Desde la llegada al gobierno municipal del intendente de La Plata, Julio Garro, hasta hoy, sucedieron distintos tipos de cuestiones pero el representante de Propuesta Republicana (PRO) reunió tal adhesión que, tras las elecciones de 2017 y, con las de 2019, quedó con dos tercios del Concejo Deliberante para maniobrar legislativamente la Capital provincial. 

En ese sentido, luego de que en 2018 se presentara el Nuevo Código de Convivencia de la Ciudad, que reemplazará al Contravencional que data de 1985, recién en noviembre próximo el oficialismo local que personifica el jefe comunal podría aprobar esta norma que, si bien persigue el camino de discusión en las comisiones de Seguridad y proseguirá en la de Legislación para terminar por aprobarse tras tres años de debate, tiene distintos ejes de discusión entre concejales de Juntos y el Frente de Todos. 

Por su parte, a los ojos de la edil oficialista de Juntos, Verónica Rivas, con este Nuevo Código de Convivencia, La Plata será "el primer municipio en eliminar la sanción de arresto". En ese sentido, esta norma "viene a modernizar la norma, 36 años después del Contravencional de 1985", declaró en diálogo con La Cielo.

A su vez, Rivas, pareja de Guillermo Ronga, exconcejal de la Unión Cívica Radical platense y de Cambiemos, explicó que "lo que va a prohibir el Código de Convivencia es la venta ilegal y no la ambulante".

"Es decir que se prohibirá la venta de aquellas mercaderías de dudosa procedencia o que es la misma que puede vender en un comercio céntrico o de cercanía de un barrio y que es similar a los que la expenden y están legalmente constituidos. Entonces se vende a un menor costo porque no pagan las cargas impositivas y sociales de empleados", repuso quien ocupa una de las bancas del Concejo.

En otro orden, el edil de la oposición, Cristian Vander, también compartió sus impresiones. “Hay puntos en los que estamos de acuerdo porque a nadie le gusta que les falten el respeto a los vecinos, pero cuando hablamos de un código nuevo es porque no se pudo hacer respetar el que está”, analizó.

Asimismo, reclamó la invisibilización del Municipio para con un grupo de trabajadores locales. “Acá quedaron afuera trabajadores de la cultura, por ejemplo, hubo presencia selectiva porque había que anotarse virtualmente. Por supuesto que todos queremos bienestar, pero el tema es el cómo”, afirmó.

En último término, el concejal de extracción sindicalista se refirió a una de las diferencias respecto a la regulación de la llamada zona roja de La Plata. “Claramente la prioridad es la cuestión electoral, es fácil decirle al vecino que no se quiere la zona roja, pero ¿qué hacemos con eso? Hay personas víctimas de trata, hay venta de estupefacientes, hay problemas de adicción, no es tan simple”, cerró Vander.