Como toda crisis, la invasión rusa a Ucrania es peligro y oportunidad para nuestro país - Política y Medios
27-07-2024 - Edición Nº6021

ANÁLISIS

Como toda crisis, la invasión rusa a Ucrania es peligro y oportunidad para nuestro país

Rusia invadió Ucrania sabiendo que su fortaleza para resistir a las sanciones de la comunidad internacional estaba en su condición de gran exportador de energía. Esta situación nos impacta, aunque nos encontramos a más de 10.000 km de distancia del conflicto, debido a que los mercados energéticos son mercados globales.

Por: Martín Bronstein - Investigador del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad (Ceepys)

 

Una característica fundamental de nuestras sociedades actuales es que somos sociedades de altísimo consumo energético sustentadas, todavía, en los combustibles fósiles. El 84% de la energía que usa el mundo proviene de la combustión de derivados del petróleo, gas natural y carbón. Este escenario hace que el petróleo y el gas estén en el centro de la mayoría de los conflictos geopolíticos. Rusia decidió y se animó finalmente invadir Ucrania sabiendo que su fortaleza para resistir a las sanciones de la comunidad internacional estaba en su condición de gran exportador de energía. Esta situación nos impacta, aunque nos encontramos a más de 10.000 km de distancia del conflicto, debido a que los mercados energéticos son mercados globales. Y lo que es más importante, el petróleo todavía no tiene sustituto; el gas y carbón todavía son recursos energéticos imprescindibles para el funcionamiento de nuestra civilización.

Por esta razón, en un principio todos los gobiernos de la Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos denunciaron la invasión y establecieron sanciones, pero ninguna de las sanciones se dirigió a la gran industria energética rusa. Rusia se encuentra entre los tres primeros productores de petróleo y el segundo productor de gas natural a nivel global. 

Esta semana, luego de la persistencia de la guerra, el presidente norteamericano, Joe Biden, finalmente anunció que su país dejará de comprar petróleo y gas de Rusia “para dejar de financiar la guerra de Putin”. Igualmente, esta es una medida que no tendrá un gran impacto en las finanzas rusas, ya que lo que perderá por dejar de vender crudo a EEUU (poco más de 400 mil bpd) lo compensará con el fuerte incremento de los precios del petróleo producto de esta decisión. Por su parte, dando un nuevo giro en su política exterior, EEUU se encuentra en conversaciones con el gobierno de Nicolás Maduro para reemplazar parte del crudo ruso con suministro proveniente de Venezuela. El Reino Unido anunció que acompañará al gobierno de Biden en esta decisión. 

Sin embargo, Europa no puede plegarse a una decisión de este tipo ya que tiene una enorme dependencia de la energía de Rusia y Putin lo sabe. El presidente ruso sabe que Europa produce 3,6 millones de barriles de petróleo al día, pero utiliza 15 millones de bpd. Sabe que Europa produce 230 mil millones de m3 de gas natural al año, pero utiliza 560 mil millones de m3. Sabe que Europa utiliza 950 millones de toneladas de carbón al año, pero produce la mitad. Putin sabe que Rusia produce alrededor 11 millones de bpd, pero solo usa 3,4 millones, que produce más de 700 mil millones de m3 de gas al año, pero solo usa alrededor de 400 mil millones. Rusia extrae 800 millones de toneladas de carbón cada año, pero utiliza 300. Así es como Rusia termina suministrando alrededor del 20% del petróleo de Europa, el 40% de su gas y el 20% de su carbón.

La anticipación de la medida tomada por Biden por parte del Secretario de Estado Norteamericano, Antony Blinken, sobre dejar de comprar petróleo ruso hizo que el valor del crudo cruzara la barrera de los US$ 140 por primera vez desde 2008. La prohibición de compra de petróleo proveniente de Rusia dejaría al mercado mundial en un déficit de 5 millones de barriles diarios, lo que según analistas del Bank Of America podría llevar los precios del barril por encima de los US$ 200. Además del crudo, las declaraciones de Blinken, hicieron volar por los aires los precios del GNL, aumentando un 60% en un día y llevándolo a superar la barrera de los US$ 100. El mundo puede repudiar y sancionar a Rusia, pero no puede prescindir hoy de su energía. Putin encaró la guerra con Ucrania teniendo esto presente.

En este contexto, durante el año Argentina se verá indefectiblemente afectada por el gran incremento de los precios de los hidrocarburos, fundamentalmente de cara al invierno. Argentina tiene un consumo de gas natural marcadamente estacional, pasando de consumir en verano 110 millones de m3 a 160 millones en la temporada de invierno. Esa brecha será cubierta con GNL. Según datos de la Secretaría de Energía en la audiencia pública donde se debatía el precio del gas, en el verano la producción nacional cubrirá el 94% de la demanda total y el 6% restante será abastecido con gas proveniente de Bolivia. Por su parte, en el invierno, el gas nacional alcanzará para cubrir el 73% y Bolivia el 9% del abastecimiento. El 18% corresponde al gas natural licuado. 

El año pasado, las importaciones de gas natural licuado le costaron a nuestro país  alrededor de US$ 1.100 millones con un precio promedio del GNL a US$ 8,5 por millón de BTU y un barril de crudo cotizando entre US$ 60 y 70. Con los precios actuales, se estima que las importaciones de GNL y derivados del petróleo podrían aumentar más US$ 3.000 millones. Por si fuera poco, la bajante que se mantiene en la Cuenca del Paraná ha reducido fuertemente la generación hidroeléctrica obligando a incrementar la generación de origen térmico, requiriendo aumentar el volumen de importación de gasoil y fueloil para alimentar las centrales eléctricas, los cuales están teniendo un fuerte aumento en su cotización dado el aumento de los precios del crudo. CAMMESA, la empresa administradora del mercado eléctrico mayorista, adquirió hace poco 25 barcos con combustible y se estima que ese número crecerá de cara al invierno. 

Históricamente, Europa dejaba de comprar GNL a partir de abril, cuando finalizaba el invierno en el hemisferio Norte, lo que nos beneficiaba por disminuir la demanda y consecuentemente los precios cuando nosotros comenzábamos a comprar. Sin embargo, este año va a ser distinto. Durante 2021, previendo el conflicto, Putin redujo las exportaciones de gas a Europa lo que generó crisis de abastecimiento y que se vaciaran sus sistemas de almacenamiento. El conflicto de Ucrania cambió el escenario y Europa va a continuar comprando GNL durante todo el año para llenar sus almacenamientos con el objetivo de disminuir su dependencia del gas ruso para el invierno 2023. Esta situación nos va a impactar negativamente porque vamos a tener que comprar un GNL mucho más caro para nuestro invierno.

Sin embargo, este escenario crítico en el corto plazo es una oportunidad para nuestro país en el mediano y largo plazo. Europa va a tratar de salir de la dependencia del gas ruso, reemplazándolo por GNL. Hoy, Argentina tiene enormes reservas de gas en Vaca Muerta y a partir de la implementación del Plan Gas, la producción está aumentando de manera sostenida. El reciente llamado a licitación para la construcción del gasoducto Néstor Kirchner y su conexión al sistema de transporte de gas permitirá evacuar la producción de manera tal de reemplazar las importaciones y generar, además, capacidad exportadora. Con los precios actuales, Argentina podría exportar en pocos años US$ 18 mil millones de petróleo y US$ 23 mil millones de gas. No hay duda que esta crisis es una oportunidad para nuestro país, no la desaprovechemos.

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