Suecia y el fracaso contundente del contagio a granel para alcanzar la inmunidad del rebaño - Política y Medios
29-03-2024 - Edición Nº5901

PANDEMIA

Suecia y el fracaso contundente del contagio a granel para alcanzar la inmunidad del rebaño

La imprudente apuesta del país nórdico quedó en evidencia al compararse con su vecina, Noruega, que registró 10 veces menos muertes y una recuperación casi sincronizada.

Mientras la vacunación masiva comienza a dar paso a un horizonte de post pandemia, las estrategias para lidiar con el Covid-19 comienzan a observarse en perspectiva y, sobre todo, a la luz de los resultados.

Uno de los casos paradigmáticos en lo referente a los diferentes tratamientos de la pandemia fue Suecia.

Bajo el concepto de país desarrollado, de sólida infraestructura y con una alta calidad de vida de su población, su disruptiva estrategia para combatir la pandemia no sólo fue bien considerada -fundamentalmente- por aquellos que más relativizaron la crisis epidemiológica, sino que se convirtió en el modelo a seguir postulado por estos sectores.

En líneas generales, las autoridades sanitarias suecas proponían continuar con la vida normal no sólo sin evitar los contagios, sino buscando que el virus tome contacto con la gran mayoría de la población para alcanzar rápidamente la inmunidad del rebaño.

A casi dos años del reporte de un virus con altas tasas de contagiosidad en la ciudad china de Wuhan, el biólogo molecular, inmunólogo y biotecnólogo, Ernesto Resnik, se propuso analizar los resultados de la apuesta sueca para superar los riesgos epidemiológicos del Sars-CoV-2.

En redes sociales, cientos de usuarios sostuvieron en las últimas horas que "Suecia ganó la discusión por el Covid-19".

A través de su cuenta personal de twitter, el científico inició su reflexión: “Suecia iba a terminar con la pandemia contagiando a todos los que hicieran falta hasta alcanzar la mítica inmunidad de rebaño. Era así o con vacunas, ¿adiviná cómo lo lograron?”.

El mensaje fue acompañado por un gráfico que exhibía cómo las muertes y los contagios bajaron al calor del incremento de la población vacunada.

Resnik también rescató la experiencia de Noruega, otro de los países nórdicos con una población de condiciones sociales, económicas, culturales y étnicas muy similar a la sueca. 

“Apostó al consenso científico que decía que este era un virus ultra-contagiante y peligroso, la inmunidad de rebaño no se alcanzaría sin miles de muertos o sin vacunas”, señaló al respecto.

Al respecto, señaló que ambas “llegaron al alivio de la pandemia vacunando casi igual, misma cantidad y al mismo momento”, sin embargo marcó la gran diferencia en cómo asistieron a esta situación: “Suecia tuvo más de 10 veces más muertos que Noruega”.

En efecto, el primero de los países registró, hasta hace dos días, 1.149.407 contagios y 14.821 fallecidos, sobre una población de 10.379.295 habitantes. La relación fue de 1.427,94 muertos por millón de habitantes.

Por su parte, el país vecino, que cuenta con poco más de la mitad de población (5.391.369), registró en el mismo período 186.935 contagios, con 850 fallecidos; redondeando un coeficiente de 157,66 muertes por millón de habitantes.

Las curvas de fallecimientos de Suecia (rosa) y Noruega (azul), desde marzo de 2020 hasta septiembre de 2021.

En este marco, el especialista recordó que el encargado de gestionar la pandemia en Suecia, Anders Tegnell, había solicitado en abril de 2020 que lo juzguen “en un año”, debido a las críticas que recibía por no adherir a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Su estrategia era “sustentable” y según su consideración, “todos los países terminarían en el mismo lugar”.

En este sentido, Resnik remarcó que “Suecia tuvo 10 veces más muertos que sus vecinos y peor economía” y aseguró que “el error fatal de Tegnell fue suponer que no habría vacuna por años. Porque no siguió la ciencia”.

En junio del año pasado, el propio Tegnell ya había admitido que la decisión de evitar confinamientos provocó “demasiadas muertes”, y casi un año y medio después las cifras son contundentes.

De hecho, las polémicas políticas sanitarias le valieron no sólo una crítica situación epidemiológica, sino también el cierre de fronteras de los países vecinos, que tenían la situación mucho más controlada.

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