En la actualidad, la matriz energética argentina continúa teniendo una gran dependencia de los combustibles fósiles (el gas ocupa más del 60%), si bien cada año se incorpora más infraestructura hidro y se amplían los parques de energía eólica y solar.
Sólo en el yacimiento neuquino de Vaca Muerta hay suficientes reservas probadas para abastecer la demanda interno, ampliar su provisión a nuevos usuarios y exportar excedentes por décadas. Pero falta capacidad de transporte desde los centros de producción a los de consumo.
Cuando se reunió con el presidente Alberto Fernández en Casa Rosada a fines de noviembre, el secretario de Energía, Darío Martínez le informó que por el desarrollo del Plan Gas.Ar, la producción del fluido tuvo un crecimiento de tal magnitud que la capacidad de transporte puede saturar los gasoductos actuales.
También hay gran disponibilidad de gas en el Golfo de San Jorge y en la cuenca off shore Austral (que provee el 20% del total consumido en el país), que compensan la caída en la producción convencional en Santa Cruz y Tierra del Fuego, además de la merma en las cuencas Noroeste y de Bolivia.
Sin embargo, la ventana de oportunidad para la extracción en la llamada transición energética se va cerrando con el correr de los años. A diferencia de Europa que está virando del carbón al gas, la Argentina tiene una larga tradición de uso del fluido, mucho menos contaminante que el carbón pero igual con producción de GEI (gases de efecto invernadero).
Por lo tanto, para que el país y su comercio no sean penalizados en el futuro por la utilización de hidrocarburos, y dada su enorme disponibilidad, el momento de aprovechar el recurso disponible es ahora, y hasta que las energías renovables logren reemplazar su utilización.
Además de la limitante técnica que implica su extracción de gas por fracking, más compleja, costosa y con mayor impacto ambiental que la convencional, se necesitan enormes inversiones para una vez obtenido en gran volumen lograr incorporarlo a una red que hoy es insuficiente.
[Hay gas suficiente pero falta capacidad de transporte]
El fluido tiene que transportarse y distribuirse por miles de kilómetros y la actual capacidad está casi al límite (stopped), por eso se necesitan más gasoductos y tuberías que lo distribuyan dentro del país y si la disponibilidad es suficiente, exportarlo a los países vecinos.
Además, con esta mayor producción se podría dar el suministro a más hogares y empresas que hoy no lo tienen, suspender o minimizar las importaciones de GNL, que implican un gasto de millones de dólares durante los fríos meses invernales y dejar de quemar combustibles para producir electricidad en las usinas.
Por el contrario, las ventas externas ingresarían divisas, en principio por las compras desde Chile y luego desde Uruguay y Brasil, y pondrían en un mayor equilibrio a la deficitaria balanza energética actual.
La pandemia provocó cambios de planes, pero Vaca Muerta siguió adelante con sus explotaciones casi sin interrupciones y se lograron records tanto en la producción convencional, como en shale y tight gas.
YPF como otras compañías que operan en esa cuenca continuaron con las inversiones en exploración y explotación, y de hecho en los últimos meses los niveles de producción de gas aumentaron con un impulso que no registraban desde hace varios años.
En 2021 las obras de construcción y ampliación del sistema de gasoductos Transport.Ar Producción Nacional y del Néstor Kirchner, que decidió poner en marcha el Gobierno nacional, demandarán una inversión estimada en US$3.471 millones hasta el final de su mandato.
De ese total, el proyecto más ambicioso y muy requerido por la industria desde hace años es el que permitirá ampliar la evacuación de la producción incremental de Vaca Muerta y que requerirá US$2.540 millones de aquel monto total.
A la espera de que el memorándum de entendimiento con un consorcio de empresas chinas, encabezadas por Power China se efectivice tal vez en 2022, el Gobierno avanza en sus planes con aportes del Tesoro y fondos del IEASA.
[Costará menos que el ahorro en divisas de un año]
El gasoducto Presidente Néstor Kirchner deberá encontrar opciones de fondeo durante su desarrollo para encarar la Etapa 2, más allá de la inversión pública inicial que ya está en marcha este año con la construcción de la Etapa 1.
Además, podría llegar hasta el límite sur de Brasil, aunque el país vecino deberá continuar las obras en su territorio hacia San Pablo y otras regiones si es que decide aprovechar el gas argentino disponible, como ya lo hizo público este año.
