Macri crece y busca ser árbitro entre Bullrich y Larreta - Política y Medios
26-04-2024 - Edición Nº5929

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

Macri crece y busca ser árbitro entre Bullrich y Larreta

La puja entre el exministro y el jefe de Gobierno subió tanto de tono, que tarde o temprano necesitará un mediador.

Mauricio Macri se siente reivindicado: las encuestas que le acercan lo muestran reduciendo su imagen negativa y sin problemas para conservar el 40% de los votos obtenidos en 2019.

Ninguna lo señala como favorito si decidiera volver a pelear la presidencia, pero para él es suficiente. Pasó los primeros 2 años sin mayores fisuras internas, más allá del desencuentro con Horacio Rodríguez Larreta por el cierre de listas.

Y ya puede criticar al gobierno de Alberto con la lejanía del suyo y sin rebeliones que lo desautoricen. Ni Cristina Kirchner consiguió tanto cuando dejó la Casa Rosada.

Logró ubicar alfiles en cada cuerpo legislativo para hacer oír su voz. Darío Nieto lo representa en la Legislatura porteña, Esteban Lombardi en Diputados y, por la renuncia de Esteban Bullrich, su exjefe de asesores Pablo Torello se sumó al Senado, donde Humberto Schiavoni no siempre se ponía su camiseta.

Nadie en el PRO elogió por demás su gestión, pero tampoco la criticaron ni una sola vez. Ni siquiera hubo reproches al acuerdo con el FMI, su medida más impopular y que además marcó su declive.

Su último ministro de Economía, Hernán Lacunza, que declaró el default de la deuda en pesos antes de las elecciones generales de 2019, se pasea por la televisión como gurú de las finanzas.

Macri logró naturalizar sus viajes a Zurich y a otros rincones del mundo, que en verdad sólo se interrumpieron cuando fue presidente. En sus tiempos de jefe de Gobierno llegó a registrar un mes de licencia formal para recorrer el planeta con el celular apagado.

Cuando estaba en la Rosada sólo se permitía escapadas a su country de Villa La Angostura, donde hizo base casi todo este año y recibió a los dos presidenciables del PRO: Larreta y Patricia Bullrich.

Ninguno imagina a Macri como el tercero en discordia, pero la interna le vino bien para volver a sentirse decisivo. Si mueve los hilos internos puede influir. Si habla también.

Que ambos lo fueran a ver le subió la autoestima, después de varias incursiones fallidas en las primarias de septiembre, cuando casi todos los que se fotografiaron con él perdieron.

La puja entre el exministro y el jefe de Gobierno subió tanto de tono, que tarde o temprano necesitará un mediador.

Preocupado por algunas encuestas, Larreta logró que el coro mediático que lo escolta día y noche festeje presuntas incorporaciones como la de Emilio Monzó, quien se reúne con el que lo llame. El jefe de Gobierno fue uno de tantos.

La última semana, Larreta filtró la foto con Florencia Arietto, bullricista hasta el cierre de listas, cuando le apagaron el teléfono. Tiene un currículum peculiar: armó una ONG en 2005 para defender las salidas transitorias de los presos (la llamó "Arde la ciudad", como la canción de La Mancha de Rolando que sonaba esos días) y luego se vistió de mano dura con Sergio Massa y con la exministra. 

Ahora se mudará con ese perfil al mundo de Larreta, quien también mostró como propio a Miguel Pichetto. ¿Acaso Macri lo mandó para levantar al jefe de Gobierno?

Es una posibilidad, sobre todo porque después de ese encontronazo por las listas de la Ciudad, Larreta tuvo un gesto: nombró a su primo Jorge Macri como ministro de Gobierno porteño.  

El expresidente sueña al reciente intendente de Vicente López en el despacho de Bolívar 1 en 2023, para recuperar algunos resortes perdidos en 2015, que involucran a amigos y familiares.

Los conocedores del mundo PRO creen que optará por Larreta por lo que escribió en su libro “Primer Tiempo”: A Bullrich, dijo en ese texto, “hay que frenarla” porque se pasa de la raya. ¿Cómo controlar a alguien así? Imposible.

Dos elementos definirán la batalla final, además de lo que pueda empujar Macri. El primero y principal son las encuestas, que pueden determinar quién de los dos no tiene chances de perder en un ballotage. Es clave medir bien cuánto creció la exministra en el interior del país, donde se tiene fe. En el área metropolitana, sabe que corre de atrás.

Y el otro dato, no menor, es el financiamiento. Diego Santilli visita a los dueños de la Argentina (un grupo de empresarios que controlan desde pozos petroleros hasta concesiones públicas) para garantizarles confort si llega a la Casa Rosada.

Bullrich aún no fue a ver a nadie y dice que no hace falta, porque antes del cierre de listas, encuestas en mano, nadie podrá bajarla. Ni Macri, que se sigue considerando su jefe. Y el de Larreta. 

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:

NEWSLETTER

Suscribite a nuestro boletín de noticias