Los chispazos de EEUU con Rusia ilustran la tendencia beligerante de Washington desde la asunción de Biden - Política y Medios
29-03-2024 - Edición Nº5901

RELACIONES INTERNACIONALES

Los chispazos de EEUU con Rusia ilustran la tendencia beligerante de Washington desde la asunción de Biden

El mandatario demócrata tildó de “asesino” a Putin, que retiró al embajador del país norteamericano y le replicó que “cuando evaluamos a otras personas es como si nos miráramos en el espejo”.

El retorno del Partido Socialdemócrata a la Casa Blanca, de la mano de la fórmula Biden-Harris, alejó del poder al siempre polémico Donald Trump, pero no la beligerante actitud de los Estados Unidos en lo que a relaciones internacionales se refiere.

Como muchos habían advertido, la elección como mandatario del ex vicepresidente de Barack Obama trajo seguramente mejores modales y expresiones políticamente correctas a Washington; pero, si de resolver conflictos se trata, los demócratas no tienen una tradición de ‘buenos amigos’, precisamente.

Joseph Biden se encargó de despejar dudas en torno a estas especulaciones, autorizando un bombardeo en una región controlada por fuerzas pro-iraníes en Siria hacia fines de febrero, a poco más de un mes de asumir la presidencia.

La rápida predilección por la intervención armada en medio oriente no pasó desapercibida a nivel global, a pesar de que el vocero del pentágono, John Kirby, asegurara que se trató de una acción “defensiva” y “proporcionada”, ante un ataque a posiciones estadounidenses en Irak.

Transcurrido menos de un mes desde aquella decisión, este miércoles el propio mandatario emprendió una nueva confrontación, que rápidamente dio la vuelta al mundo. En una entrevista brindada a la cadena ABC, afirmó que cree que Vladimir Putin es un “asesino”, además de acusar a Rusia e Irán de intervenir en el proceso electoral estadounidense de noviembre de 2020.

En rigor, las acusaciones giraron en torno a la autorización desde el Kremlin de una “amplia gama” de operaciones para desequilibrar la confianza de la ciudadanía norteamericana en los comicios y potenciar la polarización preexistente, a los fines de favorecer la reelección de Trump.

Recordemos que el ex mandatario republicano también enfrentó investigaciones en torno a una presunta colaboración desde la Federación Rusa en los comicios de 2016, donde venció a Hillary Clinton accediendo a la presidencia.

Biden también aseguró que Putin “pagará un precio” por tales acciones, y al ser consultado por cuál será, se limitó a responder: “Ya lo verás”.

Durante la administración Trump, las ofensivas contra la Federación Rusa no fueron un rasgo distintivo.

La reacción inmediata desde Moscú fue el retiro del embajador, Anatoli Antónov, para realizar consultas “con el fin de analizar qué hacer y qué rumbo tomar en el contexto de las relaciones con los Estados Unidos”, según informó la agencia de noticias rusa RT.

Por su parte, la respuesta inmediata vino de la mano del presidente de la Cámara de Diputados rusa (State Duma), Viacheslav Volodin. El dirigente, de estrecho vínculo con el jefe de Estado, aseguró en las redes sociales que Biden “insultó a los ciudadanos de nuestro país con sus declaraciones”.

En esa línea, tras desestimar las acusaciones, agregó: “Esto es histeria debido a la impotencia. Putin es nuestro presidente y un ataque contra él es un ataque contra nuestro país”.

El histórico mandatario, por su parte, lanzó fuertes acusaciones, aunque con un tono mucho más moderado. “Efectivamente, nos conocemos en persona. ¿Qué le contestaría? Le diría '¡Que esté bien!'. Le deseo salud”, expresó en un principio.

No obstante, a continuación realizó un análisis del plano psicológico, asegurando que al evaluar a otros “siempre transferimos a otra persona lo que respiramos, lo que somos en esencia”, añadiendo: “Vemos en otra persona nuestras propias cualidades y pensamos que es igual que nosotros”.

Al abordar este tema, el líder del Kremlin recordó el modo en que “la clase gobernante de Estados Unidos resuelve sus problemas, tanto internos como externos”, y mencionó que se trata del único país que utilizó armamentos nucleares, criticando que, además, lo haya hecho “contra un Estado no nuclear, contra Japón”.

“En la historia de cada pueblo, de cada Estado, hay muchos acontecimientos muy difíciles, dramáticos y sangrientos, pero cuando evaluamos a otras personas, o incluso a otros Estados, otros pueblos, es como si nos mirásemos en el espejo siempre. Siempre vemos nuestro reflejo”, sentenció el histórico mandatario.

No obstante, se mostró más diplomático que su par de Washington, señalando que está dispuesto a retomar el diálogo: “Le quiero ofrecer al presidente Biden que continuemos nuestra discusión, pero bajo la condición de que lo hagamos prácticamente en directo, 'online'. Sin demoras y de forma directa, una discusión abierta”.

Lo cierto es que en estas horas ‘el aire se corta con cuchillo’ en el escenario geopolítico internacional, tras la dura ofensiva dialéctica del líder socialdemócrata contra su par ruso.

Las especulaciones en torno a que la elección de Joseph Biden Junior pudiera garantizar una administración más responsable en el Estado más preponderante del mundo -en cuanto a las relaciones internacionales- parecen esfumarse rápidamente en los primeros meses de gestión.

El equilibrio de poderes entre los sectores más progresistas del partido gobernante y las presiones de sus patrocinadores, estrechamente ligados a la industria de la guerra, será crucial en el destino de la política exterior de los Estados Unidos.

Por lo pronto, la intervención militar rápida y la confrontación dura marcan los primeros pasos de un Gobierno que accedió para evitar el ‘mal mayor’, pero cuyos límites resultan difíciles de divisar tras una largada ofensiva y vertiginosa.

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