Tras el récord de muertes por COVID, Bolsonaro ironizó sobre las acusaciones: "Ahora soy genocida" - Política y Medios
20-04-2024 - Edición Nº5923

RÉCORD DE MUERTES

Tras el récord de muertes por COVID, Bolsonaro ironizó sobre las acusaciones: "Ahora soy genocida"

El mandatario ratificó su posición de no frenar actividades en Brasil a pesar de haber registrado más de 4 mil decesos y bromeó en torno a los duros cuestionamientos opositores.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se mantiene firme en su decisión de no imponer una cuarentena o tomar medidas de aislamiento ante la crisis sanitaria en el país. Con su habitual tono polémico y provocador, desestimó este martes por la noche las acusaciones lanzadas desde la oposición política y sectores de la sociedad respecto a su responsabilidad en el gran número de víctimas fatales.

Las críticas volvieron a estallar en el día el último martes, mientras las autoridades reportaron un nuevo récord de muertes diarias, alcanzando las 4.195, en el marco de un severo recrudecimiento de la pandemia en el país sudamericano. En total, el número de decesos desde el inicio del brote se acerca a los 337.000.

Además fueron informados cera de 87 mil nuevos casos este martes, elevando el conteo oficial de contagios a 13.100.580.

El mandatario, que minimizó desde un primer momento la pandemia y los riesgos del virus -al cual consideró en reiteradas ocasiones una ‘gripecinha’- permanece inalterable en su criterio anticuarentena e hizo caso omiso a los cuestionamientos.

“Me llamaron homofóbico, racista, fascistas, torturador y ahora.. ¿Ahora qué es? El que mata a mucha gente… Genocida. Ahora soy genocida”, ironizó Bolsonaro con su habitual polémica dialéctica, en las afueras del palacio presidencial de Brasilia y ante un grupo de simpatizantes.

“¿De qué no me acusan acá en Brasil?”, agregó

Imagen de una de las manifestaciones pidiendo la destitución del mandatario por su gestión de la pandemia.

Además, el líder brasileño apuntó contra los medios de comunicación de una manera indirecta, sugiriendo que puede “resolver el problema del virus en unos minutos, pagando lo que otros Gobiernos le pagaban a O Globo, a Folha, O Estado de São Paulo”.

De esta manera, insinuó que las opiniones respecto de la crítica situación responden a una intencionalidad en la producción mediática, producto de la reducción de los pagos en concepto de pauta publicitaria. “Ahora ese dinero no es para la prensa, es para otras cosas”, concluyó.

Lo cierto es que desde hace varias semanas la situación epidemiológica en la gran mayoría de los estados de Brasil es grave, llegando al colapso sanitario en regiones de San Pablo, tal como ocurrió en Manaos un tiempo atrás.

Para dimensionar este concepto, que puede sonar abstracto de tanto repetirse, no sólo murieron personas por no haber camas de Unidades de Terapia Intensiva (UTI) donde atender sus cuadros clínicos; sino que las altas tasas de mortalidad también tienen que ver con que se elige a quiénes mantener internados según sus expectativas de vida, para hacer lugar a pacientes que esperan por atención.

Se trata de situaciones similares a las que se vivió en países de Europa a los pocos meses de iniciada la pandemia, con un reducido reconocimiento del virus y su comportamiento. Sin embargo, a más de un año de su llegada a sudamérica, y con un colapso previo, Brasil vuelve a vivir escenas trágicas a causa del COVID-19 y su mandatario no parece dispuesto a la más mínima autocrítica.

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