A partir de las fiestas de fin de año, la consigna que salió desde los cotos comunicacionales de Balcarce 50 fue que “este verano los funcionarios no se toman vacaciones”. El eufemismo elegido es el de las “escapadas”. A la vez se nota una fuerte intencionalidad del Gobierno por demostrar que pretende avanzar en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional contra viento y marea.
En medio de la tormenta producida por la tercera ola de Covid-19 que fustiga al país -y que el jueves registró otro récord de 109.602 contagios- lo que está preocupando a la administración del Frente de Todos es el efecto que causa la mecánica de aislamiento que decidió implementar con los contactos estrechos –según cada particularidad-. Los resultados de los testeos positivos aumentan y. más allá de los descontroles que se producen en centros de hisopados turísticos, o en las propias urbes bonaerenses y capitalinas, se está viendo una baja exponencial de trabajadores disponibles para desarrollar actividades en diversos rubros productivos, pero también en uno de los más importante en este momento, el de la Salud. En ese marco se determinó dejar de hisopar a los contactos estrechos por la elevada circulación viral. Se explicó que la confirmación puede establecerse “por nexo clínico y epidemiológico”.
Todavía no se pueden calcular las pérdidas que causará este paráte que interfiere en la actividad comercial e industrial, donde se empiezan a notar la falta de personal (un ausentismo del 20% en este último), pero también en suspensiones de eventos importantes, como por ejemplo varios festivales provinciales que ya no se realizarán este año como ocurrió en el 2021. Las políticas de apertura que puso en práctica el Poder Ejecutivo después de la derrota en las elecciones de medio término empiezan a verse opacadas por la coyuntura sanitaria y generan un panorama impredecible en materia económica. Las huestes de la titular del área, Carla Vizzotti, no se cansan de decir que tenían previsto este incremento de transmisión del virus, sin embargo queda claro que no esperaban que se presentara este escenario, que sin tantas restricciones empieza a causar una situación que se asemeja a la del año pasado en varias aspectos, salvo claro, en uno de los más importantes: la cantidad de internaciones graves y de fallecimientos, algo que no es menor. Con este panorama la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos, y Tecnología Médica (ANMAT), autorizó el uso de cuatro test de autoevaluación del Coronavirus, cuyo resultado (orientativo y no concluyente) deberá ser informado en 24 horas al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS).
Las usinas mediáticas oficialistas actúan minimizando las malas noticias y potenciando las que considera buenas, como el superávit comercial, que según datos oficiales fue de 15.000 millones de dólares (25% superior al del 2020), y la suba de las tasas de interés de los plazos fijos en un 39% y de las Leliq en un 40 por ciento. Novedades que, reconocen algunos dirigentes kirchneristas que transitan las galerías de Casa Rosada, “no llegan a los sectores más bajos”. Es que la contención a las familias que forman parte del 50 por ciento de pobres que sobreviven a una inflación del 52%, y que todavía subsisten, atravesaron las celebraciones cristianas con un bono de 8 mil pesos, bolsones de comida con regalos navideños que repartieron los mandamás de las organizaciones sociales “albertistas” -que promueven la reelección del actual presidente- administrando las poderosas cajas del Ministerio de Desarrollo Social.
En la sede gubernamental se mezclan anuncios, como el lanzamiento de una plataforma virtual sobre las Islas Malvinas, que hace foco en los reclamos por la soberanía, la elección de la República Argentina a la hora de dirigir la CELAC en la Presidencia Pro Tempore 2022, la inauguración por parte del primer mandatario de unos kilómetros de la Ruta 8 en Areco, y la expansión de la producción y exportación de automotores, (en comparación con dos años atrás), pasando por las simbólicas multas en pesos dirigidas a las empresas de energía eléctrica (Edesur y Edenor) que han dejado a miles de usuarios sin servicio durante un verano feroz en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, donde de todos modos los cortes de vecinos y reclamos persisten con situaciones graves como los casos de electro dependientes, enfermos con cardiopatías que están en edificios sin agua e imposibilitados de subir y bajar escaleras, diabéticos, y otras enfermedades que no se pueden atravesar ante semejantes temperaturas y sin los servicios básicos. Más allá de la seriedad del asunto, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, aseveró que no se descarta quitar la concesión a Edesur (bajo el control del italiano Ente Nazionale per l’energía elettrica), algo que según los entendidos, está muy lejos de concretarse por lo complejo del tema. Las palabras de la vocera sonaron más a una leve amenaza y a un discurso políticamente correcto ante las incesantes protestas.
