Hace ya un tiempo que la irracionalidad política ganó terreno en la dirigencia nacional. Alimentada por la grieta, se las arregla bastante bien para crear nuevas grietas. Halcones y palomas en Juntos por el Cambio, Patria o la Rosada en el Frente de Todos. La discusión por el refinanciamiento de la deuda con el FMI contraída durante la gestión de Mauricio Macri trajo aparejado un nuevo capítulo. La irracionalidad silenciosa de los ausentes sumada a la escandalosa retirada de los presentes evidenció el berretismo de algunos sectores y el vedetismo de otros. En el fondo, entre ellos hay más acuerdos que desacuerdos. Si la grieta desaparece, los arrastra y los pierde. No pueden permitir que gane la racionalidad y se apuran a acelerar los conflictos en búsqueda de obturar un nuevo escenario político nacional.
Sin dudas, más allá de los videos, las protestas, gritos o insultos, la foto o imagen importante del 1 de Marzo, la dio el radicalismo. Mario Negri, Alfredo Cornejo, Julio Cobos y Facundo Manes, aunque disconformes, se mantuvieron firmes escuchando al presidente en señal de respeto. Enviaron de ese modo una clara señal. Independientemente de las posiciones políticas que individualmente tomen, de ahí saldrán los votos que faltan para aprobar el acuerdo. Esos son los timbres que el nuevo y flamante jefe del bloque del Frente de Todos, Germán Martinez, deberá tocar para lograr pasar en diputados el acuerdo.
En estos días veremos cómo se resuelven las negociaciones. La estrategia de agudizar las contradicciones que lleva adelante La Cámpora, no debería sorprender tanto. “Dime con quién andas y te diré quién eres”, reza el refrán. Sin duda, el jefe del peronismo bonaerense arrastró tras de sí (o lo han arrastrado) a posiciones extremadamente refractarias que tienen como punto de partida, quizás, el famoso audio de la diputada Fernanda Vallejos en dónde tildó al presidente de “ocupa e inquilino” y otros epítetos parecidos en una muy extraña interpretación de cómo funciona el sistema electoral en democracia. Los votos serían de Cristina Kirchner, quien interpreta la voluntad popular. Curiosamente, el Vallejismo no se pregunta por qué ellos serían el brazo ejecutor de esa voluntad popular que nadie les confió. Agudizando las contradicciones, el inetrventor santa cruzeño se hizo del partido en la provincia de Buenos Aires para luego renunciar a la jefatura del bloque y ocasionar una crisis política estival que tiene aún hoy serias consecuencias. Por supuesto convoca a sus aliados, pone de pie los barrios a protestar contra el gobierno del que todavía forman parte, desmadra la calle y, finalmente, jugando en espejo con los halcones PRO, intentar hacer volar por el aire el acuerdo con el fondo. Agudizar más y más las contradicciones. La estrategia esta clara. Golpear juntos y marchar separados. Es el nacimiento del Maxitrotskismo. Ya no se trata del desquiciante audiocumento de una diputada delirante, sino de un método claro. De una estrategia coherente y peligrosa.
Sin embargo, es probable que hayan subestimado al sistema político argentino. Los bravucones como Iglesias que no conocen otra cosa que el agravio, los ausentes con o sin aviso, los delirios en televisión del diputado Telekino probablemente no alcancen a desmadrar los acuerdos de quienes todavía apuestan a la racionalidad política.