El aporte de las pymes exportadoras en el ingreso de divisas al país - Política y Medios
07-05-2024 - Edición Nº5941

ACTUALIDAD Y POTENCIAL

El aporte de las pymes exportadoras en el ingreso de divisas al país

Aunque su incidencia aún es baja, el año pasado alcanzaron el mejor desempeño en 6 años y aportaron US$10.800 millones. Fuerte alza de las manufacturas industriales y récord en Combustibles y Energía.

Por Patricio Ballesteros Ledesma.

Casi el 70% del producto bruto del país se sustenta en el consumo privado, lo que significa que el crecimiento de la actividad está atado a incrementar o mantener los niveles de los bienes y servicios para el mercado interno (que también incluyen importados). 

Por efecto de la inflación, el PBI puede subir de un año a otro aunque se produzca y consuma lo mismo, o incluso menos, porque la escalada de los precios genera un aumento artificial de ese valor, que no representa un crecimiento real de la economía. Cantidades y montos no son equivalentes.

Por eso es que se habla de que los salarios deben acompañar al incremento de los precios, para que no pierdan su poder adquisitivo, si bien esto no provoca un aumento de la actividad sino un virtual empate entre la demanda y la oferta interanual.

Desde siempre se habla de la restricción externa, y ahora más por los compromisos pendientes con los acreedores privados y los organismos de crédito, que obliga a incrementar el ingreso de dólares para pagar las deudas en esa moneda.

A diferencia de lo que ocurre a nivel interno, cuando con la emisión de pesos se vuelca al mercado más circulante para mantener el nivel de consumo y la actividad, la única forma de obtener dólares genuinos es aumentando las exportaciones. 

La necesidad de obtener divisas para pagar los vencimientos mensuales, importar bienes y productos, solventar viajes al exterior, entre otros, obligan a incrementar las ventas externas con productos de alto valor y morigerar las importaciones. 

También hacen su aporte la inversión extranjera directa (IED), siempre que se vuelque a la economía real en sector de mano de obra intensiva, y los préstamos del extranjero con fines estratégicos, aunque su repago demanda dólares nuevamente a mediano y largo plazo.

"Que los salarios le ganen a la inflación", una de las premisas constantes en los discursos presidenciales.

[Generar valor agregado y más empleo formal]

Restringir las importaciones baja la presión para obtener dólares para importar bienes de consumo, pero también provoca limitantes a nivel productivo para la importación de máquinas, partes y piezas imprescindibles para la industria local.

Los altos precios internacionales de las materias primas y productos derivados permiten al país aumentar el ingreso de dólares y, aún cuando esos valores disminuyan, se puede compensar al incrementar los volúmenes enviados.

El sector agroexportador es el que históricamente lidera el comercio externo del país pero no es el único ni el más importante para la generación de empleo local, lo que repercute además en el nivel de actividad interna y la recuperación económica.

Incluso, a nivel relativo, cuanto más valor agregado tiene el producto exportado, mejor es la relación monto-volumen (también para la logística), y menos oscilante es su precio internacional atado a las coyunturas. 

La transformación de las materias primas es un gran desafío, que enfrenta resistencia por parte de los competidores internacionales, pero que incrementa de manera exponencial los beneficios para el país, una vez que se accede a los mercados.

Claro que la soja y el maíz tienen detrás mucha inversión en I+D, pero si se exportan como aceites o pellets su valor es mayor y generan más empleo a nivel interno, y mucho más si se venden carnes de animales alimentados con estos granos y productos elaborados. 

[Sin importar bienes de capital se complica]

En este orden, las mipymes tienen un gran potencial para incrementar su participación en el comercio exterior, sobre todo con productos industrializados y especialidades, generar más fuentes de trabajo a nivel interno y ayudar a bajar la restricción externa.

“La actividad económica y productiva de nuestro país se está recuperando y para que podamos consolidar esa mejora necesitamos tener más divisas, que cuando son genuinas vienen a partir del desarrollo exportador”, comenta Guillermo Merediz, titular de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y los Emprendedores.

También es cierto que la industria transformadora necesita bienes de capital, partes y piezas que no se producen en el país, es decir que no forman parte de la sustitución de importaciones o del compre argentino, y que precisan de divisas para comprarlos en el exterior. Esta posibilidad está hoy muy acotada y frena muchas iniciativas.

De ahí que, salvo excepciones, la balanza comercial del país experimenta un equilibrio complejo de conseguir, donde el superávit se alcanza impulsado por las commodities más que por manufacturas de origen agropecuario e industrial.

Las ventas de productos argentinos al exterior alcanzaron los US$77.934 millones el año pasado, el monto más alto y el segundo con mayores volúmenes en una década, detrás de 2019.

El complejo agroindustrial es el motor del comercio internacional y la soja continúa a la cabeza de los envíos, si bien avanza la diversificación y el empuje de otros sectores.

