El Ojo Parlamentario: Cristina Kirchner y Sergio Massa, los paritarios - Política y Medios
26-04-2024 - Edición Nº5929

CONGRESO

El Ojo Parlamentario: Cristina Kirchner y Sergio Massa, los paritarios

Los diputados de Juntos se sacan chispas para buscar un responsable del papelón del siglo: citaron a una sesión para votar una ley, quedaron en minoría y el oficialismo la escribió a su gusto. Cristina y Massa dieron un bono ¿Vuelven a marcar la cancha en las paritarias?

[Lospennato, la culpable]

Silvia Lospennato es una diputada del PRO que disfruta de estar en primera fila. Mano derecha de Emilio Monzó, cuando fue presidente de la Cámara ganó posiciones dentro del bloque y, por su hiperactividad, no las perdió nunca. Y en una etapa sin jefes de interbloque definidos, en la sesión inaugural de la nueva Cámara tiró paredes con sus pares de Evolución radical y metió un gol histórico: consiguió una mayoría del recinto para citar a la comisión de presupuesto a tratar la ley que elimina el impuesto a bienes personales a una porción de la población, el oficialismo del Senado había impulsado y aprobado y estaba cajoneada en Diputados. Hacía 11 años que una mayoría circunstancial no fijaba agenda de comisiones en el recinto. 

Confiada, impulsó el llamado a una sesión para tratar el expediente una hora después, pero se encontró con una mayoría oficialista que le escribió el proyecto otra vez y lo reenvió al Senado. Los bloques provinciales de Misiones, Río Negro y Neuquén, que la habían acompañado el llamado a sesión, se plegaron al Gobierno cuando hubo que elegir un dictamen. Dos diputados de Juntos estaban de viaje (Álvaro González del PRO y Gabriela Brouwer de Koning de Evolución) y otra ausente por Covid19 (Camila Crescimbeni -PRO-).

A los dos primeros Lospennato creía no necesitarlos y los humilló dejándolos con culpa a miles de kilómetros. Pero peor la pasó cuando le preguntaron qué cuenta había hecho para retener al resto de los diputados el fin de semana y llevarlos a una derrota de fin de año. El papelón obliga a elegir rápido un jefe de interbloque, o al menos una mesa directiva que piense estrategias con más cautela.  

[El reto oportunista de Patricia y Morales]

Gerardo Morales asumió como presidente de la UCR y empezó a jugar en equipo con Patricia Bullrich, su par del PRO: en la primera reunión de la mesa de jefes de partido se aliaron para atacar a los diputados ausentes en la sesión que trató la ley de bienes personales, fue pedida por Juntos y dominada en el recinto por el Frente de Todos. 

Los padrinos de los faltantes son los enemigos de la exministra y el gobernador jujeño: Álvaro González, de viaje en Berlín, responde a Horacio Rodríguez Larreta; y Gabriela Brouwer de Koning integra el bloque Evolución, referenciado en Martín Lousteau. Especularon con una sanción o al menos un tirón de orejas público que los humille por un buen tiempo. Completaron la mesa Maxi Ferraro de la Coalición Cívica y Miguel Pichetto, invitado como referente de un peronismo republicano que no se sabe bien qué es.

De mínima, las reprimendas servirán para que Bullrich y Morales se hagan sentir en marzo, cuando se elijan autoridades del interbloque o al menos una conducción colegiada que debate los pasos a seguir  y mida las consecuencias. Harto del destrato de sus detractores, Mario Negri no quiere volver al cargo que tuvo hasta hace un mes, cuando Juntos le trababa las sesiones al Gobierno y rara vez cometía errores tácticos.

Cristian Ritondo, del PRO, tiene la chapa de ser el jefe de la bancada más grande de Juntos pero empezó a ver complicado controlar al interbloque. "Es una estudiantina, pero de Ciencias Sociales", se lo escuchó decir en reuniones partidarias. La fantasía de un jefe de Evolución ya no corre, si ni siquiera pueden sentar sus 12 diputados en una sesión pedida por ellos mismos. Un mini cuerpo colegiado parece la única salida.

[La izquierda juega de aliada]

El Frente de Izquierda fue siempre la fuerza neutral: votan en contra de todos los temas o se abstienen. Ni siquiera avalan la elección de las autoridades de la Cámara. Pero en la sesión de bienes personales sincronizaron con el Frente de Todos sin disimularlo: sus cuatro diputados no dieron quórum cuando se sentaron los de Juntos e ingresaron con el oficialismo a exponer una mayoría que luego hicieron valer en la votación.

En Juntos miraron sorprendidos cómo el cuareteno del FIT había gestado una votación aliado al Gobierno, un suceso que sólo se había dado con debates transversales a los partidos políticos como el de la legalización del aborto. Los convenció la propuesta de ampliar la presión impositiva a los grandes contribuyentes y mantener la exclusión del pago a los más chicos. Progresividad fiscal, un concepto también agradable a los anticapitalistas. 

Si el oficialismo logra consolidar una ayuda al menos alternativa de la izquierda, no tendrá quórum propio pero estará cerca: en la sesión llegó a 127 diputados, a dos de la mayoría pero sin necesidad de un desempate de Sergio Massa. Todo un llamado de atención para Juntos. 

[Se busca protocolo]

Juntos presionó un año para volver al funcionamiento presencial del Congreso y lo logró: en Diputados y Senado ya no rige ninguna autorización para votar por zoom. Lo que no imaginaban sus referentes es ser víctimas de la normalidad tan reclamada. La diputada Camila Crescimbeni, del PRO, dio positivo de Covid, no pudo asistir a la sesión de bienes personales y le garantizó la mayoría al oficialismo.

"¿Cómo nos pasó eso?", se preguntaban exministros recién asumidos de diputados, incrédulos por un protocolo sanitario que le permite a Sergio Massa hacer hisopados a la mañana e impedir presencias opositoras por la tarde. Crescimbeni se hizo un PCR por si acaso y también le dio positivo, era asintomática y de haber estado vigente el protocolo que rigió hasta agosto, hubiera votado por zoom.

El problema que tiene Juntos es que en estos dos años tienen más interés que el Gobierno en abrir el recinto para buscar mayorías y no les será fácil pedir por un sistema que denostaron durante dos años. Los recién llegados buscan alguna alternativa que no los deje tan vulnerables a una tercera ola de contagios. Encima, en el Senado, Carolina Losada juró, se contagió y no estaría en la primera votación. 

[CFK y Massa, los paritarios]

En junio, cuando los gremios cerraron paritarias en torno al 29% de inflación que pronosticaba el presupuesto de Martín Guzmán, Crisitna Kirchner y Sergio Massa firmaron un aumento de 40%. Y se quedaron cortos, porque los precios subirán más del 50% en 2021.

Antes de navidad firmaron un bono de 22 mil pesos, al igual que Alberto Fernández con los estatales. Quien decide correr esa carrera es Cristina y no por algún acuerdo puntual con Norberto Di Próspero, líder histórico de los empleados legislativos. 

Como explicó en varias cartas, la vicepresidenta considera que si los salarios no crecen junto a los precios el votante del Frente de Todos migrará a otras fuerzas y en 2023 ella y Alberto volverán al llano. Lo dijo hace un año, en un acto en La Plata y lo repitió en cada mensaje que le hizo llegar al presidente. Siente que nunca la escucharon. Y habla en sus paritarias. 
 

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