El exabrupto de Gemignani motivó la reacción del Gobierno, que apuntala la Reforma Judicial desde la agenda de género - Política y Medios
26-07-2024 - Edición Nº6020

APUNTALAN REFORMA

El exabrupto de Gemignani motivó la reacción del Gobierno, que apuntala la Reforma Judicial desde la agenda de género

El magistrado escribió “Feliz día delincuentes” a colegas mujeres, y los mandatarios expusieron la interseccionalidad de dos conflictos clave en la agenda del Gobierno: Justicia y Género.

La cruzada del Gobierno Nacional para llevar adelante una reforma judicial es, tal vez, uno de los desafíos políticos más importantes que se propuso el Frente de Todos. Con una oposición inflexible, de estrecho vínculo con figuras de la justicia federal, que agita peligro institucional, la labor de disputa de sentidos se juega en cada detalle.

En este marco, la viralización de un repudiable mensaje por parte del juez de Casación, Juan Carlos Gemignani, en el Día Internacional de la Mujer cayó como anillo al dedo en la Casa Rosada para exponer uno de los tantos problemas en el ámbito judicial: la misoginia.

“Feliz día para todas !!! Especialmente para las delincuentes !!! Solo se alcanzará la igualdad cuando se les reconozca el derecho a delinquir! Y también entonces sean pertinentemente penadas !!! Mientras tanto poniéndolas en evidencia !!! Gran abrazo !!!! Hasta qué la igualdad nos es solo relato !!!”, escribió en ocasión del 8 de marzo pasado el magistrado en un grupo de Whatsapp que reúne a 13 jueces de Casación.

El mensaje generó repercusiones y las juezas Ana María Figueroa y Angela Ledesma le solicitaron al presidente de la Cámara, Gustavo Hornos, que se tomen medidas contra la repudiable actitud de Gemignani.

“Nos resulta intolerable expresiones genéricas de ese tenor en momentos donde ponemos todo el esfuerzo necesario en el Poder Judicial para actuar y fallar con perspectiva de género, conforme las exigencias de nuestra Constitución Nacional, el DIDH y leyes del derecho interno”, expresaron en una nota elevada este martes.

El juez de Casación, Juan Carlos Gemignani.

[Una oportunidad para reforzar sentidos en torno a la reforma]

Lo cierto es que la polémica trascendió el universo judicial y el presidente y la vicepresidenta de la Nación se hicieron eco del exabrupto.

A través de las redes sociales, Alberto Fernández expresó: “Tratarlas de ‘delincuentes’ deja en evidencia su valoración sobre el respeto a la diversidad de género. Algún episodio que viene a mi memoria parece corroborar su maltrato a la condición de mujer”.

Cabe recordar que se trata del mismo juez al que, en 2019, el Consejo de la Magistratura le aplicó una sanción del 35% de quita de su sueldo, por haber detenido “arbitrariamente” a su secretaria, María Emilia Expucci, en un despacho.

“Si interpretó palabras del presente me preocupa mucho más. Veo que las interpreta tan mal como en todos estos años interpretó el sistema legal vigente”, cuestionó, incisivo, el mandatario. A continuación, evaluó que “hay personas parciales en el sistema judicial que perdieron racionalidad a la hora de evaluar cuestiones que deben resolver”.

Por último, Fernández analizó que “todo es muy grave. Pero lo más grave es advertir que en manos de ese tipo de magistrados está la suerte de los derechos ciudadanos” y concluyó asegurando que “abordar los cambios que el Poder Judicial necesita depende de todos nosotros”.

El hilo de tweets donde Alberto Fernández fijó posición.

Por su parte, la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, señaló: “No puedo salir de mi estupor: un juez de Casación, que hace poco encerró a una secretaria en un despacho, ahora se dirige de esta manera a sus colegas mujeres en el Día Internacional de la Mujer. ¿Hasta cuándo? ¿O estarán esperando que le pegue a alguna?”.

El misógino mensaje de Gemignani no podía llegar en un contexto más inadecuado: Argentina arribó a este lunes 8 de marzo con una estadística de una mujer muerta en ocasión de femicidio cada menos de 24 horas. Para peor, los familiares y allegados de víctimas tienden a apuntar, cada vez más, contra la inacción del Poder Judicial como una de las causas troncales.

A su vez, el movimiento de mujeres ya hizo de la “reforma judicial feminista” una de las exigencias centrales en las últimas manifestaciones, ante la inalterable y dolorosa persistencia de esta realidad.

En este sentido, el Gobierno puede encontrar en esos sectores un acompañamiento en su intención de modificar el funcionamiento de la justicia. Una administración que, entre los pocos pergaminos que puede ostentar tras una gestión atravesada en gran parte por la pandemia, se encuentra el cumplimiento con la promesa de impulsar el aborto legal.

Además, con la designación y motorización del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad -más allá de críticas o cuestionamientos puntuales- ha mostrado la voluntad de transformar la desigualdad imperante y la peligrosa realidad para muchas mujeres y disidencias.

La vicepresidenta, que ya había cuestionado fuerte a la justicia en su declaración ante Casación, también lo hizo en el Día Internacional de la Mujer.

Reconociendo el alto nivel de complejidad en la tarea de conseguir consenso sociopolítico de cara a una reforma judicial, el Frente de Todos se apresta a introducir la disputa de sentidos en cada oportunidad posible.

Los escollos están a la vista: una oposición con un discurso radicalizado, de evidentes lazos estrechos con diferentes actores de la casta judicial, dispuesta a dejarlo todo por conservar sus privilegios ante ciertos juzgados.

Un imponente conglomerado mediático en cuyo seno se trabajó coordinadamente con ambos sectores mencionados para la persecución judicial de empresarios y políticos de la vereda de enfrente; cuya afinidad con sectores de la justicia le permitió, por caso, ignorar durante años la adecuación a la Ley de Medios sancionada durante el mandato de Cristina Kirchner, hasta el arribo de un Gobierno ‘amigo’, que la derogó.

El potencial, por su parte, está en la sociedad civil. Más allá de partidismos -donde la polarización impera y la diferencia que saca el oficialismo no es abismal- el descontento con el Poder Judicial entre los argentinos es superior incluso que ante la clase política, condensada entre el Ejecutivo y el Legislativo.

La tarea quirúrgica emprendida por las autoridades, al momento, parece ser hilvanar los diferentes aspectos en los cuales la justicia no satisface a la ciudadanía, y articularlos en un discurso transversal que haga posible aunar todas las fuerzas posibles; ante una alianza de poder que no cuenta con pocos recursos para resistir una transformación de dimensiones históricas.

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