Un reciente artículo del portal Declassified UK encendió las alarmas en nuestro país, luego de que no sólo se confirmara el envío de armamento nuclear a las Islas Malvinas durante la guerra de 1982, sino que se precisara la cantidad.
Según la nota, firmada por el periodista Richard Norton Taylor, el Ministerio de Defensa británico envió 31 armas nucleares a nuestras latitudes, causando “pánico entre los funcionarios en Londres”, así como debates y confrontaciones entre los sectores del poder en torno a qué hacer al respecto.
La información proviene de los Archivos Nacionales y se encuentra catalogada como “Atómico de alto secreto”, y precisan que sectores del gobierno consideraban que su pérdida o daño -y el conocimiento público de esto- podrían generar “repercusiones internacionales muy dañinas”.
Al respecto, la Cancillería argentina publicó este miércoles un comunicado donde recordó que, en el año 2003, “el Ministerio de Defensa británico publicó un informe en el que se mencionaba que la fuerza de tarea que se constituyó para ir al Atlántico Sur durante el conflicto de 1982 incluyó navíos equipados con armamento nuclear”.
Al respecto, también destacaron que la cartera envió ese mismo año “una nota de protesta” al país europeo, “manifestando la suma gravedad de la situación y requiriendo precisas y completas informaciones sobre los distintos aspectos involucrados en los hechos revelados”.
La Cancillería advierte sobre la gravedad de la información publicada por el portal Declassified UK sobre el envío de buques británicos con 31 armas nucleares al conflicto del Atlántico Sur y prevé plantear la situación ante organismos internacionales.
— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@CancilleriaARG) January 5, 2022
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Además, se exigía que “se asegure que en forma fehaciente no hay armas nucleares en ningún lugar del Atlántico Sur, ni en buques hundidos, el lecho del mar o bajo ninguna otra forma ni circunstancia”.
En ese momento, el Reino Unido negó haber violado el Tratado de Tlatelolco y aseguró que “todas las armas regresaron en buen estado”.
No obstante, desde el Ministerio conducido por Santiago Cafiero se puso de relieve que las autoridades británicas no brindaron información detallada al respecto, lo cual motivó que la Argentina exprese “en diversas oportunidades su preocupación ante distintos foros internacionales sobre la posibilidad, confirmada en 2003, de que el Reino Unido hubiera introducido armamento nuclear en el Atlántico Sur”.
Hacia el final, advirtieron que, de confirmarse la “existencia de archivos desclasificados que aporten mayores detalles respecto de la gravedad de los hechos difundidos”, el gobierno nacional reiterará su reclamo al Reino Unido y planteará la situación ante los organismos internacionales competentes, “en el marco de su invariable política contraria a las armas nucleares así como respecto de su uso”.
#MalvinasNosUne 🇦🇷 porque es política de Estado.
— Santiago Cafiero (@SantiagoCafiero) January 4, 2022
A 189 años de la usurpación británica, la comunidad internacional apoya el reclamo argentino: no hay lugar para colonialismos en el Siglo XXI. pic.twitter.com/I34hjb3lR0
En el artículo publicado por Declassified UK, se profundizó la información revelada en 2003, donde las autoridades británicas sólo habían reconocido el envío de armamento, precisando las cantidades, cómo fueron enviadas y las fricciones ocasionadas al interior de la cúpula gubernamental en aquel momento.
Según apuntó Norton Taylor, la decisión generó discusiones entre las carteras de Relaciones Exteriores y de Defensa, donde la primera le reclamó a la segunda “desarmar” la artillería nuclear y la Marina no accedió.
“En caso de tensión u hostilidades entre nosotros y la Unión Soviética al mismo tiempo que la Operación Corporativa -seudónimo con el que bautizaron la guerra de las Malvinas-, la capacidad militar de nuestros buques de guerra se reduciría drásticamente”, argumentó el Ministerio de Defensa.
La nota detalla cómo las armas se trasladaron desde fragatas y destructores principalmente a los portaaviones HMS Hermes -que llevó 18 a bordo- y HMS Invincible -que llevó 12-, mientras que la restante se encontraba en el buque Regent, auxiliar de la Flota Real. De esta manera, consideraban que el armamento estaría más protegido.
Hasta el momento, nunca se había revelado la cantidad de armas trasladadas, que apareció con el documento enviado a los Archivos Nacionales en Kew, al suroeste de Londres. La emergencia de esta información reflotó las suspicacias de nuestro país respecto a cuál fue el destino de estos armamentos, debido a la insuficiente explicación brindada en 2003.