El Albertismo siente que se empodera mientras Cristina deja hacer - Política y Medios
12-11-2024 - Edición Nº6129

ENTRETELONES DE CASA ROSADA

El Albertismo siente que se empodera mientras Cristina deja hacer

La voluntad albertista de seguir gobernando sin la venia del kirchnerismo se va a extender en el tiempo. Por lo pronto, la táctica que se manifiesta desde el Instituto Patria pasa por mantener sus lugares de poder real en la administración, pero pensando fríamente en un 2023 que trae muchas inquietudes.

Por: Juan Pablo Peralta - DESDE CASA ROSADA

 

Al arrancar la semana, se escuchó a un administrador político de Casa Rosada preguntarle a uno de los colaboradores presidenciales qué había hecho Alberto Fernández con la lapicera que le regaló Gerardo Martínez (UOCRA) en el acto del gremio de la construcción el viernes pasado. Con risa cómplice, el asesor respondió: “yo en su despacho no la vi, para mí que se la llevó a Olivos”.

Más allá de la broma y la simbología del mensaje del sindicalista al mandatario, no son pocos los que se preguntan lo mismo en el entorno de Fernández. Eso del “imperativo legal” del que habló el jefe de Estado en una entrevista –y que puso en agenda el tema de subir las retenciones- ¿podría llegar a tener que ver con algún tipo de resolución especial para enfrentar la adversidad que plantea una votación en el ámbito parlamentario?.

Por ahora esto no es más que una hipótesis basada en dichos y gestos objetivos. Pero queda claro que hay un interés de parte del Gobierno por modificar el esquema de los derechos a las exportaciones, y de esa manera, intentar despegar los precios locales de los internacionales. Instalar el tema tiene que ver con “interpelar a la oposición”, afirmó uno de los legisladores con más peso en el bloque del Frente de Todos en el Congreso nacional. Lo cierto, es que el globo de ensayo -con sus aseveraciones y desmentidas- continúa.

El lunes, más allá del acto de presentación de los nuevos billetes –con misma denominación- que casi pasó desapercibido, volvió el vértigo a la sede del Poder Ejecutivo cuando Roberto Feletti anunció a través de su cuenta de Twitter que se iba de la Secretaría de Comercio Interior. ¿Los motivos?: “Discrepancias sobre el sendero trazado y sobre las herramientas económicas seleccionadas”. Es decir, el funcionario cristinista se apartó de la estrategia de “interpelación” a Juntos por el Cambio (que se mantiene en su posición de no aumentar impuestos), y sin tantos eufemismos -reclama con su dimisión- el incremento de retenciones a las exportaciones de los productos primarios. Habrá que ver si el amigo de Martín Guzmán que asumirá la función, Guillermo Hang (ex director del Banco Central), diseña alguna estrategia que frene la imparable escalada de precios que el economista kirchnerista no pudo dominar.

La orden de que Feletti saliera de escena llegó desde el principal despacho del Senado de la Nación. Es que Cristina Kirchner infiere que ya no hay forma de controlar el índice de Precios al Consumidor (IPC), y tiene una explicación que algunos de sus dirigentes circulan desde el Instituto Patria: "El pacto sellado con el FMI es la inflación”. Pese a celebrar paritarias del 60 por ciento -en 4 cuotas- (como la de los bancarios), la ex presidenta entiende que no hay herramientas que alcancen el 70% interanual (o más) del infierno inflacionario que muchos de los economistas que la rodean le susurran al oído. La caída del consumo es otro factor que Cristina conjuga con este mix de desaciertos macroeconómicos.

A esto se agrega algo: las usinas camporistas manifestaron que la suba de las tarifas de gas y luz -que se vienen- son impuestas por el ministro de Hacienda -empoderado por el titular de Casa de Gobierno- quien decidió no tener en cuenta las objeciones del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, y otros dirigentes cristinistas que están dentro del Ente Nacional Regulador del Gas (ENaRGas), que en esta oportunidad optaron por “dejar hacer”.

Por debajo de la -por ahora- irreconciliable relación entre los principales socios del FdT, se conforman mesas de negociación que pretenden, más que acercar posiciones, sostener la estructura de una alianza rota que aún está en el poder. A ellas asisten por el albertismo: Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social), y por el cristinismo Andrés “Cuervo” Larroque (Desarrollo de la Comunidad de la PBA) y el propio Máximo Kirchner (Diputado nacional y jefe de La Cámpora). Es probable que esto se mantenga hasta que concluya el mandato pero sin el fin de avanzar en la reunificación de la alianza.

