sociales que Emilio Pérsico administra desde el Ministerio de Desarrollo Social- pero que ven en la figura de la Vicepresidenta a un símbolo viviente, que además es su jefa política y líder territorial.

La pelea con esa conducción, que además tiene a Fernando “Chino” Navarro como otro importante referente, viene desde mucho antes, y se materializó cuando junto a Florencio Randazzo fueron contra la ex mandataria en las elecciones legislativas de 2017, donde obtuvieron los 500.945 votos que impidieron que CFK ganara ante el candidato de Cambiemos, Esteban Bullrich.

Corrió mucha agua bajo el puente, y la fallida alianza entre la Senadora y quien fue el encargado de campaña (el propio Fernández) de esa congregación que de “randazzismo” pasó a denominarse “albertismo”, se fracturó. Institucionalmente funciona en el criterio de una “unidad con disidencias” que no logra salir de un laberinto que tiene como fecha de vencimiento agosto y octubre de 2023.

La Casa Rosada, dividida en tres comandancias, es el claro ejemplo de cómo se regentea el Poder en la Argentina por estos días. Por un lado, están los leales al jefe de Estado (cada vez más reducidos), por otro, los manzuristas residuales de la jefatura de Gabinete, y el cristinismo pétreo, que desde el Ministerio del Interior marca los tiempos de la coalición con Eduardo “Wado” de Pedro a la cabeza. El hombre al que Fernández considera el más peligroso -con respecto a sus intereses- entre los muros de Balcarce 50. La cuarta pata massista tiene 16 cuadras de distancia de este contubernio rosado, que de todos modos mantiene y agudiza como centro de gravedad, el principal despacho de la Cámara alta.

Difícil comprender de qué manera se sostiene este tablero sin que nadie lo patee, “es que a nadie le conviene”, apuestan los armadores frentistas. Y también es cierto que de amagues vive la política y el peronismo. Entre agendas parlamentarias que llegan a su límite con proyectos productivos y judiciales que corren detrás de la coyuntura, el que opera con el fin de intentar ordenar –especialmente por su futuro- el último año de gerenciamiento del Estado del Frente de Todos es Sergio Tomás Massa.

El tigrense ya sabe que la relación entre los dos principales accionistas en la coalición es irreversible, pero colige que todavía puede aspirar a algo mejor para él y su Frente Renovador -si al menos- intenta hacer algo. Por ahora no va a sacar los pies del plato, dicen en su entorno, sin embargo, el juego del “me voy o me quedo” tampoco aporta a las estrategias capitaneadas por Cristina y Máximo Kirchner, que no cesan en su capacidad de sumar intendentes, gobernadores y dirigentes que van siempre hacia el calor de quienes ostentan poderío, y por supuesto, votantes.

El show de los actos, actividades y agendas diferenciadas entre el Presidente y su Vice ya forman parte del folclore mediático. Lo concreto es que el dólar a $225, el Riesgo País a 2285 puntos básicos, el saldo negativo de las reservas del Banco Central y la imparable suba de precios, dan la razón a las diatribas que parten desde la mujer que tiene la centralidad en el arco político argentino, y que a su vez se vanagloria que las hace públicamente (no en off) y dentro del espacio que conformó. Más anecdóticos resultan aún los furcios presidenciales que sustentan de memes la semana apesadumbrada de muchos ciudadanos que se enteraron que la Canasta Básica total para una familia tipo se incrementó un 4,6 por ciento. Es decir, las cifras del INDEC indican que para no caer en el umbral de la pobreza hacen falta casi 100 mil pesos mensuales.  

Un operador oficialista tejió una idea que puede desentrañar algo del panorama actual: “A Alberto no le queda otra que cuidar que no le arrebaten más despachos y oficinas en Casa de Gobierno, a Cristina sólo le importa que no le quieran hacer sombra en la Provincia (de Buenos Aires)”. El axioma marca las prioridades de cada uno, y explica la levantisca irreversible de la senadora, que tiene por objetivo primordial desguazar al Evita.