Sin embargo, el desempeño de las exportaciones de las micro, pequeñas y medianas empresas va ganando espacio y aumenta su participación, con más valor agregado y mayor generación de puestos de trabajo.

El funcionario destacó la presencia de representantes de pymes en la gira presidencial.

[Los planes y fondos desde el sector público]

Ahí radican las oportunidades en mercados y nichos que el país debe expandir, para diversificar su matriz exportadora con vistas a disminuir la ya habitual soja-dependencia. 

Por eso es que el apoyo del Estado se hace más necesario en este sector, ya sea con el aporte de financiación para inversiones, beneficios fiscales, incentivos al empleo, así como con acciones comerciales a través de las misiones y los consulados.

En 2021, desde el sector público nacional se asistió con $15.000 millones a más de 10.000 empresas para mejorar sus competencias exportadoras, a través del Plan de Desarrollo Federal Exportador PyME. 

Puede parecer mucho, pero una simple división demuestra que $1,5 millón en promedio por cada pyme resultaría insuficiente, más aún saliendo de la pandemia y con los competidores externos volcando enormes sumas para apuntalar a sus aparatos productivos. 

Los esfuerzos estatales para capacitar y estimular a las grandes generadoras de trabajo en su penetración al mundo deben ser constantes y crecientes para alcanzar ese objetivo. El contexto internacional no da tregua y exige cada vez más.

De cada 50 pequeñas y medianas empresas que hacen envíos al exterior, sólo una exporta de manera constante, según un relevamiento de la CAME. Claro que las ventas esporádicas ayudan, pero la regularidad al abastecer a los clientes del mundo es lo que redundaría en fortalecer los vínculos comerciales y sumar nuevos mercados.

Con esa idea, durante el año se otorgaron líneas de crédito a tasas subsidiadas por el Fondo Nacional de Desarrollo Productivo por más de $3.420 millones, destinadas a mipymes con proyectos estratégicos que mejoren su productividad, aumenten las exportaciones e impulsen el desarrollo de su cadena de valor.

Además se realizaron acciones de promoción en 15 países para más de 20 sectores productivos específicos, como maquinaria agrícola, maquinaria para alimentos, vinos, alimentos, TICs, textil, calzado, instrumentos musicales, equipamiento médico, juegos y juguetes.

En noviembre del año pasado también se dio un hito novedoso y necesario para potenciar y facilitar la actividad exportadora. El Gobierno eliminó las retenciones a las ventas al exterior de las pymes y los emprendedores, en el marco del régimen Exporta Simple, a través del decreto 783/2021 publicado en el Boletín Oficial.

El mismo fijó en 0% la alícuota del derecho de exportación para las operaciones que se tramiten bajo ese mecanismo simplificado creado en 2017, que beneficia a las exportaciones realizadas por vía aérea, con un tope de US$600.00 al año y produjo cambios que agilizan la confección de la factura de ventas al exterior.

[Se registraron mayores envíos desde más empresas]

Las exportaciones de las mipymes sumaron US$10.800 millones en 2021, el máximo nivel en 6 años y un porcentaje cercano al 14% de las ventas al exterior totales del país, según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo.

Esa baja incidencia en el total demuestra que hay mucho potencial para desarrollar, que se necesita un mayor esfuerzo público y privado para sumar a más sectores, empresas y productos al desafío incremental.

El monto del año pasado subió 15% con relación al de 2020 y 2,6% al de 2019, a la vez que creció de 7.240 en 2020 a 7.577 en 2021 la cantidad de empresas participantes, que representan casi el 90% del total de exportadoras.

Los cinco principales destinos fueron Brasil (US$1.712 millones), China (US$1.296 millones), Estados Unidos (US$ 1.193 millones), Chile (US$ 824 millones) y Uruguay (US$558 millones).

Mientras que los mayores incrementos interanuales se dieron con los mismos países pero en otro orden: 40% con Uruguay, 28% con Estados Unidos, 27% con Chile, 18% con China y 7% con Brasil.

Un dato relevante se advierte en el desglose, cuando se observa que las manufacturas de origen industrial (MOI) treparon desde US$2.100 millones en 2020 a US$2.900 millones el año pasado, lo que resultó en un incremento interanual del 36,6%. 

Si se compara con la suba interanual del 8,9% en los envíos al exterior de productos primarios (de US$3.800 millones a US$4.100 millones) o la caída del 3,3% en las manufacturas de origen agropecuario (de US$3.000 millones a US$2.900 millones), se observa que la porción de la matriz exportadora con más valor agregado y generación de trabajo es la que realizó la mejor performance (incremental, no en valor absoluto claramente).

El sector que más aumentó su volumen de exportaciones fue el de Combustibles y Energía, con un incremento del 72,1% en sus envíos y cuyos principales destinos fueron Brasil, China, Estados Unidos, Chile y Uruguay.

En monto, sus ventas externas pasaron de US$400 millones en 2020 a US$700 millones en 2021, lo que determina el mayor valor en una década, según estadísticas oficiales.

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