El diputado nacional por Juntos por el Cambio y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Alfredo Cornejo, dejó sentada la ambición del histórico partido de encabezar la alianza opositora de cara a las próximas elecciones presidenciales.
“En el 2023 me imagino compitiendo por la candidatura a presidente”, expresó el ex gobernador de Mendoza en diálogo con La Nación+. Además, analizó que “es el tiempo del radicalismo” al frente de la principal alternativa al peronismo.
No obstante, indicó que cree que “hay que construirlo juntos” y advirtió que “el peor pecado sería dividirnos”. En este sentido, afirmó: “Yo me veo en ese rol, pero no me veo guerreando por una candidatura que no sea en unidad”.
Respecto de los comicios de 2023, Cornejo auguró que “va a haber una oportunidad de alternancia”, por considerar que “este Gobierno va a ser un fracaso por su tozudez ideológica”.
Mario Negri es otro de los referentes del radicalismo y la oposición.
[Un radicalismo que exige protagonismo tras años de ser furgón de cola del macrismo]
La aparición del titular de la UCR pretende introducir en la escena política de la oposición las intenciones del radicalismo de liderar, después de muchos años, la coalición de centroderecha conformada junto al PRO, a los fines de disputar los comicios a las fuerzas del peronismo.
Recordemos que, durante los cuatro años de gestión nacional de Cambiemos, el predominio del partido fundado por Mauricio Macri fue notorio y señalado de manera insistente por diferentes sectores de la oposición.
En este lapso, que vuelve a encontrarlos oficiando de oposición, el radicalismo tiene buen peso en el Congreso representando a Juntos por el Cambio.
Sin embargo, la fórmula presidencial había vuelto a proponer a Macri como máxima autoridad, y ante un recambio en la vicepresidencia, previamente ocupada por otra dirigente del PRO, se resolvió introducir a Miguel Ángel Pichetto, un verdadero paracaidista en la coalición opositora, hoy ave de paso de fugaz participación.
Entretanto, a pesar de que aún no se concretó ni un año completo de gestión del Frente de Todos, varias figuras de la oposición comenzaron a coquetear con la candidatura presidencial.
Vidal, Carrió y Santilli son algunos de los dirigentes que fortalecen el liderazgo de Larreta.
Ante la evidente acefalía exhibida por la derrota electoral, producto de una obstinada candidatura a reelección de Mauricio Macri (cuya imagen era altamente negativa) rápidamente se pudo observar, más o menos explícitamente, la construcción de poder de diferentes actores al interior de la oposición.
Así es que el ex presidente se ubicó junto a referentes como Patricia Bullrich y Miguel Ángel Pichetto, con un discurso de oposición combativa y radical (en el sentido menos partidario de la palabra).
Por su parte, Horacio Rodríguez Larreta jugó al equilibrista, entre su condición de dirigente opositor y su colaboración con el oficialismo en la gestión de la pandemia en el AMBA. Además, con el pasar de los meses, comenzó a acercarse a un segmento de dirigentes del PRO, que comenzaron a consolidar su potencial de liderazgo.
Finalmente, entre declaraciones, el jefe de Gobierno porteño deslizó abiertamente que estaba “para un proyecto nacional”, de cara a 2023. Recientemente, la popular dirigente y ex legisladora por Cambiemos, Elisa Carrió, le brindó su apoyo a Larreta y disparó: “Macri ya fue”.
Los intendentes PRO de la región motropolitana bonaerense también construyen liderazgo en su distrito.
En esta línea, también comenzaron a reunirse los intendentes más relevantes del PRO en el área metropolitana bonaerense, para trabajar en la construcción de un liderazgo del partido en la oposición de la provincia.
Este fenómeno se terminó cristalizando en el incipiente “Grupo Dorrego”, integrado, entre otros, por Julio Garro (La Plata), Jorge Macri (Vicente López), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Néstor Grindetti (Lanús) y Jaime Méndez (San Miguel).
En este marco, la Unión Cívica Radical, que ya corre de atrás si de pensar en 2023 se trata, hizo la lectura de que es tiempo de irrumpir con un reclamo contundente: el protagonismo del partido en Juntos por el Cambio no puede seguir postergándose.