El secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales de Vicente López, Victorio Pirillo, salió al cruce de la propuesta de su par, Hugo Yasky, quien propone bajar a 40 horas semanales la jornada laboral de 48. Pirillo, a la inversa, sugiere “un programa gradual y progresivo de empleo que involucre al Estado, los sindicatos y los empresarios tanto grandes como PyMES; con metas bien claras y acotadas en el tiempo no menor a un año como prueba piloto”.
Vale recordar que, pocos días atrás, en el plenario de secretarios generales nacionales del Frente Sindical para el Modelo Nacional, que lidera el camionero Pablo Moyano, Pirillo explicó esta propuesta como alternativa a la baja, que fue bien recepcionada.
A Yasky, en tanto, lo apoyó su compañero y próximo par en la cámara de diputados, el bancario, Sergio Palazzo. Ambos sostienen que la propuesta es mantener los salarios. Como ejemplo, pusieron el caso de la ciudad de Reikiavic, en Islandia, donde una prueba piloto sobre 2.500 empleados públicos fue positiva y, además, tomada por el 86% de las empresas de ese pequeño y muy desarrollado país europeo.
Pirillo, por el contrario, tomó distancia de la baja y sostuvo, primero, que sin resolver el desempleo y la inflación, la baja de la jornada les traerá más problemas que soluciones a los trabajadores; y lo primero será que “se congelarán los sueldos, se eliminarán las horas extras y gran parte de los plus y las bonificaciones”.
En ese marco se preguntó “¿cómo se trabaja menos con sueldos paupérrimos que desde la Quiaca hasta Ushuaia el promedio es treinta y cinco mil pesos envueltos en una tremenda inflación?" y sostuvo que "la tendencia en todo el país es que los estados y los privados hace años vienen pagando aumentos salariales y aguinaldos en casi 10 cuotas. Este ha sido hasta hoy el real recorrido del salario”
[Cláusula Dólar o reinstalación del IPC congreso]
Tiempo atrás, Pirillo publicó su propuesta para que se esboce un “programa gradual y progresivo de reinserción laboral con todos los actores de la economía nacional; en vez de poner en jaque arbitraria e inconsultamente derechos adquiridos de los trabajadores y sus convenios colectivos".
Esta iniciativa consiste en la incorporación de desocupados por parte de los empresarios que estarán obligados -por lo menos por un año- a capacitar al personal; a cambio el Estado se hará cargo de los aportes patronales, implementando una clausula con una póliza de seguro mixta (patronales – Estado) para enfrentar las posibles indemnizaciones, una tarjeta SUBE subsidiada para los viáticos y abonar la mayor parte del salario, por ese período, como se lo hiciera en pandemia sin que la mayoría del país prestara servicio.
Para Pirillo es inconducente que Yasky haya tomado el ejemplo de Islandia, uno de los países más desarrollados del globo y con una población similar a la de una comuna chica del conurbano; con una Argentina “donde la inflación es imparable y el desempleo no baja de dos dígitos, 10,2% en el primer trimestre 2021 según el INDEC”, señaló. “Asimismo en la Argentina el salario mínimo vital y móvil es de $29.160, una burla.”
Para el sindicalista, el sueldo debería también quedar atado, ya no a la canasta básica como propone la Izquierda, sino directamente “a un valor dólar real o un IPC nuevamente controlado por el Congreso”: Según Pirillo esto resguardará el haber del trabajador contra la inflación. “Bajar la jornada laboral en este contexto va a estancar el salario, que es lo que buscan desde el gobierno para bajar la inflación y solamente distribuir pobreza para todos”, dijo.
Pirillo también desconfía de los patrones privados. Para el sindicalista, si se baja la jornada laboral y se mantienen los sueldos estáticos en un contexto inflacionario, en las paritarias los empresarios van a asimilar la situación a un aumento de sueldo de hecho “y los salarios van a quedar congelados en el tiempo. Es decir, absorción de salarios por menos cantidad de horas tiene como resultante una pobreza real para todos”.
[Dignificar el trabajo]
También había criticado la posición de Funes de Rioja (presidente de la Unión Industrial Argentina) que consideró “sin sentido” pensar en bajar la jornada “sin afectar los sueldos”. “La UIA no tiene una sola propuesta, es un club de holgazanes. Qué se puede esperar de empresarios así, que ni registran las necesidades de quienes le proveen su riqueza y hasta se resisten a capacitarlos pensando vorazmente solo en sus ganancias”, declaró.
Criticó tambien que Yasky no haya aclarado como quedarán los regímenes de insalubridades, que prevén jornadas menores de por sí (radiología, periodistas, subte, Same, inhumadores, y otros), como quedarán los sueldos de los jubilados; o cómo se resguardará a los trabajadores de los fraudes laborales de las voraces patronales (flexibilidad “de hecho” de la legislación laboral).
“La pobreza y la miseria no se dignifican; se combaten. Es el trabajo el que debe ser dignificado y eso no puede ser materia de confusión” declaró Pirillo, “En si ante esta triste realidad no se pueden hacer propuestas meramente electoralistas ni ser funcionales a maniobras para bajar el salario que benefician solo al mundo de las patronales”.