
El fiscal Álvaro Garganta pidió la detención del cura Raúl Anatoly Sidders, tras el avance en la investigación de una denuncia por abusos entre el año 2004 y 2007.
La denunciante es una joven de 27 años, que en el momento de los hechos tenía entre 11 y 13 años y asistía al Colegio San Vicente de Paul, donde el sacerdote se desempeñaba como capellán. La presentación fue formalizada el pasado 20 de agosto, y desde entonces avanzó al punto de solicitar la captura preventiva del acusado.
Durante el inicio del proceso, ya había sido pedida, por parte de las abogadas de la presunta víctima, la prohibición de la salida del país del cura.
Además de alegar los riesgos procesales como el entorpecimiento probatorio, se señaló la facilidad de una eventual fuga, siendo que se encuentra en la triple frontera, con fácil acceso tanto a la República del Paraguay como a Brasil.
El acusado, Raúl Anatoly Sidders.
Al día siguiente de la radicación de la denuncia, el obispado de Iguazú publicó un comunicado defendiendo a Sidders con firmeza.“Ante la denuncia presentada ayer en los tribunales de La Plata contra el sacerdote Raúl Sidders, el obispado de Puerto Iguazú reafirma el contenido del Comunicado emitido por los Colegios San Vicente de Paul del Arzobispado de La Plata el 7 de agosto pasado”, comunicaron.
Allí, precisaron, “se señala que en esa denuncia se mezclaron narraciones referidas a distintas personas y a diversos momentos históricos y que las diferencias que se puedan tener con respecto al estilo, modo de pensar o de expresarse de un sacerdote no justifican acusarlo injustamente de cualquier acción”.
En aquel momento, destacaban que “La denuncia no implica que el p. Raúl esté procesado, por lo cual sería imprudente adelantar juicio alguno sobre un proceso que todavía no existe”.
Además, señalaron que, si bien “pertenece al clero de la diócesis de La Plata", "presta servicios desde julio en la diócesis de Puerto Iguazú”, donde, aclaran, “tiene encomendadas labores pastorales con adultos”.
El documento expedido por el obispado de Iguazú.
Respecto a las, en ese momento, acusaciones, expresaron: “Tenemos conocimiento cierto por personas del Colegio San Vicente de que el p. Raúl confesaba cerca del altar de la capilla del Colegio a grupos de alumnos de primaria, acompañados por la maestra”.
En este sentido, aclararon: “Estaba a la vista de los demás compañeros y de quien pasara por el lugar pues la puerta de ingreso a la capilla es de vidrio”.
El Arzobispado de La Plata, por su parte, anunció ese mismo día en un comunicado que “evitará emitir opiniones públicas, que pueden ser consideradas como una injerencia indebida o como un obstáculo a la tarea de la Fiscalía”.
A su vez, informó que “ha amonestado y reprendido” a Sidders, “para que evite todo lenguaje inapropiado, sobre todo ante menores de edad, y particularmente cualquier expresión referida a las mujeres que pueda interpretarse como menosprecio, discriminación o misoginia”.
El Arzobispo de La Plata, Víctor "Tucho" Fernández.
Por último, alegando “prudencia y prevención”, y “sin emitir juicios prematuros”, recomendaron al Obispo de Puerto Iguazú que “no encomiende al Pbro. Sidders ninguna tarea en colegios o con menores de edad”.
Por su parte, alumnos y docentes del Colegio San Vicente de Paul expidieron una contundente carta abierta donde pidieron la investigación del caso.