Pese a las reuniones entre el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, con empresas, con la finalidad de contener la suba de precios (que están bajo un esquema de congelamiento que no se respeta) y del mismo Alberto Fernández con las cámaras y entidades turísticas -para sostener los costos en vacaciones-, las remarcaciones en supermercados y los gastos en regiones para el descanso veraniego persisten. La idea que promueven los factótums que hacen equilibrio entre cuidar el bolsillo y hacer gestos al FMI gira en torno a alcanzar un plan de precios consensuado. Algo que ya se intentó y fracasó, por eso se recurrió a un acuerdo con empresas que muchos leyeron como una imposición.
Con respecto a los terribles incendios que azotan a Chubut, el ministro de Ambiente, Juan Cabandié, mantuvo la lógica del Gobierno de tomar y soltar la mano al gobernador Mariano Arcioni a conveniencia. Con la zonificación minera primero apoyó, cuando se levantó la población y las papas quemaron, desde el principal despacho en la Cámara baja se lo convenció de convocar a un plebiscito, algo que la mecánica numérica deja en claro que se perderá. Las 80 mil hectáreas quemadas, en un desastre climático de lamentables consecuencias, son para el funcionario kirchnerista, responsabilidad del mandatario provincial. Sólo se envió un par de hidroaviones y alguna otra ayuda mínima que no detiene el fuego y los daños. El otro frente que se abrió contra el cuestionado Cabandié surgió en Mar del Plata, donde se quiere dar concesiones a empresas petroleras para que exploren las costas de “La Feliz”. Lo que no se esperaban desde la administración nacional es que una fuerte asamblea popular se sublevara a la iniciativa. Por ahora el Gobierno atinó a justificar su determinación asegurando que el hecho de que se busque el oro negro en la zona, no quiere decir que vaya a haber derrames. El propio gobernador de la PBA, Axel Kicillof, se puso la iniciativa al hombro y manifestó que “en el único lugar que perforaron hay U$S 32 mil millones". No faltaron las críticas a la posición de Greenpeace. Más allá de la defensa corporativa oficialista, hay disidencias internas en el FdT y tanto en CABA como en la ciudad balnearia las marchas continúan repudiando el negocio petrolero.
La facción que tiene a Fernández y no a Cristina Kirchner como referente en la alianza gobernante, eligió un nuevo interlocutor opositor. Lejos quedó aquel “amigo Horacio”, que pronunciaba el Presidente cuando el trío -junto Kicillof- anunciaba las medidas sanitarias en el auge de la pandemia, y también se desdibujó el fraseo que se oía en los pasillos de Casa de Gobierno, ese que sonaba a queja y refrendaba con cierta bronca: “al final todos juegan para Larreta”. El gobernador jujeño logró que desde el ala camporista ahora se diga “todos juegan para Morales”. Es que el hombre del norte se siente el más presidenciable de Juntos por el Cambio. Envalentonado y en una clara neo postura antimacrista dijo: “La deuda la contrajimos nosotros, lo menos que podemos hacer es ir a escuchar a Martín Guzmán”. Era lo que necesitaba el jefe de Estado para que unos 15 representantes provinciales (justicialistas y radicales) estuvieran presentes en la explicación que el discípulo de Joseph Stiglitz dio en el Museo del Bicentenario sobre la situación en la que se encuentra el diálogo con el organismo multilateral. En este contexto, a la comandancia PRO no le quedó otra que subirse el tren y aceptar ir el lunes 10 de enero a reunirse con el jefe de Hacienda. Eso sí, a través de un zoom advirtieron que serán más duros y pedirán más precisiones, con la finalidad de despegarse del mandatario de Jujuy. Al enterarse de estas condiciones que pusieron los halcones de la oposición, fue Máximo Kirchner quien pidió a los propaladores de sus mensajes internos, que reclame a Fernández y a Guzmán que no reciban a Propuesta Republicana.
