Massa, el ministro que no fue - Política y Medios
09-12-2024 - Edición Nº6156

EL OJO PARLAMENTARIO

Massa, el ministro que no fue

El tigrense dice que no quiso ser ministro y desde Los Ángeles avisó que no están los votos para la ley de renta inesperada. Sólo Morales puede destrabar la boleta única. Juntos se vuelve a dividir por el gasto público y Parrilli imagina una Argentina a pura consulta popular.

[Massa, el ministro que no fue]

Sergio Massa fue citado a la quinta de Olivos el sábado en el que Alberto Fernández echó a Matías Kulfas y buscaba reemplazante. Cuenta que fue el primero en recibir la oferta para sustituirlo, pero no aceptó.

“No puedo dejar la Cámara de Diputados acéfala”, fue su excusa, que no muchos creen en la Casa Rosada, porque ese recinto no suele darle muchas alegrías al Gobierno y pasa gran parte del año cerrado.

Alberto entendió que Massa necesita esa llave para mostrarse de pie, pero no lo dejará salirse del todo con la suya y lo llevará a cuanta cumbre internacional asista. La próxima será el G7, que se realizará el 27 de junio en Alemania.

[Teléfono para Morales]

El senador jujeño del Frente de Todos Guillermo Snopek presentó el año pasado un proyecto para implementar la boleta única muy similar al que la oposición logró aprobar en Diputados.

En Juntos por el Cambio creían contar con su voto, pero se encontraron con una sorpresa: Snopek sólo aprobará la boleta única a nivel nacional si el gobernador Gerardo Morales la aplica en Jujuy.

Se libraría de pagar las boletas para las elecciones locales, que fue el motivo principal que lo llevó a presentar un proyecto con el macrista Esteban Bullrich. Por ahora, nadie le respondió.

[Renta inesperada, al archivo]

Sergio Massa no mordió el anzuelo. Ni bien subió al avión para viajar a Los Ángeles con la comitiva presidencial, Alberto Fernández envió a Diputados la ley para aumentar el impuesto a las ganancias a empresas con mil millones de facturación.

Massa aprovechó a los periodistas que había en el avión para anticiparles que no están los votos para sancionar la ley y sacarse la presión de encima.

“Tengo 130 diputados que ya dijeron que no quieren aumentar impuestos y mandan una ley con una suba. Es como masturbar a un muerto”, comparó el diputado.

La idea fue del ministro de Hacienda Martín Guzmán, inspirada en medidas similares en Europa, pero al empresariado argentino le parece que la presión impositiva ya es más que suficiente. Y a la oposición también.

[Juntos por el fisco]

Mauricio Macri dio una orden: no se votan leyes que generen nuevos gastos porque, entiende, si vuelve a ser presidente no sabrá cómo pagarlos.

Obligó a un grupo de diputados afines a no acompañar la ley de HIV porque contenía beneficios fiscales y laborales.

Y les pide ahora que tampoco voten las asignaciones específicas a industrias culturales, promovidas por el Frente de Todos.

Los radicales no comparten su intransigencia. En la convención del partido cuestionaron el rechazo del PRO a la ley de HIV. Y varios ya dijeron que apoyarán la promoción al cine, la música y las bibliotecas populares. No pueden pelearse con sus vecinos por tan poco.

[Parrilli, a consulta popular]

El senador Oscar Parrilli avanza con un proyecto para flexibilizar las condiciones que hacen posible una consulta o una iniciativa popular, vigentes desde la constitución de 1994, pero que nunca se hicieron.

El motivo es que la ley que las regula fue aprobada en 2001, obliga a que la consulta sea simultánea a una elección, y que la iniciativa requiera del 1% del padrón general.

La ley de Parrilli permite votar cualquiera día, como también pedir una iniciativa popular con el 0.5% del padrón. Y no excluye ninguna norma.

Imagina que la población elija si quiere ir a pagarle al FMI o si prefiere una Corte de 25 miembros, un proyecto de ley que puede pasar el Senado, pero no tiene destino en Diputados. Tal vez pueda ir a consulta popular.

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