San Martín cruzó Los Andes - Política y Medios
26-04-2024 - Edición Nº5929

REVISIONISMO HIST´ÓRICO

San Martín cruzó Los Andes

Estamos en un mes Sanmartiniano. El 25 de febrero de 1778, hace casi 250 años, nacía el gran capitán. También en febrero, pero de 1813, los granaderos a caballo tuvieron su bautismo de fuego en una victoriosa batalla a la vera del Paraná.

Por: Nicolás Mujico - Politologo UBA- Maestrando en Defensa Nacional UNDEF

 

Estamos en un mes Sanmartiniano. El 25 de febrero de 1778, hace casi 250 años, nacía el gran capitán. También en febrero, pero de 1813, los granaderos a caballo tuvieron su bautismo de fuego en una victoriosa batalla a la vera del Paraná. El mismo mes pero de 1817, San Martín venció a las fuerzas realistas en la cuesta de Chacabuco, logrando la verdadera y definitiva liberación nacional. Triunfó allí donde otros grandes hombres no habían logrado hacerlo. La visión estratégica, la capacidad militar y la planificación fueron, sin dudas, la triada que posibilitó su gesta. No menos importante fue la formación de un ejército perfectamente equipado y armado por una incipiente industria para la defensa que luego no tuvo continuidad en el tiempo.

Antes de San Martín, Juan José Castelli fue el encargado de conformar el ejército auxiliar del Perú, mas conocido como ejercito del norte, que fuera la primera fuerza militar desplegada por la junta de mayo. De esta manera, comenzaba el primer intento de liberación.  En julio de 1810 salen del retiro. En septiembre, luego de fusilar a Liniers, se ponen en marcha rumbo al alto Perú teniendo un primer combate en Cotagaita. Un intercambio de disparos que culmino con la retirada de los patriotas ante el poder de la artillería enemiga. Este enfrentamiento fue el primero en todo el continente dando inicio a la guerra de emancipación. En noviembre la victoria de Suipacha con la conducción de Balcarce permitió finalmente el avance con sus 600 hombres hacia Potosí. El límite con el virreinato del Perú era el desaguadero. En junio de 1811, Goyeneche, comandante de las fuerzas realistas, lo cruza y ataca a las fuerzas revolucionarias aumentadas ya en 7500 hombres. El número del ejército auxiliar, muy superior al de sus enemigos, no le permitió evitar la derrota. Pocas tropas montadas, no muchas piezas de artillería, falta de preparación y un alto grado de desconcierto pusieron fin a ese primer intento. Retrocedieron a Potosí primero, a Jujuy después y finalmente a Salta donde recibirían el auxilio de las guerrillas de Güemes que evitaron el desastre total. En la retirada, combatieron en Sipe Sipe perdiendo toda la artillería y dejando el camino a Cochabamba libre para ser capturada por los realistas. Las continuas derrotas, ocasionaron la caída de la junta, el repliegue y la necesidad de una reorganización total del ejército del norte.

Belgrano será el hombre elegido para esa acción asumiendo el mando en marzo de 1812 en la posta de Yatasto.  El estado del ejército era desastroso. Menos de 1500 hombres con apenas unos 500 fusiles. El éxodo jujeño lo llevó a esperar al enemigo en Tucumán a pesar de que Buenos Aires pretendía la retirada hasta Córdoba. La confusa batalla que culminó con la victoria de los patriotas junto con la siguiente arrasadora victoria en Salta, pusieron límite al avance de las tropas realistas, pero no permitieron avanzar a los patriotas y lograr la tan ansiada liberación. Vilcapugio y Ayohuma, fueron dolorosas derrotas para el creador de la bandera. Un ejército mal armado, y mal instruido con una artillaría deficiente hacían imposible la victoria. El número de soldados, igualaba al del enemigo, peo los cañones españoles doblaban en poder de fuego al del ejército patriota.

La derrota y la nueva retirada ocasionaron el reemplazo del Belgrano en aquel entonces por San Martín. Tiempo más tarde, asumirá José Rondeau. La tercera, también fue vencida, dejando al refrán sin sustento. La campaña, iniciada en enero de 1815, tuvo una serie de batallas y escaramuzas victoriosa entre pequeños batallones patriotas y realistas. La pelea de Martín Rodríguez con Güemes, obligó a enfrentar al enemigo si sus valerosos gauchos. En Noviembre de ese mismo año, se dio un enorme encuentro entre las fuerzas patriotas integradas por 7000 soldados y las comandadas por Joaquin Pezuela que apenas superaban los 4000. La inferioridad de tropas españolas era compensada por una fenomenal artillería que duplicaba a la del ejército comandado por Rondeau que se verá obligado a retroceder y a dar prácticamente por finalizada la campaña y por perdidas las provincias del alto Perú. El ejército del Norte, no logrará a pesar de la vuelta de Belgrano a la comandancia, reorganizarse para iniciar un 4to intento.  

