En los últimos años, la inflación fue uno de los grandes problemas, tanto del Gobierno precedente como del actual. Si bien durante el 2020 la recesión económica contuvo el fenómeno, manteniéndolo en un 36,1%, en los últimos meses volvió a acelerarse a niveles que preocupan a las autoridades nacionales.
Al ritmo del rebote de la economía, el primer trimestre marcó un 12,4% de incrementos, que en el rubro alimenticio se tradujo en 13,2%. No obstante, según aclaran desde el Centro de Estudios Políticos y Económicos (CEPEC), ya en marzo los alimentos aumentaron por debajo del promedio.
En el marco de la crisis económica, profundizada por la pandemia de Covid-19, en enero se renovó el programa Precios Cuidados, integrando 660 artículos, cuyo aumento promedio entre enero y marzo fue de 5,6%, congelado durante abril.
Así, desde el organismo analizaron los precios de un reducido grupo de bienes de la canasta básica alimentaria del índice de Precios al Consumidor (IPC), que contempla algunos alimentos y elementos de higiene personal.
Al compararlos con la oferta de estos mismos productos presentes en Precios Cuidados, destacaron que hacer uso del programa “hubiese representado un ahorro de hasta el 15,68%”.
A su vez, determinaron que ampliando el análisis al conjunto de alimentos de la canasta básica, esa diferencia se incrementa. Cabe aclarar que no todos los productos incluidos en esa categoría tienen una oferta en el programa.
“Allí observamos un ahorro importante, sobre todo en frutas y verduras, donde el mismo puede alcanzar el 61,25% en lechuga, 50,12% en legumbres, 44,37% en yogurt o el 43,99% en gaseosas”, precisa el informe.
En líneas generales, el CEPEC concluyó que, analizando los bienes de la Canasta Básica de Alimentos que cuentan con oferta de Precios Cuidados, “las familias pudieron ahorrar un promedio de 24,41%”.
Además, en esa misma línea, añadieron que en los segmentos poblacionales de menores recursos, “cuyos consumos son inelásticos”, el programa “puede llegar a representarles ahorros por más del 60% en sus consumos”.
En un contexto de crisis económica, la implementación de esta política de control de precios tiene un gran impacto en los bolsillos de quienes más los necesitan y, a la vez, busca generar precios de referencia en bienes de consumo habituales de la población, para contener el costo del resto de las marcas de esos productos.
El informe resalta, también, el acuerdo logrado por las autoridades en 10 cortes de carne, cuyo incremento durante el año 2020 fue muy superior a la inflación promedio. El asado, por ejemplo, aumentó un 83,43% de enero del año pasado al mismo mes del corriente año.
Este acuerdo permitió retrotraer a valores de noviembre de 2020 los precios de los cortes elegidos -que varían según la estación-. No obstante, cuenta con los conflictos de que sólo rige en los supermercados, los miércoles y sábados, y con una oferta mensual de 6.000 toneladas.
Entre las conclusiones que sacó el Centro de Estudios Políticos y Económicos, se destaca su escasa penetración en los barrios de menor poder adquisitivo. Al tratarse de “un acuerdo voluntario entre el Estado, fabricantes, distribuidores, supermercados y mayorista”, sólo se puede acceder a Precios Cuidados acudiendo a una sucursal de alguna importante cadena de tiendas comerciales.
La escasa presencia de supermercados en los barrios populares, habitualmente emplazados en las periferias de las grandes urbes, significan un escollo para los ciudadanos que más requieren este beneficio.
De esta manera, los precios en los almacenes de cercanía difícilmente se ven influenciados por las referencias fijadas en establecimientos lejanos y de más difícil acceso.
Por esto, si bien se destaca la efectividad de Precios Cuidados para facilitar el ahorro en las góndolas, también consideran “muy necesario encontrar las herramientas para que aquellos a los que más golpea la inflación puedan acceder a políticas de precios que disminuyan el impacto del aumento de los bienes”.
Si los más vulnerables requieren de un vehículo de traslado para realizar una compra que les permita gastar menos en productos esenciales, hay un elemento que está escapando a esta política de control de precios, y resolverlo es quizás uno de los desafíos más importantes en materia de economía social.