Juntos firmó la paz temporaria, pero siguen las internas - Política y Medios
18-04-2024 - Edición Nº5921

LA INTERNA, DESDE ADENTRO

Juntos firmó la paz temporaria, pero siguen las internas

En una chacra de Olivos, cerca de la quinta presidencial, los líderes de la oposición hicieron las paces como tantas otras veces después de rencillas públicas.

En una chacra de Olivos, cerca de la quinta presidencial, los líderes de Juntos por el Cambio hicieron las paces como tantas otras veces después de rencillas públicas.

Verse las caras aleja fantasmas de ruptura, pero no siempre unifica el camino. Sobre todo, porque en la elección presidencial de 2023 no hay lugar para más de un finalista.

Al retiro en el norte del Gran Buenos Aires llegaron Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, los presidentes de partido Patricia Bullrich (PRO), Gerardo Morales (UCR) y Maxi Ferraro (Coalición Cívica), gobernadores, jefes legislativos y referentes de la provincia de Buenos Aires como el radical Maxi Abad.

Todavía no hay silla para los partidos provinciales, aun cuando son capaces de ganar distritos por sí mismos. El mes que viene sus líderes se reunirán para convertirse en la cuarta pata del frente. Serían encabezados por el cordobés Luis Juez.

A Miguel Pichetto le inventaron un cargo: titular del peronismo republicano, un partido que no existe.  Macri lo quiere en todas las mesas para que haga eco de sus reclamos y en Olivos logró convertirlo en vocero.

El rionegrino contó dos definiciones claves para la novela del acuerdo con el FMI: no permitirán que la ley se caiga, pero no aceptarán incorporar nuevos impuestos.

Bullrich dio un paso atrás en su propuesta de derogar la ley que obliga a Alberto a pasar por el Congreso para endeudarse con el FMI y dejarlo actuar por decreto.

Su planteo escondía una trampa: esa ley, sancionada hace un año, también impide al Gobierno de turno endeudarse en dólares para gastos corrientes, una práctica habitual en los años de Macri.

La exministra fue desautorizada por Morales y Elisa Carrió, quienes anunciaron que sus legisladores no iban a ir a una sesión para bloquear un acuerdo con el FMI y en Olivos se impusieron.

Sólo aceptaron un pedido de Macri: si el texto enviado por Martín Guzmán esconde una suba de impuestos, no se vota. Le recomendaron que lo limite a la refinanciación y deje las pautas macroeconómicas para otras leyes.

De todos modos, en unos meses el ministro deberá enviar al Congreso el presupuesto con esos compromisos, por lo que poco sentido tiene duplicar el debate. ¿Cómo va a garantizar un ajuste si una parte del oficialismo está en contra de la negociación con el FMI? Nadie sabe bien.

Esa duda surgió en la reunión de los diputados del PRO, al mando de Cristian Ritondo lo repitieron. Luciano Laspina, que corre carrera para ser ministro de Hacienda de Bullrich, no quiere bajar al recinto si Máximo no garantiza que vote a favor. Deberá quedarse en su despacho.

Por si acaso, en Olivos pactaron no anticipar estrategia legislativa hasta que no llegue el acuerdo por escrito. Bastante ayuda dieron radicales y lilitos en anticipar que no permitirán un default y así bajarle el precio a la interna oficialista.

Como en cada debate público, Larreta no dijo nada relevante. Ni siquiera aprovechó para pedir a los gobernadores radicales un respaldo en su pelea con la Nación por la baja de los subsidios al transporte.

Si bien Morales, Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza) no podrían hacer campaña a favor de subsidios porteños, al menos podrían haberlo ayudado a embarrar la cancha.

No lo hicieron y el jujeño se calzó el traje de caudillo federal para volver a atacar a la ciudad. “No producen nada”, los acusó.

Cree que en 2023 el electorado del interior no querrá votar por porteños, protagonistas estelares de las últimas dos elecciones presidenciales. Al menos juega esa carta.

Bullrich coincide con su diagnóstico y por eso jugó en las elecciones recorrió las provincias por tierra (Larreta se mueve en avión) y realzó a líderes locales. Sus seguidores aseguran que contagia a un electorado propio, capaz de volver a votar a Macri. Larreta, para contrarrestarla, ofreció plata.  

El jefe de Gobierno también se quedó afuera del debate por el formato de la primeria de 2023: lo manejan Bullrich y Morales.

Ya definieron habilitar fórmulas cruzadas y trascendió que no descartan ley de lemas, para anotar más de un candidato por partido. Serviría para complicar al jefe de Gobierno. De eso se trata.

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