Las tres campañas, que tuvieron sin dudas sus páginas gloriosas, fueron también una muestra de cómo en ocasiones el numero no alcanza para lograr la liberación y sentar las bases de una soberanía e independencia duradera. El número, sin balas, sin parque de artillería, sin tropas bien pertrechadas, fue en varias ocasiones escuálido y carne de cañón del enemigo.  

Al tiempo que el ejercito del norte era derrotado y que la defensa del avance enemigo era encomendada a la valentía de los gauchos de Güemes, San Martín, ya en Cuyo, demostraba sus dotes de organizador y creaba el ejercito destinado a asegurar la independencia y liberar la patria.

El ejército de Los Andes no tendría la endeblez de otras fuerzas conformadas. Una tropa bien armada, con cerca de 4000 mil soldados, mulas y caballos suficientes, hospital de campaña, 16 piezas de artillería de diferente tipo y calibre y más de 100 barreteros de minas para superar las adversidades de la montaña. La batalla de Chacabuco, será el hecho que sobresalga, pero hubo en el trascurso del cruce, enfrentamientos y un sin fin de sucesos heroicos. La visión estratégica del gran capitán, la sorpresa, la maniobra de ala que posibilitaba duplicar el número del ejército enemigo en un punto determinado, las piezas de artillería también superiores en número y calibre; toda su capacidad para buscar y lograr una victoria definitiva.

Bajo el mando de San Martin se formaron formidables generales. Soler, Necochea, Lavalle, Las Heras. Pero hubo un hombre que se destacó enormemente en la etapa de preparación. El Sanjuanino Fray Luis Beltrán, jefe del parque de artillería quien, desde esa función, se encargó de organizar todo lo relacionado al armamento y logística que permitiese el cruce. Fabricó, polvora, municiones, herrajes y uniformes. Realizó, toda clase de invenciones para trasporte de armamento en las escarpadas montañas andinas. Estaba claro para San Martín que el número de piernas en la marcha debía ser vestido con robustos sables y cañones. Llegaron a trabajar para Beltrán unas 700 personas. Fue el pionero de la industria militar en ambos lados de la cordillera.

El cruce de Los Andes fue la mayor hazaña en la historia militar del continente. San Martín, con el grueso de las fuerzas, pasó por los patos. Las Heras por su parte, logro atravesar la cordillera con todo el parque de artillería por Uspallata.

En sus “Apuntes de Historia Militar”, el entonces Mayor Juan Domingo Perón, dictaba clases en la Escuela Superior de Guerra y se sorprendía de las dotes de maestro y conductor que tenía el Libertador tan poco frecuentes en los hombres. Una dualidad que también sabría combinar el propio Perón, y que se manifestaría 10 años después en su aplastante victoria electoral de la que se cumplen este 24 de febrero 75 años.  Señalaba sobre San Martín: “Maestro de la economía de fuerzas, empleando siempre el esfuerzo simultaneo y evitando los parciales” (…) “el ejercito de Los Andes es el mejor ejercito que se haya creado en América, tanto en su organización como en su instrucción y dotación” destacaba también, que fue creado de la nada y que fueron capaces de vencer a los veteranos españoles de las guerras napoleónicas. San Martin, también veterano de aquellas guerras, como el gran corso y como Aníbal el cartaginés que cruzaron los Alpes, formó un ejército capaz de igualar semejante hazaña. Para eso, señala Perón, “Monto fabricas, formó depósitos, capacitó operarios y fabricó desde la canana y el mandil modestos, hasta el propio ajuste del cañón. Fue el creador en América de la Artillería de montaña a lomo y sobre prensa-zorra. Fue el primer conductor sudamericano que dispuso de un estado mayor Organizado. Fue también el creador de los servicios de estado mayor, revelándose un maestro en las informaciones y organización de aprovisionamientos y reabastecimiento”.

Por Uspallata decíamos, cruzaron los cañones. Esos que le permitieron emplear la artillería en masa, por concentración de fuego, aún en contra de las ideas de su tiempo, que fue muy importante para su victoria de acuerdo a lo que manifiesta en sus reflexiones el General Perón. El paso de Uspallata entonces, se presenta como una metáfora de la dificultad que la patria debe superar para ser libre. El monumento al ejército de los Andes en el cerro de la gloria en Mendoza, capta perfectamente la imagen. San Martin, con su visión estratégica, a un lado Fray Luis Beltrán organizando la logística y producción. También pueden verse los granaderos, el ejército. El esfuerzo popular en la cara y postura física de los soldados, gauchos, trabajadores y vaquéanos que empujan y sostienen la patria. No se puede liberar la nación sin el pueblo, y no se puede librar batalla si el pueblo está desnudo. A 200 años, sabemos que la tan ansiada liberación no se logrará sin una fenomenal obra social hoy más necesaria que nunca y sin el desarrollo de capacidades estratégicas que hagan posible situar a la Argentina soberana en una posición acorde a su enorme potencial. Sin dudas, no habrá justicia social sin una patria fuerte y no habrá patria liberada sin un pueblo que la sustente.

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