El segundo día de la semana llegó con otro nuevo anuncio del tándem Fernández-Guzmán. Se trató de la posibilidad de que las petroleras que generen inversiones tengan acceso flexible al dólar. Un beneficio que no tiene ningún otro sector productivo y que, además, suscitó cuestionamientos entre los albertistas, que señalaron que la iniciativa parecía hecha a medida del Grupo Techint. De hecho, su CEO, el poderoso Paolo Rocca, fue quien más celebró la iniciativa. El empresario hasta fue destacado desde el equipo de Comunicación y Prensa de Presidencia, ahora a cargo de Gabriela Cerruti. Una fotografía con el jefe de Estado y Guzmán fuera de foco, y un Rocca sobresaliente en la imagen por su claridad, produjo suspicacias y más peleas intrínsecas.

Consultada por PolíticayMedios con respecto a la posibilidad de que también las pequeñas y medianas empresas tengan acceso a la moneda estadounidense, como las vigorosas firmas hidrocarburíferas, la vocera presidencial expresó que: "Las PyMEs tienen otras políticas de incentivos y subsidios", ergo: no habrá billetes verdes para otros rubros que ya empezaron a reclamar y a cuestionar la decisión, observándola como un privilegio otorgado a los dueños de los holding más rico en el país.

La jornada cerró con la promulgación de la Ley de Cannabis Medicinal y Cáñamo Industrial. Esto ocurrió en el Salón de las Mujeres del Bicentenario. Al terminar el evento, Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) defendió el beneficio a los petroleros, mientras que como nota de color, de fondo sonaba la música del inconfundible jamaiquino, Bob Marley.

Así llegó el 25 de Mayo. Finalmente, por cuestiones climáticas, no hubo visita a la Base Marambio en la Antártida, y a pesar de que la vocería aseguraba que el Presidente no iría al Tedeum porque resaltaron la frase “Iglesia y Estado, cada uno por su lado”, todos los caminos condujeron a la Catedral porteña. Chocolate caliente y pastelitos juntaron al Gabinete nacional (con algunas ausencias como Jorge Ferraresi de Vivienda y Hábitat y hombre del Patria) en el Salón de los Bustos de la Rosada, para luego hacer una marcha rápida por Rivadavia hasta la explanada del templo metropolitano donde todavía preocupaba la homilía que podría llegar a dar el Arzobispo de CABA, Mario Poli.

Antes de partir a la calle, hubo un pequeño gesto hacia los periodistas acreditados en Gobierno, que tanto insistimos para que el Presidente hable alguna vez con nosotros como hace con sus colegas amigos: se abrieron (como excepción) las puertas que dan al Patio de las Palmera y fue cuando ahí donde Fernández declaró que “la unidad depende de nosotros mismos”, y aprovechó para lanzar el nuevo eslogan de su administración: “Primero la Gente”.

Salvo el diplomático ministro del Interior, Eduardo de Pedro y Sergio Massa, todos los demás “peregrinos” (que fueron saludados y también insultados desde atrás de los vallados que se dispusieron), adhieren ahora –con más o menos convicción- al alicaído albertismo. El esquema de seguridad que se implementó contuvo a la poca gente independiente que se acercó a la Plaza. La mayoría de los asistentes eran militantes del Evita y Barrios de Pie con banderas y pecheras.

Los funcionarios gubernamentales corrieron mejor suerte en el interior de la Iglesia histórica donde el Cardenal Primado de la Argentina fue piadoso con las políticas de Fernández. Sólo hizo mención -de manera elíptica- a las tensiones políticas y se dedicó a pedir por las familias a las que les falta el pan.

El Día de la Revolución de Mayo no terminó ahí. Los líderes de las organizaciones sociales que gobiernan a sus agrupaciones como secretarios de Estado en el Ministerio de Desarrollo Social (Emilio Pérsico, el “Chino” Navarro y Daniel Menéndez) organizaron un locro patrio en la localidad bonaerense de Florencio Varela, donde el Mandatario llegó más relajado en jean y pullover, e incluso, se animó a entonar con la guitarra una de Litto Nebbia. Material que se hizo viral y formó parte del devenir mediático que hacía foco en las mediciones de IBOPE cada vez que conjugaban la cantata presidencial con las palabras de Sergio Berni del día anterior, que rememoraron una vieja frase campera que reza: “El que trajo al borracho que se lo lleve”. Dejamos para los editorialistas -de todas las horas- los golpes bajos. La actuación del jefe de Estado cayó bastante mal en la Unidad de Comunicación de Gestión de la Presidencia, donde la portavoz se agarraba la cabeza.       