Por otro lado está en marcha la ampliación del Neuba II (US$85 millones), los tramos finales en Provincia de Buenos Aires (US$75 millones); la vinculación del gasoducto Mercedes/Cardales (US$132 millones), y la expansión de capacidad en 5 MMm3/d del gasoducto Centro-Oeste de TGN con dos loops de 30” y 20 km (US$160 millones).
También está prevista la reversión sur-norte del gasoducto Norte (US$249 millones en sus tres etapas), la ampliación de la capacidad de compresión del gasoducto del Noreste (US$90 millones) y su conexión con San Jerónimo (US$60 millones), y los loops de 30” por 26 km y un equipo de compresión de 30.000 HP en Aldea Brasilera, Entre Ríos (US$80 millones).
De ese total de US$3.471 millones, hay partidas presupuestarias en ejecución este año por US$183 millones, que surgieron de la ampliación del actual Presupuesto aprobada por el Parlamento en octubre, y otras previstas para 2022 de US$1.383 millones, de los que US$520 millones se financiarán con fondos de la Ley 27605 (Aporte Solidario y Extraordinario), a través del IEASA.
Según esas proyecciones, las obras tendrán un requerimiento de fondos adicionales a financiar por US$1.905 millones a lo largo de los próximos dos años, con fecha de terminación de obras a fines de 2023.
El gasoducto Néstor Kirchner tendrá como objetivo transportar hasta 39 Mm3/d de gas producido en la cuenca neuquina, en un primer tramo desde Tratayén en Neuquén a Salliqueló en Buenos Aires (36” por 558 km), para transferir parte de este volumen al gasoducto Neuba II.
[Se inicia la primera fase del gasoducto troncal]
Esta etapa 1 es la que el propio Fernández pidió poner en marcha el mes pasado al secretario de Energía, a través de un pronto llamado a licitación pública. “El Presidente nos instruyó a que iniciemos de inmediato las obras de la primera etapa del Proyecto Transport.Ar Gasoducto Néstor Kirchner, y para eso decidió completar con aportes del Tesoro los fondos necesarios para asegurar la financiación”, comunicó Darío Martínez, en referencia a los $40.000 millones agregados por el Ejecutivo.
Así se podrá proveer el suministro a zonas de Bahía Blanca y del AMBA, sustituyendo importaciones de GNL en el invierno de 2023 y llevando gas a las grandes centrales termoeléctricas y al polo petroquímico.
Según el funcionario, “la conclusión de las obras de esta primera etapa permitirá un incremento en la capacidad de transporte de 24 Mm3/d y generará un ahorro anual de divisas de US$1.465 millones y un ahorro fiscal de 1.060 millones por sustitución de importaciones de GNL y gasoil, así como compensar la caída de producción de nuestro proveedor boliviano”.
El segundo tramo empalma en Salliqueló y correrá por territorio bonaerense hasta la localidad santafesina de San Jerónimo, con lo que se abastecerá al norte del GBA y las provincias del Litoral. Se trata de un ducto de 36” que abarca 484 kilómetros de largo y llevará la capacidad del gasoducto al total estimado.
La ejecución se planifica en dos tramos a concretarse en sendas etapas sucesivas, lo que permitirá atender en lo inmediato la demanda de gas existente y su vinculación con la producción incremental de gas no convencional de Neuquén.
La ampliación del sistema Neuba II (Terminación Ordoqui) permitirá el transporte de gas desde la conexión Salliqueló hasta diversos puntos de entrega de las zonas de Buenos Aires y GBA, y llegar hasta la cabecera del gasoducto Mercedes-Cardales (30” en 76 km) para alimentar el Litoral, lo que reemplazará 10 Mm3/d de importación de GNL.
En conjunto, con la ampliación del gasoducto Neuba II y la llegada de mayor volumen a la Cámara Ezeiza (mediante dos loops, uno de 30” en 26 km y otro de 16” en 20 km), se busca el reemplazo de combustibles líquidos en centrales de ciclo combinado en CABA y La Plata.
Con la terminación de todas las obras programadas, la capacidad de transporte de gas natural se habrá incrementado en 44 Mm3/d, se podrá abastecer en su totalidad la demanda interna con gas natural argentino, ahorrar divisas por sustitución de importaciones por US$2.690 millones por año y US$1.946 millones en costo fiscal.