En momentos donde no hay problemática que escape -o siquiera no sea rozada- por la pandemia del coronavirus, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires comunicó que en los 47 municipios que se encuentran en fase 2 del Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO) se mantienen algunas actividades virtuales.
En este caso y a grandes rasgos, se dio cuenta de que las escuelas no están cerradas, debate sobre el que la oposición de Juntos por el Cambio insiste en centrar la cuestión, sino que se despliegan guardias mínimas de docentes y nodocentes que deben estar presentes en los establecimientos para aportar el material pedagógico para quienes no posean internet y para ofrecer el acompañamiento que requieran los y las estudiantes de niveles escolares primario y secundario.
En ese sentido, por la heterogeneidad de las prestaciones educativas que brinda la Provincia, hay problemàticas específicas que atraviesan a distintos espacios como, por caso, las escuelas artísticas o los secundarios de adultos o FinEs, donde el lazo con los y las alumnos y alumnas se desvanece en la virtualidad.
Es por esto que, semanas atrás, desde la Dirección General de Cultura y Educación, encabezada por Agustina Vila, se informó que los comercios y establecimientos que cuenten con internet WiFi en los barrios deberán liberar esas conexiones, es decir quitarles la contraseñas y ofrecer a todo público la red.
El propósito de esta política, que no se está cumpliendo, es ampliar el espectro para alcanzar con la virtual a la mayor cantidad de gente teniendo en cuenta que más del 80% de los estudiantes bonaerenses debieron adoptar las clases remotas.
Con todo, entre las dispensas de los y las docentes en edades de riesgo y distintas problemáticas como el traslado de educadores de un municipio a otro (como sucede de La Plata a Ensenada, Berisso, Magdalena, Brandsen o Bavio), las guardias pierden peso y los y las estudiantes se desconectan del proceso escolar.
En definitiva, los contagios proliferan y se acercan las temperaturas más bajas justo cuando tener contacto al aire libre se vuelve más dificultoso y donde los nexos estrechos se dan en lugares cerrados y calefaccionados.
Ante esto, en los últimos días circuló una gacetilla de prensa de la DGCYE que plantea que todos los niveles continuarán de manera virtual salvo la modalidad de educación especial, que retomará las actividades presenciales.
Inclusive, estudiantes del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº8 reclaman la quita de derechos y precariedad con la que afrontan esta etapa de estudio. Se organizaron en asambleas numerosas, cuerpos de delegados y una Comisión de Difusión que cuenta con aproximadamente 80 integrantes.
Según denuncian, más de la mitad de los estudiantes cursan desde su celular, o tienen que compartirlo entre dos o hasta tres personas. Por eso, desde la vicepresidencia del Centro de Estudiantes del ISFDyT Nº 9, impulsaron un petitorio de necesidades de conectividad (dispositivos e internet) para toda la comunidad educativa de la región.