Referentes del kirchnerismo bonaerense entienden que “está claro que a CFK no le preocupa que los planes sociales estén tercerizados, sino que los tercerizadores le quieran disputar autoridad”. Esta semana iba a haber un encuentro privado entre “Wado” de Pedro y el "Chino" Navarro que procuraría bajar la tensión. A último momento llegó la orden de no mantener diálogo con el dirigente social que ahora reniega de eso y se autopercibe “dirigente político”, como expresó a los periodistas acreditados en la sede del Ejecutivo.

Es que después de emitir un documento en repudio a los dichos de Cristina, “a quien queremos mucho”, aseguró Navarro, se adelantó la creación de un partido político que va a reunir a esa Economía Popular “que llegó para quedarse”, aseguró el secretario de Relaciones Parlamentarias. El encargado del armado legal de esa fracción partidaria es Juan Manuel Abal Medina, el ex jefe de Gabinete de CFK que nunca fue indultado por “la Jefa”, y al que considera un traidor en la máxima de las expresiones.     

Las amenazas por la Causa Vialidad que apuntan a la Vicepresidenta siempre reciben una sola respuesta desde el Instituto Patria: “Hay que ver quién se anima a meter en cana a Cristina”. Pese a la demostración de supremacía que esa frase demuestra, cabe reconocer que la situación es percibida por la familia judicial como un evento casi imposible de concretar. Más allá de eso, en los pasillos de Comodoro Py prefieren desgastar a la temible adversaria, a sabiendas de que tiene un núcleo duro que la protege y que excede sus fueros.

Mientras Fernández vuelve a armar las valijas junto a su nutrida comitiva (que suma otra vez a Massa) para partir a otro viaje internacional, en este caso a la Cumbre del G7 en Alemania -a la que fue invitado por el canciller Olaf Scholz en su calidad de titular de la CELAC- el recién asumido ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, no deja de mostrarse más activo que Cristina y Alberto juntos.

Su equipo de comunicación lo publicita a toda hora en reuniones con empresarios (grandes y medianos), sectores industriales, visitando fábricas y a funcionarios, y por qué no, a otros actores del área de la política económica vernácula, inclusive en tapas de revistas de la farándula. Lo cierto es que el reemplazante de Roberto Feletti en la secretaría de Comercio Interior, Guillermo Hang, parece ir por el camino de reiterar el plan de Precios Cuidados que fracasó desde el primer día de Gobierno, y que hoy nos pone frente en una inflación interanual del 60,7 por ciento.

Los que ven a Casa de Gobierno como un quirófano a cielo abierto, en consecuencia a la interminable cantidad de operaciones cruzadas que surgen desde y hacia allí, tuvieron varios ejemplos en las últimas horas: una reunión por la segmentación de las tarifas de luz y gas que terminó en una supuesta “fake news”; reuniones secretas entre Massa y Fernández que no dieron ningún resultado concreto hasta ahora; una quita de 180 mil planes de asistencia social a las organizaciones en conflicto con CFK, pero que según explicó la vocería oficial, no es más que una reestructuración -a pedido de los beneficiarios- con la finalidad de cambiar de Unidades Productivas, es decir, qué organización le entrega los 19 mil pesos que cobran por mes y les entrega bolsones de comida; y otras más vinculadas a las circunstancias de Martín Guzmán (Economía) y Miguel Ángel Pesce (Banco Central) con respecto a la situación en sus cargos de persistir o intensificar la crisis.

Lo que leen quienes están encargados de tender puentes por debajo de las altas esferas, y que por supervivencia están obligados a que el barco llegue con los menores daños posibles al año electoral que se aproxima, es que si no hay un shock que no contenga únicamente cambio de nombres, esto será hacer la plancha hasta asumir otra derrota que reordenará las piezas del peronismo de cara al 2027. En los diversos oficialismos del FdT no son pocos los que sostienen que otro Gobierno de tinte macrista por cuatro años, es insostenible en el tiempo. Algo que abriría las puertas a eventuales sorpresas electorales.

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