Mientras, puertas afuera, persiste la indecisión en referencia al viaje –¿o no? - del presidente Fernández a la Cumbre de las Américas, debido a la no invitación a Venezuela, Cuba y Nicaragua (por la que no asistirá el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador), el mandatario argentino habló en la III Reunión Regional de Ministras y Ministros de Educación de América Latina y el Caribe en torno a la UNESCO. Allí se despachó con duras críticas a las políticas estadounidenses. En particular por los bloqueos a la isla del Caribe y la nación comandada por el chavismo. En ese contexto criticó las guerras que ejecuta el norte y sufre el sur.

"No me callo más. Lo que digo acá, lo digo en el norte y sería maravilloso que se sumen a mi voz, si es que queremos que nuestras sociedades de una vez y para siempre enseñen, desarrollen conocimiento, produzcan ciencia y tecnología para ser parte del mundo global que nos prometieron", expuso el jefe de Estado local.     

Al rato, una voz en el Patio Islas Malvinas de Balcarce 50 dijo a uno periodistas que departíamos ahí: "Ustedes no entienden nada! ma qué defensa del eje chavista procubano ¿Alberto se va a perder un viaje a EE.UU. invitado por Juan Domingo Biden?" En el contexto de la chanza dirigencial, perteneciente a la tropa albertista, llegó al palacio rosado Christopher Dodd, Asesor Especial de la Casa Blanca, quien en su rol de factótum de la Cumbre expresó que se está encontrando con los líderes de la región para conformar una agenda positiva para el evento, y destacó la buena relación de la Argentina con los Estados Unidos.

Pocas horas después se supo que desde la presidencia pro témpore de la CELAC, que ostenta la Argentina, y con el apoyo del presidente mexicano Manuel López Obrador, se está impulsando la realización de un encuentro que permitiría la participación de países que no serán invitados a EE.UU. Una suerte de “contra cumbre” de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, pero que se fue deshilachando con el correr de las horas y no se sabe en qué concluirá.

El viernes, Alberto Fernández suspendió un viaje a Tucumán para encabezar el cónclave donde se terminó resolviendo que la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias pasa de $225 mil a 280.792 pesos, un universo pequeño que alcanza sólo a 1.200.000 trabajadores, y que lamentablemente volverá a licuarse por inflación. 

De todos modos, el ala albertista del Gobierno no perdió la oportunidad de producir una puesta en escena para mostrar gestión en la explanada de Casa Rosada, donde se vio juntos a Guzmán, Massa, y el tridente cegetista compuesto por Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (Estacioneros) y Pablo Moyano (Camioneros). 

Juntos anunciaron la medida, pese a que hubo cortocircuitos a la hora de que el titular de la Cámara baja exigiera al ministro de Hacienda que apurara el tema. Obviamente, con su clásica postura de “canciller” en la coalición gobernante, el tigrense negó frente a la prensa discusiones internas, así como el jefe del palacio de Economía aseguró que la resolución no afecta las metas acordadas con el Fondo Monetario Internacional.

La vorágine de cinco jornadas que tuvieron de todo un poco, seguirá el fin de semana en el Chaco. Este sábado, si no hay cambios de último momento, el presidente Fernández llegará a la provincia que gobierna el cristinista Jorge Milton Capitanich, con la finalidad de participar de un congreso del Frente de Todos, del que participarán 1355 personas. Ese distrito fue el primero en institucionalizar al FdT, y lo que se intentará hacer con esta actividad, es trabajar en comisiones “para potenciar la unidad y generar iniciativas políticas” (…) Unidad en la diversidad es el camino”, afirma el documento que enviaron fuentes chaqueñas. El lunes viajará a Paraguay para visitar Yacyretá.

Está claro que la voluntad albertista de seguir gobernando sin la venia del kirchnerismo se va a extender en el tiempo. Por lo pronto, la táctica que se manifiesta desde el Instituto Patria pasa por mantener sus lugares de poder real en la administración, pero pensando fríamente en un 2023 que trae muchas inquietudes.

Los operadores políticos oficialistas y opositores coinciden en algo: difícilmente la gente vuelva a votar candidatos que sean delfines, estén asociados a expresidentes, o tengan la sombra de caudillos que los limiten en la toma de decisiones. 

Los más avezados presagian -bajo esta lógica- escenarios donde los que tengan que enfrentarse deban poseer el mando real de sus fuerzas o alianzas, algo que interpela, en primer lugar, a Mauricio Macri y a Cristina Kirchner. 

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