Luego de reunirse con los titulares de la cartera Económica, Salud (Vizzotti) y Desarrollo (Zabaleta) uno de los líderes de la Confederación General del Trabajo (CGT), Héctor Daer, expresó que “acompañamos la posición de que no puede haber un plan que genere recesión y mayor pobreza en la Argentina”, y agregó, que “la reducción de déficit fiscal tiene que ver casi exclusivamente con una política del Fondo que generaría un proceso recesivo, y Argentina lo que necesita es expandir su economía porque es la única forma de desarrollar el país”. Mientras el sindicalista hacía estas declaraciones a los periodistas acreditados en la Rosada, los bonos locales caían y el Riesgo País volvía a subir, poniendo la mirada de los observadores financieros en los mercados.
El titular de Hacienda se encargó de que quedara claro que el Fondo exige un importante ajuste fiscal real, y fue su jefe, Alberto Fernández, quien envió nuevamente el mensaje a su vice, al asegurar que “la palabra ajuste está desterrada de la discusión con el FMI, para nosotros el secreto es crecer”, apuntó para aclarar que no aceptará eso en la negociación. Los chisporroteos que formaron parte del folklore contra la oposición fueron encabezados por los cristinistas, Kicillof (PBA) y Jorge Milton Capitanich (Chaco). El primero llamó “caraduras” a los integrantes de JxC, y el segundo pidió juzgarlos por ser responsables del endeudamiento. Por su parte, la vocera del Presidente, alegó en su clásica conferencia de los jueves, que “la Argentina no va a entrar en default”.
En el juego de las contradicciones en las que cae el grupo albertista al afirmar que está pronto a un convenio y. al mismo tiempo, dar garantías de que no va a acordar bajo las presiones de la entidad financiera mundial, hay voces de propios y extraños que, por lo bajo, sostienen que toda esta cosmética de cónclaves no sirve para salir del laberinto en el que se encuentra la coalición que encabeza el Estado. Un referente del peronismo bonaerense que tiene lazos con las dos facciones preponderantes en el FdT señaló: “Acá el tema no es si se hace o no el ajuste, de eso no hay salida, sino quién le pone el gancho”. Bajo ese dilema y razonamiento es que muchos se preguntan, si en rigor de verdad, Fernández está tan apresurado en concretar la reestructuración a gusto y piacere del FMI, que por lo demostrado hasta ahora, no tiene problemas en esperar a quien cumpla con lo que exige.
La semana culmina con un dato alentador para la cancillería argentina que encabeza Santiago Cafiero. El mandatario argentino asumió la titularidad de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe sucediendo en el cargo al mexicano, Andrés Manuel López Obrador. La simbología del puesto que festeja el albertismo podría ser otra fuente de conflictos con un sector de la sociedad que ve a algunos integrantes de la CELAC; como Venezuela, Cuba y Nicaragua, como dictaduras. Las definiciones sobre Derechos Humanos y relaciones con China le van a poner más pimienta al desembarco de Fernández, más aún cuando el propio Guzmán reconoció que uno de los problemas que tiene el país en su relación con el Fondo es la falta de apoyo de las naciones centrales. Teniendo en cuenta que el máximo accionista del ente global que dirige la búlgara Kristalina Georgieva es Estados Unidos, las paradojas en materia de política internacional que lleva adelante la Argentina confieren una gran confusión a inversores locales y extranjeros. En el cierre de la XXII Cumbre de Cancilleres del órgano el Presidente argentino subrayó que la CELAC no nació para oponerse ni enfrentarse a otras instituciones”. Lo señaló luego de que la canciller colombiana, María Lucía Ramírez señalara que “sería un error no marcar las violaciones a los DDHH en tres países representados en este foro”.
Si la voluntad del Gobierno (todo) es reestructurar las acreencias del país con el FMI, las circunstancias y acciones internas y externas no parecen ir por ese camino.